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Mujeres y niñas en el paso fronterizo de Adré, entre Chad y Sudán, en septiembre de 2023.
Sudán

La huida de las sudanesas, víctimas de la guerra y de la violencia sexual

Abigajla Conway/World Vision|Campo de refugiados de Adré, Chad|

Las agresiones contra las mujeres de este país africano, escenario desde 2023 de una guerra civil que ha provocado millones de desplazados y miles de muertos, aumentan en medio de una total impunidad. La ONU ha denunciado el aumento de los crímenes contra la población femenina, que en muchos casos huye a países vecinos como Chad, donde reciben una mínima asistencia

Arriba, de izquierda a derecha: los raperos afganos Manizha Talash, Seraj Amiri, Jawad Sabery, Ali Qorbani y Mats. Abajo, de izquierda a derecha: Jorge Muñoz (Boa Mistura), Pablo Purón (Boa Mistura) y el rapero afgano Ahmad Morravej, en CaixaForum (Madrid).
Vidas Nuevas, un proyecto de Acnur

Rap, hip hop y ‘break dance’ desde Afganistán, o cómo reivindicar la libertad a través de la música

Acnur conmemora el Día del Refugiado con un espectáculo en el que participará la primera generación del hip hop de Afganistán y una bailarina de’ break dance’ afgana que va a competir en París 2024, todos huidos de su país tras la llegada de los talibanes. Se les sumará el colectivo de artistas Boa Mistura, que va a pintar un mural con la ayuda de todo el que pase por allí

El campo de Bulengo se sitúa a unos 10 kilómetros de la ciudad de Goma, al este de la República Democrática del Congo, y en él viven en condiciones muy precarias unas 180.000 personas que han huido de los combates en la región del Kivu del Norte, donde aumenta la presencia del grupo rebelde M23.
Planeta Futuro

Más desplazados, civiles asesinados, abusos sexuales y hambre: la crisis en República Democrática del Congo se agrava silenciosamente

Laetitia Kasongo / Beatriz Lecumberri|Goma, República Democrática del Congo / Madrid|

El estallido de una nueva ola de violencia en el este del país obliga a huir a miles de personas a campos ya saturados donde no hay seguridad para las mujeres y niños y faltan alimentos y agua potable, lo que hace temer una explosión de enfermedades

La refugiada afgana Massouda K, en su casa de Viladecans (Barcelona).
Vidas Nuevas, un proyecto de Acnur

Cuando a un refugiado no le basta con ser un alumno brillante

La mitad de los 14,8 millones de desplazados forzosos en edad escolar no recibe educación formal a pesar de ser clave para su integración. A ello se unen particularidades como el país de acogida, si hablan su idioma, si están solos o en familia, su género o si tienen algún tipo de formación. Elena, Jorge y Massouda, que llegaron a España hace dos años, son ejemplos de esa integración y de esas dificultades

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