La generación invisible
Los lectores opinan sobre la precariedad laboral que sufren los jóvenes, la dificultad de obtener una cita médica en la Atención primaria, la inflación, las columnas de Juan José Millás, y los incendios forestales
Las oposiciones a un cargo público siempre han sido una salida para aquellos y aquellas que buscamos un futuro estable y digno ante un escenario social y económico cada vez más incierto, especialmente para la generación de los millenials y en concreto, para aquellos que venimos de familia obrera.
Después de invertir dinero, años, meses y días de estudios, consigo sacar la nota más alta en el proceso de oposición al cuerpo de maestros de Extremadura.
Sin embargo, con los recortes en la educación pública y la baja natalidad, sigo sin tener una mínima esperanza de trabajar. Una vez más, los jóvenes seguimos pagando la incertidumbre política, donde la educación, el pilar más importante de una sociedad, es abandonada. Más que la generación de cristal, somos la generación invisible. ¿Hasta cuándo?
Ismael Ramos Muñoz. Aceuchal (Badajoz)
Atención primaria
Llevo días con un trancazo, con fiebre y un quebranto general importante. Pido cita médica presencial y me dan hora para dentro de siete días exactamente; de comunicar telefónicamente con el ambulatorio, olvídate. Tengo en casa un fonendoscopio de cuando le tomaba la tensión a mi madre, estoy por decirle a mi marido que juguemos un ratito a los médicos y me ausculte él. Es decir, si quiero que me vea un médico en tiempo y forma, tengo que ir a urgencias. Es vergonzoso lo que está pasando con la sanidad pública.
M. Luz Álvarez Aumente. Boadilla del Monte (Madrid)
Precios abusivos
Frutas y verduras, carne, pescado, pan, huevos, todos los alimentos de primera necesidad se encuentran por las nubes. Incluso en los mercados temporales en la calle no se puede llenar la cesta de la compra. La gran mayoría de la población cada día debe hacer magia para poder elaborar comidas decentes. Los comercios de proximidad, los supermercados y los hipermercados deberían disponer de más ofertas de productos básicos. Por otra parte, la Administración debería controlar estos abusos reiterados. Desde el agricultor hasta la tienda todo el mundo debería ajustarse mucho más. La mala alimentación es causa de enfermedades y muy poca calidad de vida.
Josep M. Loste. Portbou (Girona)
Columna perfecta
La columna del pasado 2 de septiembre de Juan José Millás es lo que yo llamo el ejemplo de un relato perfecto... Gracias, muchas gracias Millás por escribir, por sus columnas, es lo primero que leo siempre del periódico. Me resulta fascinante su lectura. ¡Qué grandes aciertos en el campo de la sorpresa!
María Isabel Ortega Sánchez. Barbate (Cádiz)
Incendios forestales
“Cuando un bosque se quema, algo suyo se quema”. Es el eslogan usado en los años 60 y 70 para concienciar a los españoles de la necesidad de cuidar los bosques. Un ingenioso humorista catalán (Perich), añadió: “...señor conde”. No he visto nunca información sobre la titularidad de los bosques que se queman, su finalidad, mantenimientos ejecutados, etc. ¿Por qué?
Francisco Javier Giménez González. Madrid
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.