El picante de América crece en la huerta de Europa
Dos emprendedores en España siembran y comercializan distintos tipos de chile
Carlos López, de 42 años, nació en Ciudad de México. Emigró a España a finales de 2003, donde trabajó como programador de control numérico industrial en una fábrica en Valencia hasta que la crisis le dejó sin empleo. La vida le dio otra oportunidad en forma de semilla de chile jalapeño para que sembrara una idea de negocio. La plantó hace tres años en su casa. Ahora, él y su esposa María Isabel son propietarios de la empresa Jalapeños Tu Gitana. Producen y comercializan, en pleno mediterráneo español, una amplia variedad de chiles frescos de América para Europa.
El tomatillo verde, una fruta en un banquete diplomático
Otro producto que los propietarios de Jalapeños Tu Gitana sacan de su huerta es el tomatillo verde, una especie originaria de México, que se utiliza para la elaboración de diversas salsas típicas de ese país. Es su “producto estrella”, afirma López. El año pasado cosechó alrededor de cuatro toneladas en un periodo de seis meses.
El resultado de su trabajo se reflejó en el servicio de comida mexicana que se organizó para la visita del presidente Peña Nieto a París, en pasado julio. El chile que produce y los tomatillos verdes de su huerta fueron utilizados para distintas preparaciones que se hicieron ese día. Eso lo llena de orgullo. Asimismo, en sus terrenos logró sembrar el chile chilhuacle negro, originario de Oaxaca, famoso por su utilización en la elaboración del mole oaxaqueño, y que es una especie en vías de extinción en México, según explica.
A 20 kilómetros de la ciudad de Valencia, en Picassent —rodeados de campos de naranjas—, López produce chile jalapeño, serrano y poblano. En los casi 5.000 metros cuadrados de terreno donde trabaja, también siembra otras variedades, como el chile habanero, piquín, de árbol o el Carolina Reaper, considerado el más picante del mundo.
Empezar no fue fácil. Tuvo que cambiar su chip informático por uno agrícola. Admite que no tenía “los secretos de agricultor” y que empezaron a cultivar entre fallos y aciertos. “Nos ayudamos con los agricultores de la zona. Nos aconsejaban, respecto a las fechas de siembra, cultivo, además de estar al tanto de los ciclos lunares, que también son importantes”, precisa.
López tiene plantas para abastecer todo el año. Una vez que empieza el calor llegan los meses de trabajo más pesados, que se extienden desde mayo hasta octubre, dependiendo del clima. De su producción de chile obtuvo y vendió más de una tonelada el pasado año.
Su principal canal de distribución es a través de su página web. “Vendemos mucho a Portugal, Alemania y Francia”, precisa. Pero su venta mayor la realiza a los distintos restaurantes de comida mexicana en Madrid y Barcelona, que acaparan el 50% de su producción en partes iguales. Le alegra que la gastronomía de su país esté de moda, ya que “ayuda y recompensa el esfuerzo y sacrificio que le dedicamos a este emprendimiento”, afirma.
Un homenaje a su abuela
En la mesa de Paco Gordillo, de 48 años, siempre existió el amor por el picante. Su familia no es mexicana y eso sorprende a muchos. Gordillo, soriano de nacimiento y extremeño de adopción, recuerda que en su dieta siempre estuvo presente el picor en la comida que preparaba su abuela, Mónica Recio. Bautizó a su empresa con el nombre de ella para homenajearla. Desde hace tres años produce y comercializa chile fresco en Extremadura con la identificación comercial de PacoPica.
Gordillo se define como un “neorural”. Crecido en la ciudad, hasta que a sus 30 decidió volver al campo. La empresa empezó como un pasatiempo. Después de un primer año “diverso” se enfocó en lo que busca el mercado. “Ahora mismo tenemos [chile] serrano, jalapeño, de tipo ancho, y variedades extra picantes, como el Trinidad escorpión, el Carolina Reaper, los Naga Morich, entre otros”.
No tiene problemas al cultivar en Extremadura como muchos creerían. Aunque dice que la altura, 350 metros sobre el nivel del mar, es un factor que influye —además de las heladas—. Utiliza el método de cultivo en espaldera para ahorrar agua, además de otras “técnicas innovadoras” para compensar los contratiempos.
Actualmente trabaja en un terreno de casi una hectárea y su producción el año pasado de todos sus productos alcanzó en torno a las ocho toneladas. Sus ventas al por menor tienen su foco en Europa Central e Inglaterra, además de comercializar al por mayor en las grandes ciudades de España.
A futuro, Gordillo tiene proyectado diversificar en sus productos y expandirse a otros mercados. La empresa nació del gusto que su abuela tiene por el picante, por eso piensa cuidarla con amor, "como a un niño". “Cuando uno construye una empresa es como un niño, hay que hacerlo crecer poco a poco, y si lo haces bien puede que salga arquitecto o economista. Queremos llegar a un mercado que cuadriplique lo que actualmente facturamos y poco a poco vamos llegando a eso”, finaliza.
Babelia
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