GUERRA CONTRA EL TERRORISMO
Afganistán sufrió ayer una segunda jornada de bombardeos sobre Kabul, Mazar-i-Sharif y Kunduz. EE UU y Reino Unido, los dos países que protagonizan el ataque contra el régimen talibán y los grupos terroristas de Al Qaeda, anunciaron que bombas y misiles seguirían cayendo hasta inutilizar por completo las infraestructuras militares del país. EE UU hizo saber al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que la guerra podría extenderse a otros países.
Veinticuatro horas después del primer ataque sobre Afganistán, anoche volvieron a repetirse los bombardeos angloamericanos, que en esta ocasión se concentraron sobre Kandahar y Kabul.
Son las doce del mediodía y Rose acaba de entrar en Qwark International, una tienda de la Tercera Avenida que vende material de seguridad y vigilancia. El escaparate es llamativo, incluso siniestro: un maniquí con mono de plástico y máscara antigás sostiene un cartel.
Aún no se han producido deserciones en masa entre las fuerzas atacadas ni hay noticias confirmadas de levantamientos entre la población.
Todo está atado y bien atado en Pakistán. Al menos ésa es la imagen que quiso transmitir ayer el presidente Pervez Musharraf. La noche anterior había remodelado parte de la cúpula militar y reemplazado al jefe de los todopoderosos servicios secretos.
El apoyo logístico que Uzbekistán presta a EE UU en la guerra contra Afganistán inquieta a los habitantes del valle de Ferganá, la superpoblada región oriental, cuna de las tendencias islamistas hoy duramente combatidas por el régimen de Islám Karímov.
Lo ocurrido en Egipto refleja el delicado equilibrio que tienen que mantener numerosos países de mayoría islámica: un apoyo, más o menos discreto, a los ataques contra Afganistán por parte del Gobierno, que a la vez trata de calmar a amplios sectores de la población indignados por la ofensiva.
El ataque de EE UU a Afganistán ha hecho estallar por los aires la sociedad palestina, y el germen de una revuelta interna está ya en la calle. Tres estudiantes resultaron muertos y otros cincuenta heridos en Gaza por disparos de la policía en el transcurso de una manifestación.
La OTAN decidió ayer enviar a Estados Unidos 5 de sus 17 aviones de alerta y control (AWACS) para apoyar 'las operaciones de contraterrorismo' puestas en marcha a raíz de los atentados del 11 de septiembre, según anunció ayer el secretario general de la Alianza, George Robertson.
España está dispuesta a participar con tropas en la operación contra Osama Bin Laden y el régimen talibán, a pesar de que EE UU no se lo ha pedido. El presidente del Gobierno, José María Aznar, se reunirá hoy en La Moncloa con el ministro de Defensa, Federico Trillo, y con los miembros de la cúpula militar para ultimar el listado de "capacidades militares".
El Reino Unido está en guerra, pero sigue siendo una democracia. El primer ministro, Tony Blair, convocó ayer por tercera vez al Parlamento con carácter de urgencia para informarle de los primeros bombardeos de británicos y americanos sobre Afganistán.
SUBMARINO NUCLEAR
La operación para reflotar el Kursk, que se fue a pique el 12 de agosto del año pasado con sus 118 tripulantes, culminó ayer, después de que las 26 grúas instaladas en la barcaza Giant 4 lo removieran de su tumba, a 108 metros de profundidad.
Un 'error humano genérico', en palabras del ministro italiano de Transportes, Pietro Lunardi, provocó ayer, en el aeropuerto milanés de Linate, la peor catástrofe aérea registrada en suelo italiano en los últimos 30 años.