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Bush anuncia un ataque inminente si Afganistán no entrega a Bin Laden

El presidente de EE UU insiste en que el islam no es el enemigo de la coalición internacional

Enric González

George W. Bush elevó ayer el grado de sus amenazas al régimen talibán. El presidente de EE UU sugirió que podría ser inminente una acción contra el Gobierno que controla la mayor parte del territorio afgano: 'Los talibán han tenido la oportunidad de entregar a los terroristas en Afganistán y de cerrar sus campos de entrenamiento. Han sido advertidos y el tiempo está acabándose'. Las fuerzas que la Casa Blanca considera necesarias para posibles acciones militares están ya casi totalmente desplegadas en torno a Afganistán.

Son más de 30.000 soldados, mil de ellos en Uzbekistán, una cantidad indeterminada de unidades de operaciones especiales, 300 bombarderos y cazabombarderos y tres portaaviones con naves y submarinos de apoyo. El Pentágono reconoce que 'tal vez' sea necesario un bombardeo, que los portavoces definen como 'breve' y 'muy localizado', para inutilizar las defensas antiaéreas afganas y su escasa aviación. Ese bombardeo podría ser inminente, ya que Bush quiere enviar pronto ayuda humanitaria por vía aérea a la población afgana.

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Precisamente ayer, las baterías antiaéreas del régimen talibán abrieron fuego contra dos aviones no identificados -presuntamente aparatos espía- sobre el cielo de Kabul.

En una explosión ocurrida en Arabia Saudí, murieron ayer dos extranjeros y otros cuatro resultaron heridos, en Jobar, cerca de la base aérea anglo-americana de Dahran, donde 19 soldados norteamericanos murieron en 1996 en un atentado.

El derribo de un avión de carga por parte de los talibán, que demostraron su eficiencia antiaérea en la guerra contra la Unión Soviética, agudizaría aún más los términos del conflicto. La alocución de Bush, desde la residencia vacacional de Camp David (Maryland), insistió en la estrategia de comunicación diseñada por la Casa Blanca para evitar que una posible acción bélica inflame los países islámicos.

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El presidente estadounidense afirmó otra vez que el enemigo de los Estados Unidos no era la religión musulmana, 'una fe buena y pacífica', ni el mundo árabe, 'muchos de cuyos gobiernos son objetivos del terror extremista', ni la población afgana, 'víctima de la opresión, el hambre y el mal gobierno'. 'Son los talibán, y los terroristas a los que protegen, quienes deben tener miedo', amenazó. Bush afirmó que los talibán habían convertido Afganistán en 'un santuario y campo de entrenamiento para terroristas internacionales, terroristas que han matado a ciudadanos inocentes en muchos países, incluído el nuestro'. 'Los talibán', siguió, 'promueven el terror en el extranjero y practican el terror contra su propio pueblo, oprimiendo a las mujeres y persiguiendo a todo el que disiente'.

Ayuda humanitaria

Estados Unidos ha aprobado esta semana la creación de un fondo de 320 millones de dólares (casi 60.000 millones de pesetas) para el envío de ayuda humanitaria urgente a la población de Afganistán. 'Pese a los esfuerzos de los talibán para impedir esos envíos, haremos llegar comida y semillas, vacunas y medicinas, con camiones o incluso a lomos de animal. Si las condiciones lo permiten', explicó Bush, 'transportaremos el auxilio directamente a los afganos mediante lanzamientos desde el aire'. Esa ayuda se limitará al próximo invierno, en el que se prevé una hambruna causada por más de dos años de sequía. En su mensaje, Bush urgió al Congreso a que pensara a más largo plazo y habilitara fondos adicionales 'para que un día Estados Unidos pueda contribuir, junto con otros amigos de Afganistán, a la reconstrucción y el desarrollo de esa nación atormentada'.

Desde la residencia de Camp David, Bush conectó con los miembros de su 'gabinete de guerra' para celebrar una reunión por videoconferencia. El protagonismo correspondió a Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, que regresó el viernes de una gira que le llevó a Arabia Saudí, Omán, Egipto, Uzbekistán y Turquía. La misión de Rumsfeld consistía en verificar hasta qué punto los gobiernos de esos países, cuya aportación se considera esencial para la efectividad de la coalición antiterrorista mundial que teje Washington, estaban dispuestos a comprometerse.

Sólo uno, el diminuto Omán, ofreció su territorio y sus bases sin limitaciones. Uzbekistán proporcionó un aeródromo y un acuartelamiento para un millar de soldados estadounidenses que debían limitarse a misiones de rescate y tareas humanitarias. Egipto y Arabia Saudí aceptaron el mínimo que les exige la Casa Blanca: proporcionar información y no poner trabas a la campaña antiterrorista. Un portavoz de la Casa Blanca indicó que Bush se sentía 'satisfecho' por el resultado de las gestiones de su secretario de Defensa. Algunos colaboradores de Rumsfeld seguían ayer en el golfo Pérsico, ultimando detalles de la cooperación.

AP

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