La NBA y la FIBA siguen adelante con el plan de crear una Liga europea: en enero hablarán con los clubes interesados

La NBA parece usar estos días el manual de Donald Trump, por mucho que la competición y el mandatario jamás hayan ido de la mano e, incluso, se enfrentaran en su primer mandato a través de figuras como Stephen Curry y LeBron James. La competición estadounidense persigue expandir su radio de influencia fuera de sus fronteras, un espejo de la política reciente del presidente, y convertirse en el principal actor del baloncesto europeo con la creación de una nueva Liga continental de la mano de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA). La propuesta es firme y, por ahora, no parece que vaya a contar con el beneplácito de la Euroliga, la competición de referencia del viejo continente. “O lo tomas o lo dejas”, vienen a decir los impulsores entre abrazos de oso y un intercambio diplomático de comunicados.

El último de ellos llegó este lunes y viene a confirmar algunos detalles, en gran parte ya conocidos entre bambalinas. Después de las Navidades, la NBA y la FIBA avanzarán en su exploración conjunta de una nueva Liga profesional masculina paneuropea. Lo harán aprovechando la disputa de dos encuentros de la temporada regular de la NBA en Berlín y Londres los próximos 15 y 18 de enero, y donde lloverán las preguntas sobre un proyecto que mantiene muchas incógnitas. La más acuciante: quiénes serán los 12 participantes fijos que propone la organización.

Para resolver esta cuestión, la NBA iniciará conversaciones con todos los equipos y grupos propietarios interesados en incorporarse a la competición. Tanto el Real Madrid como el FC Barcelona, que han guardado un silencio escrupuloso a la espera de acontecimientos más concretos, estarán en las negociaciones. “Esta Liga incluirá equipos existentes, nuevos equipos y equipos de fútbol que quieren invertir en baloncesto”, detallaba a EL PAÍS Mark Tatum, número dos de la NBA y el verdadero líder del proyecto, en una conversación reciente. Los países y ciudades objetivo para establecer las franquicias están ya fijados: Reino Unido (Londres y Mánchester), Francia (París y Lyon), España (Madrid y Barcelona), Italia (Roma y Milán), Alemania (Múnich y Berlín), Grecia (Atenas) y Turquía (Estambul).

En un período de entre siete y diez años, según Tatum, la Liga europea de la NBA buscaría doblar el número de miembros permanentes, con la mira puesta en Europa del Este e Israel, pero sin planes concretos todavía para Oriente Medio. Además de las plazas fijas, la nueva competición ofrecería a todos los equipos de las Ligas nacionales europeas afiliadas a la FIBA una vía de acceso basada en méritos deportivos para clasificarse cada temporada, ya sea a través de la Basketball Champions League (BCL) de la FIBA o mediante un torneo clasificatorio al final de la temporada.

Según este mapa, la Euroliga quedaría en tierra de nadie y, muy probablemente, sin varios de sus mejores equipos. “Si podemos ir de la mano, fantástico. Si no, compitamos”, reconocía Jorge Garbajosa, presidente de FIBA Europa, en una entrevista reciente con este periódico. “Aunque digan que estamos hablando, no hay mucho progreso porque ellos están siguiendo su plan. Por nuestra parte, ese no es el camino correcto”, lamentaba Paulius Motiejunas, director general de la Euroliga.

Estudio económico

Si la estrategia no cambia, habrá solo cuatro plazas de libre acceso para arrancar la aventura. “El formato de la Liga respeta los principios del modelo deportivo europeo al ofrecer a cualquier club ambicioso una vía justa hacia la élite. El proyecto está concebido para mejorar la sostenibilidad de todo el ecosistema —jugadores, clubes, ligas y federaciones nacionales— al generar un efecto en cadena que beneficiará de forma significativa a los aficionados“, apunta el secretario general de la FIBA, Andreas Zagklis.

“Nuestras conversaciones con distintos actores en Europa han reforzado nuestra convicción de que existe una enorme oportunidad en torno a una nueva Liga en el continente. Junto a la FIBA, esperamos entablar conversaciones con clubes y grupos propietarios que compartan nuestra visión sobre el potencial del baloncesto en Europa”, señala el comisionado de la NBA, Adam Silver. Antes de confirmar estos avances definitivos, con 2027 como fecha tentativa para el estreno de la nueva Liga, según fuentes conocedoras de los planes de la organización estadounidense, los colosos financieros JPMorgan y Raine Group han aprobado el potencial económico de la operación, el gran reclamo de la propuesta.

Calendarios más alineados

Otro aspecto que remarcan los impulsores es que la nueva Liga alinearía su calendario con los de las competiciones nacionales y las selecciones, lo que permitiría a los jugadores representar a sus clubes y equipos nacionales todo el año. Estos últimos cursos, los calendarios de la FIBA y Euroliga han chocado en varias ocasiones y deslucido las ventanas de selecciones, donde raramente han aparecido los mejores jugadores del panorama –y jamás los de la NBA, algo que no cambiaría–.

Como parte del proyecto, la NBA y la FIBA también prevén destinar apoyo financiero y recursos al desarrollo del baloncesto europeo, incluidas las ligas nacionales, las academias de los clubes y los programas para la formación de jugadores, entrenadores y árbitros. Parece un paso natural cuando los mayores talentos de la Liga estadounidense, como Nikola Jokic, Giannis Antetokounmpo y Luka Doncic, se formaron en las canteras europeas. Este curso, la NBA cuenta con un récord de 135 jugadores internacionales y se retransmite en 60 idiomas.

En los próximos meses se esperan las primeras confirmaciones de equipos y fechas para el estreno de la nueva competición, que será una realidad con o sin el beneplácito de la Euroliga. La NBA planea confirmar también en 2026 los planes de expansión dentro de Estados Unidos. Ciudades como Seattle y Las Vegas aspiran a conseguir los dos puestos que se añadirán a la competición, que cuenta con 30 equipos desde la entrada de Charlotte en 2004.