El cine que viene: Indiana Jones se despide de todos ustedes
El adiós de Harrison Ford al arqueólogo, el regreso de Víctor Erice, la incertidumbre sobre el futuro de las plataformas y un Cannes rebosante de grandes nombres marcan el 2023 cinematográfico
El 19 de abril del año pasado, un espectacular terremoto golpeó la industria del cine. Fue de tal calibre la sacudida que sus ecos van a marcar al sector en 2023 y 2024. Ese día Netflix anunció que por primera vez en su historia no solo no ganaba suscriptores, sino que había perdido 200.000 y que en el segundo semestre de 2022 abandonarían su servicio, en total, dos millones de clientes (finalmente, solo se marchó un millón). Esa jornada, la plataforma se hundió en Bolsa. Y a pesar de un buen final de año, sus acciones siguen a la mitad de precio que al concluir 2021. Pero, sobre todo, ese día se esfumaron los sueños de centenares de directores que habían apostado a que esta plataforma, y en general el resto de los servicios de streaming, producirían sus películas. Llegaron los recortes, la cancelación de proyectos y, abruptamente, el tan cacareado cambio de paradigma se diluyó. Ya no habrá mutación radical, sino un difícil encaje entre películas evento para salas de cine y títulos con tirón en internet. En medio, y más en España, sufrirá el cine de autor, abandonado a su suerte por todos.
Por mucho que en 2023 asistamos a la despedida de Harrison Ford del personaje de Indiana Jones (y no parece fácil que vuelva a la gran pantalla con otro rostro), la vuelta al cine comercial de Víctor Erice con Cerrar los ojos y a un Cannes rebosante de grandes nombres, la incertidumbre sobre el futuro de las plataformas, algunas de las cuales se comerán a otras o se fusionarán entre ellas, ha enfermado a la industria. Y aunque la taquilla mundial creció un 12% el año pasado (lejos aún de las cifras de prepandemia, que podrían por fin igualarse esta temporada), en España las recaudaciones un 40% más bajas que en 2019 marcan que habrá menos compras de cine de autor (porque su público no ha vuelto a las salas) y menos apuestas financieras arriesgadas para obras artísticas. La excepcional cosecha española de 2022 no tendrá fácil prolongación este año, aunque siempre habrá películas interesantes. Aquí van un buen puñado.
Taquillazos
DC y Marvel siguen tirando del cine mundial, pero mientras la segunda mantiene su ritmo de lanzamientos (y así llegarán Ant-Man y la Avispa: Quantumania, The Marvels o Guardianes de la galaxia: volumen III), en la primera aún tiene que poner orden James Gunn, el nuevo responsable creativo del estudio, que en 2023 estrenará, por fin y tras años de retraso, The Flash (con Maribel Verdú como madre del superhéroe), además de Aquaman 2 y Blue Beetle, con su primer protagonista latino.
En animación, Pixar intentará levantar cabeza con Elemental y una de las grandes sorpresas de los últimos años tendrá continuación: en junio se estrenará Spider-man: cruzando el multiverso. Otras películas llamadas a atraer gran cantidad de público serán Dune: parte 2 (con Javier Bardem como Stilgar), La sirenita (en carne y hueso, y también con Bardem, aquí el rey Tritón), Misión Imposible 7: sentencia mortal, parte 1 (nunca se pone el sol en el imperio Cruise). Y, por supuesto, a finales de junio Harrison Ford, con 80 años, se despide del arqueólogo más famoso con Indiana Jones y el dial del destino, de James Mangold. Más dudas hay sobre el recorrido del musical Wonka, con Timothée Chalamet dando vida a Willy Wonka de joven, cuando conoce a los Oompa-Loompas, y con canciones de The Divine Comedy.
España
Tras el excepcional 2022, un chorro de champán que alegró a toda la industria tras salir por los aires el tapón que lo frenaba, la covid, llega un 2023 más mesurado. Aunque habrá apuestas interesantes. En Sundance, que arranca en dos semanas, se estrenará Mamacruz, de Patricia Ortega, una comedia con Kiti Mánver como una abuela que llevaba décadas sin disfrutar de un orgasmo. Un puñado de directoras estrenarán su segundo largo, tras un primer trabajo de calidad: Lucía Alemany (Mari(dos)), Marta Díaz (Los buenos modales), Celia Rico (Pequeños amores), Alauda Ruiz de Azúa (Eres tú) y Carlota Pereda (La ermita). Debutantes llamados a hacer ruido son Eva Hache con Un mal día lo tiene cualquiera; Pablo Maqueda (su primer largo de ficción en salas comerciales) con La desconocida, y sobre todo Mario Casas, que dirige Mi soledad tiene alas, con guion propio y con su hermano Óscar como protagonista.
Entre los veteranos estrenarán Álex Montoya (La casa, adaptación del cómic de Paco Roca), Víctor García León (la comedia Vaya vacaciones), Patxi Amezcua (el thriller Infiesto), Daniel Calparsoro (el filme de acción Todos los nombres de Dios), F. Javier Gutiérrez (La espera), Paco Plaza (que extenderá su éxito en el terror con Hermana muerte), Belén Macías (Verano en rojo), y dos creadoras con películas que huelen a festivales: Elena Trapé y su Els encantats, y Arantxa Echevarría, con otra inmersión social: Chinas.
En España, tres títulos creados para liderar taquillas son Momias, animación dirigida por Juan Jesús García Galocha; Campeonex, de Javier Fesser (que estrena la continuación de Campeones a la vez que en Hollywood lanzan el remake), y Vacaciones de verano, de Santiago Segura, valor seguro en las salas.
Finalmente, los pesos pesados del cine de autor. Tras muchos años sin hacer cine, Jaime Chávarri estrena La manzana de oro. Manuel Martín Cuenca ya está con la posproducción de El amor de Andrea, al igual que Fernando Trueba, que ha dirigido en Grecia Haunted Heart, con Matt Dillon y Aida Folch. Benito Zambrano ahonda en El salto el drama diario de la emigración que se vive en el monte Gurugú. Y Carlos Saura lanza, antes de recibir el Goya de Honor, el documental sobre pintura Las paredes hablan.
Aparte, un trío capital. En Cannes Pedro Almodóvar proyectará su mediometraje Strange Way of Life, un wéstern queer; Juan Antonio Bayona es la apuesta de Netflix para los festivales de otoño con La sociedad de la nieve y su reconstrucción del accidente de aviación en los Andes, del que ahora se ha cumplido medio siglo. Y Víctor Erice puede que esté también en Cannes con Cerrar los ojos, un drama nostálgico sobre la amistad entre un veterano director y su actor protagonista, en un retorno anhelado por la cinefilia mundial desde hace tres décadas.
El tremendo Cannes que viene
Todo el mundo cinéfilo está como loco. El festival de Cannes, que arrancará el 16 de mayo, tiene una lista exacerbada de posibles participantes. Pendiente de estreno aún en España la última Palma de Oro, El triángulo de la tristeza, de Ruben Östlund, que llegará a las salas en febrero, ya está a pleno rendimiento la maquinaria de rumores sobre el cine en La Croisette. Entre los señalados, Ken Loach (The Old Oak), Kiril Serébrennikov (Limónov: la balada de Eddie), Sofia Coppola (Priscilla), Nuri Bilge Ceylan (On Dry Grass), Rose Glass (Love Lies Bleeding), Luca Guadagnino (Challengers), Alexander Payne (The Holdovers), Matteo Garrone (Io Capitano), Todd Haynes (May December), Lone Scherfig (La contadora de historias), Roman Polanski (The Palace), Nanni Moretti (Il sol dell’avvenire), Steve McQueen (Blitz), Pawel Pawlikowski (The Island), Hirokazu Kore-eda (Monster), Aki Kaurismäki (Dead Leaves) y pudiera proyectarse allí la película póstuma de Jean-Luc Godard Scénario. Estos son los nombres irrefutables, porque la lista se amplía mucho más.
Hay otras películas con poderío por la que se pegarán los festivales, y sus fechas de estreno las señalan para los Oscar de 2024. Como Maestro, que dirige y protagoniza Bradley Cooper dando vida a Leonard Bernstein; Beau Is Afraid, nuevo trabajo de terror de Ari Aster; How Do You Live?, que ahora sí supondrá la retirada, tras varios amagos, de Hayao Miyazaki; Asteroid City (rodada en España) y La maravillosa historia de Henry Sugar, ambas de Wes Anderson; Infinity Pool, de Brandon Cronenberg; Eureka, de Lisandro Alonso; Poor Things, de Yorgos Lanthimos; Civil War, de Alex Garland; El Conde, de Pablo Larraín, acerca de un Pinochet vampiro, al que da vida Alfredo Castro, que lleva viviendo 250 años; The Killer, de David Fincher; The Conversion, de Marco Bellocchio (incansable a sus 83 años, con su cine de alto contenido ideológico); The Way of the Wind, de Terrence Malick, que narra los últimos días de Jesucristo; Oppenheimer, de Christopher Nolan, sobre el científico que desarrolló las primeras bombas atómicas; Killers Of The Flower Moon, de Martin Scorsese, que sigue buscando su hueco para su lanzamiento, o Daaaaaali!, una sátira sobre el pintor, obra de Quentin Dupieux. Y veremos si acaba en este 2023 Ridley Scott su Napoleón, biografía del emperador francés que encarna Joaquin Phoenix.
Entre películas de las que se habla y se espera mucho, están la comedia futbolera Next Goal Wins, de Taika Waititi; Barbie, de Greta Gerwig, una vuelta de tuerca al mundo de la mítica muñeca, con Margot Robbie y Ryan Gosling; Oso vicioso, de Elizabeth Banks, inspirada en la historia real de un oso negro que esnifó 40 kilos de cocaína en un parque nacional estadounidense que habían sido arrojados en paracaídas por un narcotraficante a la fuga, y Renfield, en la que Nicholas Hoult interpreta a un pobre hombre que ansía una vida mejor, pero que no logra separarse de su jefe: es el criado del conde Drácula, al que encarna Nicolas Cage.
Los Oscar de esta temporada
Antes del 12 de marzo, día en que se celebrará la 95ª gala de los premios Oscar, en España se estrenarán muchas de las favoritas a los galardones de Hollywood. Como Decision to Leave, el thriller de Park Chan-wook; Almas en pena de Inisherin, drama sobre dos amigos —Colin Farrell y Brendan Gleeson luchando por las estatuillas— de Martin McDonagh; La ballena, de Darren Aronofsky, con un Brendan Fraser como profesor de inglés obeso mórbido; Tár, de Todd Field, en la que Cate Blanchett encarna a una prestigiosa directora de orquesta en la cúspide de su carrera; la francesa Saint Omer, de Alice Diop; Ellas hablan, de Sarah Polley, que ahonda en los abusos sexuales en una comunidad menonita (y que cuenta con el mejor reparto femenino de la temporada), y Till, que también muestra un hecho real, el linchamiento y asesinato del niño Emmett Louis Till en 1955, crimen que conmocionó Estados Unidos. Además, dos directores que viajan a sus recuerdos de adolescencia: Steven Spielberg lo hace en Los Fabelman, y Sam Mendes recuerda aquellos años en El imperio de la luz.
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