La tragedia provoca una fuerte subida del precio del café
"Dolor y muerte en la tierra del café", tituló una de sus notas El Espectador. Este diario y El Tiempo, los dos más importantes del país, sacaron el lunes en la noche ediciones extraordinarias con el mismo titular en letras inmensas y a seis columnas: "Terremoto".La catástrofe tiene una dimensión económica por sus repercusiones negativas en el mercado del café, a la vez que contribuirá a ensombrecer las perspectivas de los mercados financieros latinoamericanos, según los expertos.
Por el momento, los precios del café han empezaron a subir ayer en los mercados internacionales. En Londres a primeras horas de la tarde subía a 1.746 dólares (unas 250.000 pesetas) la tonelada, unos 14 dólares más que el lunes.
El ministro de Finanzas de Colombia, Juan Camilo Restrepo, quien se encuentra de gira por Europa, dijo ayer en Londres que todavía es pronto para evaluar los daños causados por el fenómeno natural, pero destacó que ha afectado a la región que produce el 50 por ciento del café colombiano.
El jefe de operaciones de la Organización Internacional del Café, Pablo Dubois, opinó que aún es pronto para determinar las repercusiones del terremoto en el sector y mercado cafeteros, pero indicó que espera que no sea muy grave porque ya había sido recogida la primera de las dos cosechas anuales.
Sin embargo, Dubois manifestó su preocupación por el café que se había almacenado, así como las dificultades para transportarlo y distribuirlo debido a los daños que ha sufrido la red de carreteras del eje cafetero.
"Era lo único que faltaba para acabar con Colombia", fue uno de los comentarios que rodó de boca en boca. La zona destrozada, el eje cafetero, es una de las más ricas y desarrolladas del país. Armenia, capital de la provincia de Quindío, es conocida como la ciudad milagro; milagro por su empuje, por su desarrollo agrícola e industrial a tan solo 110 años de su fundación. Hoy parece una ciudad bombardeada.
Solidaridad interna
El Gobierno decretó el mismo lunes zona de desastre en Quindío y Risaralda. El presidente colombiano Andrés Pastrana canceló esa medianoche el viaje a Europa programado para estos días y se puso al frente de la emergencia.El país entero se solidarizó -con dinero, sangre, mantas, ropa y medicamentos- con los colombianos que lo perdieron todo. De hecho, en varios hospitales se dejó de recibir sangre porque las bolsas se agotaron. La ayuda internacional empezó a llegar ayer por la mañana. Estados Unidos y Japón colaboraron con el envío de expertos en remoción de escombros en las zonas afectadas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Juan Camilo Restrepo
- Japón
- Maremotos
- Ayuda humanitaria
- Terremotos
- Precios
- Crisis humanitaria
- Cooperación y desarrollo
- Seísmos
- Catástrofes
- Colombia
- Desastres naturales
- Estados Unidos
- Política exterior
- Desastres
- Sucesos
- Comercio
- Gobierno
- Agricultura
- Sudamérica
- Administración Estado
- América
- Agroalimentación
- Relaciones exteriores
- Alimentación