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El Gobierno ordenó al ‘Furor’ que no entrase en la zona de exclusión marítima de Israel para evitar un choque armado

Exteriores se queja a la encargada de Negocios israelí por el abordaje de la flotilla humanitaria en aguas internacionales

El buque 'Furor', cuando salió de Cartagena la semana pasada. Foto: Alfonso Duran (AP)
Miguel González

El Gobierno ordenó que el buque Furor de la Armada española, enviado con la misión de prestar asistencia y colaborar en un eventual rescate de los integrantes de la Flotilla Global Sumud (resiliencia en árabe), no entrase en la zona de exclusión marítima decretada por Israel frente a la franja de Gaza para evitar una escalada de tensión que pudiera desembocar en un choque armado entre militares de los dos países, según fuentes gubernamentales. Esta decisión se tomó por razones de seguridad, agregan las mismas fuentes, a pesar de que España considera ilegal esta zona de exclusión.

La legislación internacional reconoce a todos los países unas aguas territoriales de 12 millas, a las que se suman otras 12 de la denominada zona contigua, en la que los Estados tienen ciertos derechos de inspección para prevenir infracciones o delitos, pero no plena soberanía. En total, 24 millas náuticas (44,5 kilómetros). Sin embargo, Israel ha impuesto un bloqueo naval a Gaza que incluye una zona de exclusión de 150 millas náuticas (277 kilómetros) frente a la Franja. España no la reconoce, pero ha optado por respetarla. Lo mismo hizo Italia aunque, según las fuentes consultadas, se trató de una decisión autónoma de cada uno de los dos países que no se concertaron entre sí. El abordaje de la flotilla se ha producido así en aguas internacionales.

El pasado día 30, el Gobierno español advirtió a los integrantes de la Flotilla de que el Buque de Acción Marítima (BAM) Furor, que zarpó de Cartagena en la madrugada del pasado viernes, no les acompañaría cuando se adentrasen en la zona de exclusión decretada por Israel y les recomendó “encarecidamente” que tampoco lo hicieran ellos, “porque hacerlo pondría en riesgo la integridad física de su tripulación y de la propia Flotilla”. El mismo día, la fragata italiana Alpino, que venía acompañando a la expedición humanitaria, lanzó una alerta en la que invitaba a los tripulantes de la Flotilla a subir a bordo del buque militar y darse la vuelta, advirtiéndoles de que era la última oportunidad de hacerlo, ya que no pensaba acercarse más a Gaza.

Finalmente, las 44 embarcaciones de la expedición a Gaza fueron interceptados por la Marina israelí entre la noche del miércoles y la mañana del jueves y sus pasajeros conducidos al puerto israelí de Ashdod, sin que opusieran resistencia ni se produjeran daños personales. Entre ellos hay unos 65 españoles, según datos del Ministerio de Asuntos Exteriores; incluidos la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, la diputada autonómica catalana Pillar Castillejo o el concejal de ERC por Barcelona Jordi Coronas. Se espera que, una vez indentificados, sean recluidos en un centro de internamiento en Beerseva, en el desierto del Neguev, donde podrían recibir asistencia consular este mismo viernes.

Si se repite el mismo esquema que en anteriores ocasiones, quienes se declaren culpables de intentar entrar ilegalmente en el país podrían ser expulsados en un plazo de 72 horas, con prohibición de volver a entrar en Israel; mientras que los restantes quedarían a disposición judicial. Según el ministro italiano de Exteriores, Antonio Tajani, los activistas podrían ser expulsados entre el lunes y martes de la semana próxima a bordo de sendos vuelos chárter a Madrid y Londres.

El Ministerio de Asuntos Exteriores ha convocado este jueves a la encargada de Negocios de la Embajada de Israel en Madrid, Dana Erlich, para protestar por la detención de los españoles que iban a bordo de la Flotilla que llevaba ayuda humanitaria a Gaza, según ha anunciado el ministro José Manuel Albares en TVE. El ministro no ha querido calificar las detenciones de ilegales, pero ha subrayado que se trata de “ciudadanos pacíficos y solidarios […] que tenían un objetivo exclusivamente humanitario”, a bordo de “embarcaciones privadas, y estaban ejerciendo un derecho de paso inocente por aguas internacionales. Por lo tanto, no ha lugar a que haya ningún tipo de detención”, ha concluido.

Albares ha explicado que el primer grupo de tripulantes de la flotilla ha llegado a Israel en torno a las ocho de la mañana, hora peninsular española. El ministro ha agregado que el cónsul de España en Tel Aviv y dos miembros de la Guardia Civil, incluido el agregado de Interior, se han trasladado al puerto de Ashdod y que las autoridades israelíes les han comunicado que cuando todos sean trasladados al centro dispuesto al efecto se podrá contactar con ellos y prestarles asistencia consular.

El ministro ha añadido que deben quedar en libertad y regresar a España inmediatamente. “Desde luego, no voy a aceptar ninguna acusación completamente injusta e infundada hacia ellos”, ha apostillado. Desde Copenhague, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha exigido que se respeten los derechos de los integrantes de la flotilla y ha avisado de que se estudiará si Israel ha violado la legalidad internacional, informa Efe.

Por su parte, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha dicho en Cáceres que el Furor “va a continuar en la zona hasta que todo el mundo sea liberado y pueda volver a su país”, informa Efe. Robles ha pedido la liberación inmediata de las integrantes de la Flotilla cuyo “comportamiento ha sido siempre pacífico” y ha exigido a Israel el cumplimiento del Derecho Internacional.

Finalmente, Albares ha hablado este jueves con su homólogo de Irlanda, Simon Harris, y con la Alta Representante para la Política Exterior, Kaja Kallas, a quien ha pedido que la UE se posicione a favor de los ciudadanos europeos detenidos en Israel. Exteriores analiza la situación con otros países, como Turquía o Brasil, que contaban con nacionales en la flotilla, según fuentes diplomáticas.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.
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