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Francia ha enviado espías a Afganistán

El Ministerio francés de Defensa confirmó ayer el despliegue de un número indeterminado de espías en suelo de Afganistán. El reconocimiento se produjo en un contexto de rumores sobre un mayor compromiso militar de Francia, que provocaron la división entre los partidos que apoyan al Gobierno. Los comunistas y los verdes exigen que se pida autorización al Parlamento antes de seguir adelante con la participación en la guerra.

Los rumores se desataron tras un comentario radiofónico del ministro de Defensa, Alain Richard, seguido de otro de su colega de Exteriores, Hubert Védrine, en el sentido de que la participación militar francesa crecerá en los próximos días. El portavoz de Defensa negó el envío de comandos y confirmó, en cambio, la presencia de 'personal especializado en la investigación', que se encuentra en contacto con la Alianza del Norte.

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Francia cuenta con dos servicios encargados de la recogida de información y de la 'guerra secreta', dotados de aviones, helicópteros y medios de información electrónica, pero también preparados para la recogida de información tras las líneas enemigas.

Además de los dos barcos despachados desde la base de Yibouti, a lo largo del día se filtró que las nuevas demandas estadounidenses mencionadas el domingo por el presidente francés, Jacques Chirac, se refieren a más unidades navales, aviones y tropas de tierra. Francia dispone de un comando de operaciones especiales con 2.000 hombres para la intervención inmediata.

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La derecha parlamentaria apoya el compromiso militar de Francia e incluso uno de sus dirigentes, el liberal Alain Madelin, lamentó que los franceses no hayan atacado desde la primera noche. La situación es más complicada en la izquierda, en el poder. El Partido Socialista se mantiene discretamente tras el primer ministro, Lionel Jospin. Pero el líder comunista, Robert Hue, designado ayer candidato a las próximas elecciones presidenciales, alzó el tono por los daños que puedan causarse a la población civil y exigió un voto parlamentario antes de que Francia se comprometa más.

El diputado ecologista Noël Mamère consideró deplorable 'el acto de guerra contra el pueblo afgano' y lamentó que los franceses asistan impotentes a 'una respuesta norteamericana que ha buscado la coartada de la coalición para hacer lo que quiera'. Otro de los candidatos a la presidenciales, Jean Pierre Chevènement, que dimitió como ministro en 1991 por desacuerdo con la guerra del Golfo, calificó ayer de 'legítima' la respuesta a los ataques terroristas, aunque solicitó el voto del Parlamento sobre la participación francesa.

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