Una ONG española critica la burocracia que dificulta la ayuda

Un mes y medio después de la llegada a Buenos Aires del buque Josephine Maerks con 280 toneladas de alimentos y medicinas procedentes de España, cuyo envío y recepción fue coordinado por Mensajeros por la Paz, el sacerdote Ángel García, presidente de la ONG, ha criticado duramente a las autoridades argentinas, a quienes acusa de innumerables trabas burocráticas a la ayuda humanitaria. En una carta dirigida a Eduardo Duhalde, el padre García ha pedido la dimisión de Aurora Duhalde, hermana del primer mandatario y que está al frente de la Representación Especial para las Acciones de Solidaridad (REDES) que se ha creado en el Ministerio de Exteriores para recibir la ayuda internacional. 'La responsable de recibir las donaciones, en realidad se dedica a poner pegas', dijo ayer el sacerdote.

La respuesta del Gobierno ha sido el mutismo absoluto. Ningún portavoz oficial salió a desmentir, ni siquiera matizar, las acusaciones. La única respuesta consistió en un comunicado que da cuenta de la lista de beneficiarios de la ayuda, el total de la donación (280 toneladas), y los alimentos no liberados (12.000 kilogramos), y trasladar la responsabilidad por eventuales demoras a los organismos de control de alimentos y medicinas.

'Los contenedores estuvieron retenidos mientras revisaban kilo a kilo las casi 300 toneladas. Nos iban a dar las uvas', dijo ayer el padre García, que se declaró 'enojado y decepcionado'. La puntilla a tanto disparate, añadió, se produjo el miércoles cuando el Instituto Nacional de Alimentos (INAL) requirió la reexportación de una determinada cantidad de alimentos que, en teoría, no podían ingresar en Argentina, sobre todo leche en polvo y derivados lácteos. El sacerdote aseguró desde España que dichos alimentos ya fueron distribuidos en varias provincias argentinas. 'Nos pedían una y otra vez documentos y papeles, cuando lo teníamos todo en regla. Ya podían haber cumplido las leyes para otras cosas'.

Dificultades burocráticas

Según el presidente de Mensajeros por la Paz, las dificultades burocráticas no sólo están afectando a la distribución de la ayuda procedente de España, sino de otros países como Francia y Holanda. 'Ahora sí entiendo por qué la gente abuchea a los políticos y por qué tienen que salir con escolta. Lógico, si no les importa que la gente pase necesidades, que el país tenga 15 millones de pobres', declaró el padre García al diario La Nación. Pese a las críticas, Mensajeros por la Paz tiene previsto enviar en las próximas 48 horas un nuevo cargamento de ayuda humanitaria a Argentina, consistente en medicinas.

Fuentes consultadas por este diario cuestionaron la eficacia de la ayuda alimentaria, sin menospreciar la generosidad de quien la envía, y recordaron que la UE ha suprimido este tipo de envío salvo en casos de extrema emergencia. 'En el caso argentino mejor sería enviar dinero para comprar alimentos en el propio país y contribuir, de alguna manera, a dinamizar el maltrecho mercado interno', señalaron las fuentes.