Han hecho daño a una niña
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Dios salve a la reina
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De ser así…
Mucha gente divide su tiempo entre Benidorm y su lugar de residencia habitual. Yo lo divido entre mi habitación y mis novelas
Muchas gracias
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Aprensiones
Me encontraba, en efecto, en un hotel de los alrededores de un aeropuerto cuyos muebles me rechazaban con una hostilidad sólo comparable a aquella con la que yo abominaba de ellos
Un hombre piadoso
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El túnel
Subí al taxi, me acomodé, miré al conductor a través del espejo, le dije: “Lo siento, no logro recordar adónde iba”. Poco después se detuvo ante un tanatorio. “Aquí es”, dijo
¿A qué atribuirlo?
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Signos de desorientación
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Se rieron
Si donara algo cada vez que me lo solicitan, viviría arruinado, pues me tienen fichado todas las ONG. De modo que suelo cargar con la culpa de no hacer nada
Un paseo por Madrid con Juan Luis Arsuaga: “Yo quiero que los políticos se inflen a comer mocos de niños”
El paleoantropólogo se crió en Bilbao, pero desde los 17 años es vecino de la capital, donde analiza para EL PAÍS el comportamiento humano en la urbe en un recorrido desde Vallecas a las Cuatro Torres
El cuerpo como prótesis
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A medias
Llorar por un solo lado de la cara parece una singularidad pequeña, pero, si lo piensas, constituye una asimetría cruel
Un modelo a seguir
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Edipo
Quiero llevarme bien con la realidad. Es algo que me debo. Pero cuanto más me acerco a ella más se aleja ella de mí
La calderilla de las guerras
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Parece que todo funciona bien
Los lectores opinan sobre el malestar social, las llamadas de los vendedores telefónicos, las columnas de Juan José Millás y los triunfos de Nadal
Caerse
Huía de la gente y vagaba durante horas por las calles y por los pasajes más oscuros y angostos de la ciudad, como la sombra de Caín había errado por el mundo tras matar a su hermano
He salido en la foto
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La hora de los oficios
Los lectores opinan sobre el trabajo manual, las columnas de Millás, la visión de la sociedad sobre el cuerpo de la mujer y el cambio de nombre de la empresa CLH por Exolum
Queda liberado de toda culpa
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Increíble
Mientras las manos trabajan y la mente imagina, el estómago hace la digestión, el hígado y el páncreas producen sus jugos, los pulmones se inflan y se desinflan, el corazón se agita, la lengua habla, los ojos ven, los pies andan...
Discursos monotemáticos
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Conversación
El teléfono de prevención del suicidio es otro ejemplo de parche: no podemos eliminar las causas de fondo, pero hablamos con los desesperados
Bienes consumibles
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Qué hacer conmigo
Columna de Juan José Millás
Plegarias modernas
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Familiares lejanos
Despertar
A medida que me adentraba en el interior de la vivienda crecía el sentimiento alucinatorio que alcanzó su cénit frente a los sanitarios del aseo
Hacer el amor o la bandera
A mí no me humilla una bandera boca abajo, pero me ofenden la falta de amor y de atención
Jóvenes inquietas
Columna de Juan José Millás
Un centrifugado obsesivo
Columna de Juan José Millás
El ratón
A veces me oigo decir cosas que no he pensado, incluso con las que no estoy de acuerdo. ¿Por qué las digo entonces? Porque no soy yo el que habla
Mudas limpias inútiles
Columna de Juan José Millás
Todo es metáfora de algo
Columna de Juan José Millás
El agujero de la cerradura
Columna por Juan José Millás
¡Socorro!
El capitalismo es un productor incesante de desigualdad. Estaría bien organizar una mesa redonda sobre capitalismo y misoginia
Humor involuntario
Columna de Juan José Millás
Me falta
Necesito averiguar si mis contemporáneos prefieren la pérdida de un diente o de un poema. De ese dato se pueden deducir todos los demás
Dos pájaros
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