
Sin lágrimas
Hay tanto por lo que llorar en este mundo que no me quedan suficientes lágrimas. Ojalá, esta vez sí, gane la paz

Hay tanto por lo que llorar en este mundo que no me quedan suficientes lágrimas. Ojalá, esta vez sí, gane la paz


Si el ruido no está contemplado como causa absolutoria en el Código Penal es, sin duda, porque sería un coladero

¿Despertaremos de esta pesadilla destructiva, intolerante y vocinglera en que han conseguido encerrarnos?

Respeto a todo creador que necesite perentoriamente hacer lo que hace, me gusten sus obras o no


En España significa conseguir un juez complaciente para denunciarle delitos muy dudosos de un enemigo político

Ya no debemos elegir entre derecha e izquierda, sino, como en época de Gramsci, entre democracia y autocracia


Entre los deseos y la tozuda realidad median muchas decepciones y concesiones. Pero hasta cierto punto

Lo peor no es ni siquiera nuestra maldad, sino la necedad, la inmadurez emocional, la falta de pensamiento y autocrítica. Nos enrocamos en nuestras pequeñas ideas, en la comodidad del pensamiento grupal y en los prejuicios


Necesitamos causas que no consistan en perder un poco menos sino en creer honestamente que podríamos ganar algo

Hay épocas en las que, a la tragedia, se suma un matiz desaforado, un viento de portentosa chifladura

Solo nos ama quien quiere vendernos un plan de pensiones. Uno siente que, en el banquete de la vida, le acaban de servir el brócoli

Tener a Trump en la Casa Blanca puede ser un desastre, pero también una oportunidad, sobre todo para los europeos

En el sistema educativo español debería incluirse un viaje a los campamentos saharauis: aprenderíamos muchísimo


Cuando un cobarde puede mantenerse en las sombras le resulta más fácil escupir todo el odio


En vez de vivir con los amantes y salir con los amigos, deberíamos vivir con los amigos y salir con los amantes

No puede extrañar que estos textos sean de una sobriedad extrema. Las víctimas auténticas jamás posan de víctimas


Los canallas pirómanos son siempre una minoría. Pero ¿qué hace mientras tanto la mayoría?

Yo, la verdad, no creo que —más allá de los hechos más banales— exista la verdad sino verdades
