El misterio de un niño limpiabotas

PODEMOS contarles que en Afganistán —según datos de Unicef— uno de cada cuatro niños está por debajo de su peso recomendable, que dos de cada cinco nunca alcanzarán su pleno desarrollo físico y mental o que 3,7 millones de niños afganos no van a la escuela (un 60% de ellos, niñas). O también que una de cada tres menores se casa antes de cumplir los 18 años. Y gracias a estas estadísticas nos hacemos una idea cabal de los problemas que afronta la infancia en una nación como Afganistán, pobre y asediada por la guerra.

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Después podemos prestarle atención a la fotografía. Ver a este niño limpiabotas en Kabul encajado en ese rincón de hormigón amarillo, abrigado contra el frío intenso del invierno afgano, con sus cepillos y sus botes de betún bien alineados, y fijarnos en que está tranquilo y sonríe. Entonces podemos preguntarnos: ¿por qué los niños son tan fuertes?, ¿por qué su sonrisa es capaz de iluminar una calle rota y llena de roña?