La mano en la herida
Me tocas, te toco, luego existo: he aquí una certeza insoslayable, cosa que no se puede decir del resto de los sentidos
Me tocas, te toco, luego existo: he aquí una certeza insoslayable, cosa que no se puede decir del resto de los sentidos
El espectáculo de masas más genuino y salvaje que he presenciado en mi vida fue ver cómo se comportaban los ‘hooligans’ del Liverpool en el tren camino a Manchester
Cada historia particular, por muy vulgar y anodina que sea, está formada con un millón de nudos a merced del azar
Cualquier crimen contra la humanidad participa en tu dieta diaria y en tus ejercicios de respiración. ¿Acaso no queda un poco de belleza en este mundo en la que refugiarse?
Durante un tiempo anduve metido en ese laberinto que me permitió descubrir lo más extraño y paradójico que uno lleva dentro cuando se enfrenta a los naipes duros: los pliegues del alma humana
Pensé en lo que había dejado al emprender este viaje. Atrás había quedado la mesa del café Gijón que daba al primer ventanal a través del cual había visto pasar la vida durante tantos años
En las afueras de Tumaco (Colombia) se levantaba un conglomerado de palafitos en estado de extrema ruina donde malvivían 540 campesinos desplazados por la guerrilla o los paramilitares
No tendría inconveniente en seguir el ‘carpe diem’ de Horacio siempre que ese día al que hay que agarrarse se me permitiera fabricarlo a mi gusto
A veces un largo recorrido ha quedado reducido a una sensación, a una instantánea, fugaz pero imborrable
Durante el banquete todos juntos cantaban y reían, se hacían promesas de amor y de paz. Terminada la fiesta la gente continuó matándose como si se tratara de un oficio ordinario
La Noche de Reyes fue el fundamento de todas mis creencias más arraigadas, que se basan en la ficción
La violencia se rige por las reglas de la orgía, sin que nadie pueda detenerla si se le suelta la correa
La avalancha digital ha pillado por la espalda a aquellos hijos de proletarios que accedieron a la universidad en los años ochenta y los ha convertido en seres analógicos
Recordaba con todo detalle su figura, su voz, sus gestos, cada una de sus pecas distribuidas por la íntima geografía de su cuerpo; en cambio, su nombre se le había borrado por completo
Ante esta pregunta solo hay una respuesta certera, vete a saber. Lo único cierto es que el futuro se nos ha echado encima
Hubo un tiempo en que la fama se podía soportar desde el anonimato
Este país viene de una larga pobreza y de un secular rencor en su lucha a muerte por una miserable sardina, que hoy se traduce en el resentimiento y en el cabreo político
A unas cosas el tiempo las embellece y a otras las corroe. Sucede lo mismo con las ideas y con las personas
Se dice que una organización política no se constituye en Estado hasta que el correo funciona correctamente y las cartas llegan con puntualidad a su destino
¿Quién se acuerda de ‘La codorniz’, de ‘Hermano lobo’, de ‘Por favor’, de tantas revistas que un día desataron las carcajadas de los españoles? Prácticamente nadie
Manuel Vicent tiene un hueco en la casa de muchos lectores porque antes se lo han hecho en el corazón
Los lectores escriben sobre el cambio climático, la ideología reaccionaria de Vox, los acuerdos alcanzados entre las Nuevas Generaciones del PP en Madrid y algunas discotecas para conseguir descuentos, la adicción al móvil, y un lector expresa su apoyo a Manuel Vicent tras la pérdida de su hijo Maurcio, fallecido el pasado 11 de junio
Sé muy bien que con el tiempo todo se desvanece, pero ni el tiempo ni la muerte podrán arrebatarme nunca el amor que sentía por mi hijo y el que él me regalaba con su furiosa alegría de vivir
El escritor Manuel Vicent elige uno de sus cuadros favoritos de la exposición que comisaría por el centenario del pintor y recuerda cómo descubrió que el barco más seguro para surcar el Mediterráneo era una bola de papel
Picasso se sirvió del cubismo para descuartizar el cuerpo de sus mujeres o someterlo a un contorsionismo sádico
A Miguel le gustan los meseros que sin pretenderlo se hallan envueltos en un aura literaria, que dan rostro humano al local donde trabajan
Si el tiempo no estuviera dividido en años, la edad no existiría, puesto que nadie podría saber la fecha en que uno había nacido