56 italianos fallecidos, entre ellos el dueño de la alimentaria Star

Las autoridades italianas daban ayer como víctimas seguras del choque entre la avioneta Cessna y el MD-80 de la compañía SAS a los ocupantes de ambos aviones. En el caso de la aeronave sueca, de los 104 pasajeros que transportaba, 56 eran de nacionalidad italiana, mientras que los restantes 48 eran mayoritariamente escandinavos, al igual que los seis miembros de la tripulación.

En la avioneta viajaban como pasajeros el responsable de la casa Cessna en Europa, Stefano Romanello, y el dueño de la empresa alimentaria italiana Star, Luca Giovanni Fossati, además de los dos pilotos alemanes. Al parecer, el titular de esta empresa familiar, que se hizo famosa fabricando cubitos de caldo concentrado, estaba interesado en comprar la avioneta y Romanello le había propuesto un vuelo de prueba con destino a París.

Fuentes de la compañía SAS indicaron ayer que el avión siniestrado, un McDonnell-Douglas 87, formaba parte de su flota desde 1991 y había realizado más de 16.000 viajes sin incidentes. La última revisión le había sido efectuada el 5 de septiembre pasado. La responsabilidad del accidente, en todo caso, se centra en esta ocasión en la pista del aeropuerto de Linate, que ha sido testigo ya de algunos incidentes que se parecen de forma inquietante al ocurrido ayer. En 1987, un Atr de Air France en fase de aceleración previa al despegue se encontró en la pista una avioneta Cessna privada, pero consiguió esquivarla y evitar el choque.

Ocho años después, en 1995, un B-737 de la compañía alemana Lufthansa se vio obligado a abortar el despegue y a refugiarse en una calle lateral al comprobar que en la pista estaba aterrizando en ese momento otro avión.

Otros incidentes

El senador de Los Verdes Natale Ripamonti aludió ayer a estos dos incidentes, que, por fortuna, no se tradujeron en catástrofes, para recordar que entonces 'la responsabilidad fue atribuida a la torre de control, que no estaba en condiciones de controlar, a través del sistema de radar, el número de aviones presentes en las pistas'.

El radar que operaba ayer en Linate, según el sindicato de pilotos, sólo es capaz de detectar los aviones una vez que se encuentran como mínimo a 50 metros del suelo. El organismo responsable de la seguridad en vuelo ha abierto una investigación sobre lo ocurrido.

En Linate, que ha visto descender de 600 a 300 movimientos diarios el tráfico aéreo en menos de dos años como consecuencia del impulso y uso preferente dado al aeropuerto de Malpensa, situado a unos 40 kilómetros de Milán, se registran unos 70 movimientos de aviones privados al día.

Existe para este tipo de aparatos una pista turística, pero es pequeña y se utiliza poco. El ministro Lunardi anunció ayer la apertura de dos investigaciones sobre lo ocurrido, además de la indagación penal, confiada a la fiscal Celestina Gravina.