Tom Cruise, el profeta del cine en las salas: “Nunca estrenaré en plataformas”
El actor presenta en Cannes ‘Top Gun: Maverick’ y reflexiona sobre su aprendizaje en los rodajes y su pasión por hacer películas para la gran pantalla
Convertido en el epítome de las estrellas de Hollywood, con pelo largo y sonrisa de esas que iluminan de puro níveo. Tom Cruise (Siracusa, Nueva York, 59 años) se ha dejado querer este miércoles por las masas en Cannes. Y desde luego, ellas le adoran. Aplausos arrolladores, gritos desaforados. El festival de Cannes se ha rendido a la estrella en un estreno en el que hasta ha participado la patrulla acrobática de la Fuerza aérea francesa con un vuelo rasante por encima del Palacio al acabar la alfombra roja. Todo parecía poco para celebrar el estreno europeo, en una Sesión Especial, de Top Gun: Maverick. Para que no hubiera dudas, en los segundos previos a la proyección, el certamen le concedió, por sorpresa incluso para el mismo Cruise, una Palma de Oro de Honor.
Poco antes, en una sala llena, de negro riguroso, desde el jersey a los pantalones y los zapatos, el actor ha mantenido una charla sobre su carrera y su pasión: “El cine”. Enfrente de 1.300 personas (solo Sylvester Stallone había realizado su encuentro en ese lugar, el resto se desarrollan en un local más pequeño), Cruise no ha realizado grandes revelaciones, aunque sí ha dejado un par de titulares. Hacía 30 años que no pisaba el festival francés, desde que Un horizonte muy lejano clausurara la edición de 1992 junto a Nicole Kidman. Por cierto, la actriz, su exesposa, no apareció en ningún fragmento del largo vídeo de presentación de la filmografía de Cruise; en cambio, en el escenario él la ha mencionado al recordar el rodaje de Eyes Wide Shut y sus conversaciones “con Stanley [Kubrick] y Nic”.
Presentado como “el amigo del cine”, el actor no se ha salido ni un centímetro de esa definición. “Yo hago películas para la gran pantalla”. “Yo hago películas para el público”. “Es diferente escribir y crear una película para televisión que para cine”. Los tres mantras que han marcado la conversación. Cruise ha asegurado que llamó durante la pandemia a los dueños de los cines asegurándoles que tanto Misión: Imposible 7 y 8 como Top Gun: Maverick se lanzarían en salas. Top Gun: Maverick llegó a tener fecha de estreno, 24 de junio de 2020, antes de que el coronavirus alterara el mundo. ¿En algún momento pudo haberse comercializado en una plataforma? “Eso no pasó ni va a pasar. Jamás”, respondió. Finalmente, llegará a los cines el 26 de mayo.
Para el actor, tras lo sufrido estos dos últimos años, es un “gran privilegio estar aquí, en una sala sin mascarillas, viéndonos las caras”. Y ha asegurado que acude a los cines a ver filmes. “Las películas tienen que verse en salas. Allí te sientes parte de una comunidad, compartes la experiencia. Conozco el negocio, pero me gusta la experiencia de hacer películas para la gran pantalla y de largo recorrido en la cartelera. El cine es mi pasión. Por eso veo los estrenos con gente en salas. De verdad, me pongo una gorra y voy como uno más”.
De su infancia ha recordado que con cuatro años ya le encantaba ver películas. “También escribía mis cosas, personajes; o me subía a los árboles. Era un soñador. En mi adolescencia vendí tarjetas y christmas puerta a puerta o cortaba el césped. Lo que ganaba me lo gastaba en ir al cine”, recordó. “A los 18 años hacía mis propios vídeos. Yo no fui a una escuela de cine, sino que aprendí en los rodajes”. El mensaje de aprender de todo y de todos lo repitió sin cesar. “Hay que trabajar duro en aprender. Yo ruedo en diversas partes del mundo, y me gusta sumergirme en sus culturas y en sus idiomas. La gente me interesa, la Historia me interesa”.
Cruise se ha explayado en su explicación de su hábitat natural, los rodajes. “Cada película es una acumulación de conocimientos de las previas. Mi segundo filme fue Taps, más allá del honor, y allí me sentaba a charlar con George C. Scott. Me imponía, era Patton [risas]. Compartió conmigo todo tipo de conocimientos, de recuerdos, de trabajos como Teléfono rojo, volamos a Moscú. Me dio un gran consejo cuando le expliqué que quería dedicarme a esto toda mi vida: ‘Lo único que tienes que hacer es trabajar lo mejor posible cada día”, recordó. “Por eso, me encanta colaborar con los equipos fílmicos. He trabajado con increíbles creadores como Tony Scott [mención obligada porque dirigió el primer Top Gun, en 1986]. Todo es importante. Hay que saber hasta de lentes. Y tengo claro que nunca es mi película, siempre es nuestra película. Tap fue un aprendizaje increíble de cinco semanas, vi hasta el material diario que rodábamos, me enseñaron hasta que la luz comunica sentimientos distintos aunque el actor haga lo mismo”.
El riesgo que atrae al público
¿No siente miedo al interpretar tantas y tan peligrosas secuencias de acción? “Claro que sí”. Entonces, ¿por qué lo hace? “Nadie le preguntó a Gene Kelly que por qué bailaba”. Y rememoró: “Tenía cuatro años y medio cuando me subí al tejado del garaje de mi casa, mientras mi madre estaba en la cocina, y salté con un paracaídas hecho con una sábana. En el momento en que mis pies salieron del tejado me di cuenta de que no era una buena idea. O me mataba o luego lo haría mi madre”. Esa pasión por el riesgo sabe que beneficia a sus películas: “Pienso en el público y en su experiencia”.
En Top Gun: Maverick no hay efectos digitales más allá de recrear explosiones. Los actores se subieron de verdad a reactores. Cruise recordó que en la primera entrega, en 1986, muchas tomas aéreas se arruinaron por los vómitos de los intérpretes y por eso, esta vez, planeó y ejecutó un detallado plan de inmersión en el vuelo para sus compañeros más jóvenes. ¿Por qué ha tardado 36 años en rodar la segunda parte? “Me la ofrecieron, sin embargo, en aquel momento tenía que crecer como artista. Las secuelas tienen que dialogar con el público. Esta ha estado años y años en desarrollo. Incluso la hablé con Tony [Scott, que falleció en 2012]. Dedico mucho tiempo y energías en cada proyecto”. ¿Y se plantea el final de su carrera? “No, porque sigo aprendiendo, haciendo películas, buscando historias. Yo pienso en la siguiente, y en la otra, y en la otra, y en colaborar con un equipo y ver en qué puedo ayudar y en qué me pueden ayudar”.
Babelia
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