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Por qué apuntarse al ‘boom’ ecológico

Los alimentos ecológicos y la apuesta por lo sostenible que representan han llegado para quedarse

iStock

No es una moda pasajera, la gran ola verde responde a un perfil de consumidor exigente, acostumbrado a comparar y a elegir con criterios de calidad y también medioambientales. Los nuevos consumidores, además, reclaman a los productores coherencia con esos principios. Si un alimento dice en su envase que es verde y sostenible, piden que lo sea de verdad y que la información que proporcione esté basada en hechos y no sea irrelevante o engañosa. El bum ecológico casa con la sociedad transparente del siglo XXI.

Una elaboración natural es el concepto que identifica los productos orgánicos, bio, eco, green o ecológicos (son términos equivalentes). La primera gama de postres y yogures con este sello salió al mercado en 1995 fruto de la alianza de la familia gala Triballat, precursora de la defensa del medioambiente y con una experiencia de más de 40 años en la elaboración de lácteos con procedimientos artesanos, y los productores de leche orgánica. Así nació Vrai, que significa verdad en francés. Hoy es la marca líder de postres ecológicos y quesos elaborados a partir de leche de cabra, oveja y vaca; una gama a la que ha incorporado productos con base de soja.

Que un producto luzca una etiqueta que certifique que algo es 100% ecológico representa un compromiso de calidad. La mayoría de los consumidores así lo identificamos, pero muchos no sabrían argumentar qué significa exactamente eso. La greenfobia ha difundido una imagen distorsionada de estos productos que se traduce en una idea básica: encajan mal con nuestro estilo de vida. Nada más lejos de la realidad. Un sector cada vez más amplio de la población abraza esta filosofía verde que, por un lado, ofrece alimentos elaborados artesanalmente, de calidad y saludables, y por otro, lo hace generando el menor impacto posible en el medioambiente.

El compromiso ecológico se ha introducido en la agenda de valores de muchas personas y de algunas empresas. En la producción de yogur y queso ecológicos supone que el respeto a la naturaleza y a las personas está presente en todo el proceso de elaboración. Por ejemplo, se prescinde de productos químicos para eliminar riesgos potenciales para la salud. Este principio se aplica también al cuidado del ganado. Las reses comen alimentos ecológicos, más saludables para ellas, que se obtienen de fincas agrícolas con variedades vegetales autóctonas que se adaptan mejor al terreno y clima de la zona y son más resistentes a las plagas.

La apuesta medioambientalista exige al mismo tiempo una innovación constante. En las instalaciones de Vrai se utilizan energías renovables, el reciclaje alcanza hasta el 91% de los residuos que se generan, se controla la gestión del agua para que sea eficiente y solo se emplean detergentes autorizados en el sector de la agricultura ecológica. El objetivo es lograr un impacto mínimo en el entorno, también en la distribución de los productos. Para reducir las emisiones de C02 la velocidad de los camiones de la compañía está limitada a 84 Km / H. Estos compromisos, así como donar el 1% de los beneficios en favor del planeta, forman parte de la iniciativa de desarrollo sostenible Green Attitude.

Un consumo sostenible cuida el planeta y nos protege a cada uno de sus habitantes. Optar por productos ecológicos es uno de los pilares de ese modo de vida porque en su proceso de elaboración se cuida al ganado y al medioambiente y se favorece la biodiversidad (la agricultura ecológica no emplea semillas transgénicas que potencian la extensión de los monocultivos). También beneficia a los trabajadores de las explotaciones agrarias porque no están expuestos a pesticidas.

Hay muchas razones para escoger productos ecológicos, pero hay dos que atañen directamente a cada consumidor. La primera es que son productos sabrosos. El esmero en los procesos de elaboración, la recuperación de técnicas tradicionales y la pureza de los ingredientes se notan en el sabor. Esa es la sensación de un consumidor que toma, por ejemplo, un yogur ecológico por primera vez. La segunda razón es por salud. Por una parte, estos alimentos no albergan conservantes ni colorantes, el ganado no es tratado con antibióticos, y los pesticidas y fertilizantes químicos están ausentes en la agricultura ecológica. Por otro lado, son ricos en nutrientes: vitaminas, minerales, antioxidantes… Los yogures de soja que ha incorporado Vrai a su oferta tienen un reducido contenido en grasas saturadas, pocas calorías y cero azúcares. La soja es, además, una fuente de proteínas vegetales: 100 gramos de esta leguminosa contienen casi el doble de proteínas que la misma cantidad de carne.

Por su calidad y su sabor, muchos consumidores identifican un yogur o un queso ecológico con un producto gurmé, una exquisitez al alcance de unos pocos. En el caso de Vrai no es así: su precio y su comercialización en grandes cadenas de supermercados lo hacen asequible a cualquier persona. Apostar por productos ecológicos es mucho más que una moda.

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