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LUTO POR UN POETA UNIVERSAL

La hija de Alberti recibió la noticia en La Habana

Aitana Alberti recibió la noticia de la muerte de su padre la noche del miércoles mientras cenaba con unos amigos en casa del director del Centro Cultural Español en La Habana, Ion de la Riva. Había estado con su padre en España hace sólo algunos meses, fue una especie de despedida. "Yo quisiera que mi padre fuera recordado por ser ante todo un hombre que supo vivir la vida intensamente", declaró.Desde hace casi treinta años, Aitana vive en La Habana, y aquí reside también Marina, una de sus dos hijas. Tanto para Aitana como para Rafael Alberti, Cuba siempre fue como una segunda patria.

La primera vez que Rafael Alberti pisó Cuba fue en abril de 1935. Llegó el día 16 de ese mes en el vapor Siboney procedente de Nueva York junto a su esposa, la escritora María Teresa León. A los pocos días conoció Alberti al poeta cubano Nicolás Guillén, con quien sostendría una fraterna y duradera amistad.

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Alberti volvió a Cuba en 1960, con Fidel Castro ya en el poder, y regresó de nuevo en 1991. Durante este viaje fue condecorado por el presidente cubano con la Orden José Martí, la más alta distinción que concede el Gobierno de La Habana a un visitante extranjero, y también la Universidad de La Habana le concedió el título de doctor honoris causa en Letras.

En el recuerdo

También en Argentina, uno de los países del exilio, se recordó al poeta. "Estamos muy conmovidas porque Alberti fue el único intelectual que siempre nos apoyó sin reservas. Siempre fue el primero en firmar nuestras peticiones, fue nuestro gran amigo", dijo la presidenta de la agrupación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, informa Francesc Relea.

"Cuando íbamos a España siempre lo visitábamos. Creo que los grandes hombres, sobre todo los que llegan al corazón del pueblo, nunca mueren porque perdura su recuerdo". El poeta protestó en su día por el indulto a los comandantes de la dictadura firmado por el presidente argentino Carlos Menem, de quien rechazó una condecoración.

Rafael Alberti llegó a Argentina el año 1939 en su huida de la represión franquista en España. Primero vivió en la ciudad de Córdoba, de donde se trasladó a Punta del Este (Uruguay), para instalarse finalmente en Buenos Aires, donde vivió junto a su esposa María Teresa León en un modesto apartamento de la avenida de Las Heras. Allí nació su hija Aitana. En la capital argentina convivió con otros escritores españoles exiliados, como Francisco Ayala, Rosa Chacel y Blanco Amor, y con Ramón Gómez de la Serna.

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