España gasta en ayuda humanitaria un 60% menos que los países desarrollados

La ayuda oficial humanitaria y de emergencia de España es un 60% menor que la media de los países desarrollados, según datos de la OCDE. Intermón Oxfam acaba de presentar, en el curso El espacio de la acción humanitaria de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, el primer estudio español sobre el sector, que señala las carencias de la cooperación oficial en presupuesto, criterios y operatividad, y también la instrumentalización política de la ayuda. España ocupa el 8º puesto en cuotas a los organismos de la ONU, pero el 22º en contribuciones oficiales voluntarias.

'Hay un problema a escala mundial con la ayuda humanitaria', dice Jacobo Ocharan, coordinador de emergencias de Intermón Oxfam. 'Los propios protagonistas de los conflictos hablan ya sin pudor de bombardeo humanitario, y ONG como Cruz Roja, Médicos Sin Fronteras o nosotros, además de los organismos de la ONU, tenemos absolutas dificultades para asegurar la vida y la dignidad de las personas afectadas. Pero la ayuda oficial humanitaria española está entre la dejadez y la instrumentalización'.

La ayuda humanitaria es la cenicienta de la Agencia Española de Cooperación (AECI). Del exiguo 0,22% del PIB que España destina a cooperación, sólo un 3,6% va a ayuda humanitaria, mientras que la Organización de Cooperacióny Desarrollo Económico (OCDE) se mueve en el 9,8%. Sólo en 1999 el porcentaje español aumentó al 5,2%, por Kosovo y el huracán Mitch, aunque ese año la OCDE daba un 9,3%.

Escasez de medios

Ignacio Álvarez de Gortari, que acaba de dejar la dirección de Ayuda Alimentaria de la AECI, reveló en el curso que en la agencia sólo trabajan tres personas en ayuda humanitaria. El estudio Guerras, desastres y ayuda de emergencia -editado por Intermón Oxfam y cuyo autor es José Antonio Sanahúja, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid- recuerda que el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Miguel Ángel Cortés, dijo el año pasado en el Congreso de los Diputados: '¿Que si en lugar de cinco personas que hay en la unidad de Emergencia de la AECI hubiese 35, tendrían trabajo? Sí, lo que pasa es que en la AECI hay lo que hay'.

La sociedad española mostró una gran generosidad ante el Mitch. El informe indica que Cruz Roja captó 66 millones de euros, es decir 2,5 veces más que lo otorgado por la AECI, y casi la mitad de lo procedente del Ministerio de Economía en créditos FAD y alivio de la deuda de los países afectados en Centroamérica, prioritarios para el Gobierno español. En cambio, en el terremoto de Gujarat (India) la ciudadanía respondió peor, y el único envío gubernamental fue por valor de 132.000 euros (parte de ellos de ONG) y 108.000 euros a Cruz Roja.

Según Sanahúja, el Gobierno se orienta cada vez más a la ayuda bilateral, que responde a intereses políticos y comerciales, y es reacio a contribuir a los organismos multilaterales, por ejemplo, a los de la ONU. 'Ha habido años que una ONG, como España por ACNUR [agencia de la ONU para los refugiados], ha dado más dinero a esa entidad que el Gobierno. Cuando ACNUR pidió fondos para Kosovo, España en principio se negó, y cuando al fin accedió su aportación fue de unos 8 céntimos de euro por ciudadano'.

El estudio plantea que la ayuda española aún no cuenta con un protocolo de actuación, que explique por ejemplo cosas elementales sobre cómo deben empaquetarse los envíos. 'Es una ayuda modelo Hércules', ironiza Sanahúja, en alusión a los aviones de las Fuerzas Armadas que transportan las ayudas de emergencia. 'Es un modelo de alta visibilidad, que permite salir en los telediarios y aparenta que la ayuda humanitaria es lo más importante de nuestra cooperación, cuando ocurre todo lo contrario. El modelo Hércules es apropiado para las FF AA, pero la ayuda humanitaria no es sólo logística, y a veces, como en las inundaciones de Mozambiques, por retrasos, acaba costando casi tres veces más que la ayuda proporcionada'. Rafael Sanchiz, director del Centro de Guerra Aérea del Ejército del Aire y curtido en numerosas misiones humanitarias, elogió en el curso la capacidad militar para esas tareas, aunque indicó que la coordinación no debe ser de las FF AA. 'Evidente, la responsable debe ser la AECI', apuntó Sanahúja.

'Hay que tener claro que si la ayuda humanitaria no sirve para desarrollar las capacidades locales que eviten próximos efectos devastadores, no cumple su objetivo: pobreza y vulnerabilidad van juntas', expone Santiago Gil, director del Departamento de América de la Federación Internacional de Cruz Roja. 'La ayuda humanitaria y de emergencia de los primeros meses debe abrir el camino hacia el desarrollo'.