Ir al contenido
_
_
_
_
LA IMAGEN
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Hay que estar loco

Juan José Millás

Lo que a mí me gustaba de Claudia Cardinale era esa coincidencia de ces, de eles, de aes y de íes que colocaban su nombre y su apellido al borde de la aliteración. Lo repetía con frecuencia para mis adentros: Claudia Cardinale. Funciona perfectamente como mantra. Diga despacio Claudia al inspirar por la nariz y pronuncie Cardinale al expulsar el aire viciado por la boca. Hágalo 30 o 40 veces muy despacio y deje vagar sus pensamientos sin dejar de observarlos, de espiarlos más bien, como a través del ojo de una cerradura. Yo acabo de ejecutarlo y cuando iba por la repetición número 15 ha cruzado el cielo de mi bóveda craneal un objeto pequeño y redondo que, observado con atención, parecía una ciruela claudia de las de ese color morado o violáceo idéntico al de los cardenales que me hacía de pequeño en el patio del cole jugando a pídola.

Claudia Cardinale.

O sea, que el nombre de esa mujer, sumado a su apellido, vendría a ser un calambur, figura retórica que consiste en agrupar o separar sílabas o palabras de manera que surja una asociación o un significado inesperados. Las llamamos figuras retóricas, pero en no pocos casos son meras patologías del lenguaje. Si el sintagma Claudia Cardinale pudiera ir al médico porque le doliera algo, el doctor, sin duda, le diría:

—Sufre usted un encuentro semántico sugerido por la homonimia y la asociación fonética. Algo así como una paranomasia ampliada.

La pregunta es: ¿Hay o no hay que estar loco para que, frente a la foto de esta señora recién fallecida, se le ocurra a uno todo lo anterior?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_