_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Plasmaducto

Para ser verdugo en América hay que saber de anatomía, como para no arruinarse este invierno en España conviene ser calderero o tener un amigo que lo sea

Radiador de gas en una vivienda en Madrid.
Radiador de gas en una vivienda en Madrid.Víctor Sainz
Juan José Millás

La caldera de la calefacción tiene aurículas y ventrículos desde los que lanza agua caliente al sistema venoso de nuestros domicilios y la recibe de nuevo para volverla a calentar, porque hablamos de un circuito cerrado, construido a imagen y semejanza del aparato circulatorio de los mamíferos. Los tubos no se ven, claro, permanecen ocultos tras los tabiques como las venas tras la piel. Sé que uno de ellos pasa por detrás de la pared del armario de mi dormitorio porque las camisas salen templadas, como si acabara de quitárselas un tipo con fiebre. Al principio, convencido de que alguien vivía ahí dentro, me daba mucha aprensión ponérmelas. No alcanzo a comprender los misterios del cuerpo de la casa como no alcanzo a comprender las rarezas de mi paladar o de mis intestinos.

En Estados Unidos han cancelado ya un par de ejecuciones porque no encontraban las venas en las que introducir el veneno a los condenados a muerte. Si las tenían distribuidas del mismo modo que el sistema calefactor de mi hogar, tampoco me extraña. Para ser verdugo en América hay que saber de anatomía, como para no arruinarse este invierno en España conviene ser calderero o tener un amigo que lo sea y nos explique por dónde pasan las arterias y por donde los capilares por los que discurre el agua caliente, para saber qué llaves conviene cerrar y qué llaves mantener abiertas.

Imagínense que cada día, al despertar, tuviéramos que conectar el cuerpo a un plasmaducto que nos proporcionara la sangre al precio del gas. No nos conectaríamos, en fin. Iríamos por la vida exangües, pálidos por la falta de oxígeno y con las extremidades heladas, igual que se encuentran hoy la mayoría de los radiadores de nuestras casas en los que, cuando no funcionan, se concentra el frío con la misma intensidad que, cuando los abrimos, se concentra el calor.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_