Es escritora. Desde 1995, fecha de publicación de 'El frío', ha escrito narrativa, poesía y ensayo, y obtenido numerosos premios. Actualmente publica con la editorial Anagrama. Sus dos últimos títulos son 'pequeñas mujeres rojas' y 'Parte de mí'. Colabora con EL PAÍS, Hoy por hoy y da clase en la Escuela de escritores de Madrid.
En un sistema democrático ―no capitalista a la fuerza―, habría que cuestionar el papel de una clase superior definida hoy por privilegios de cuna, juerga privada, picaresca del negociete ―con el ejemplo legitimador del emérito― y posado en ‘photo-call’ como’ influencer’ de lujo
Mis pesadillas se hicieron realidad. La alianza de Mañueco con Vox excede los peores pronósticos: inmigración ordenada, ley de violencia intrafamiliar y ley de concordia
Llevemos la memorización a la clase de gimnasia: memoria, facultad de la psique, potencia del alma y músculo que previene la manipulación política y el alzhéimer social
En un brillante ejercicio narrativo, Marta Aponte recrea las vidas de la pintora Raquel Helena Hoheb y de su hijo, el poeta William Carlos Williams, popular por el filme ‘Paterson’
Pienso en los movimientos migratorios —neorrurales, valla de Melilla, exilios políticos y económicos, población refugiada…— y en lo mal repartido que está el mundo, pero me callo porque no quiero mostrarle al taxista lo imbécil que me hace mi anticapitalismo
El apoyo a la autonomía del Sáhara, propuesta por Marruecos, desvincula la presidencia de Sánchez de una tradición de apoyo y solidaridad hacia un pueblo resistente que soporta vejaciones y torturas
De poco sirven explicaciones históricas y geopolíticas, o la consideración como pseudociencias de frenología, metoposcopia, metoscopia o somatotipo. El conocimiento se atasca y el espectáculo continúa
Me acuerdo de ‘El tercer hombre’, donde Harry Lime, adulterador de medicamentos, huye por las cloacas de Viena. También de otra película en la que aparecía una decapitada cabeza de caballo
La democracia no está secuestrada por un error humano, pero corre peligro si miramos el gesto de victoria anticipada, con el puño apretado —cuidadín— de Iván Espinosa de los Monteros
La representación de las relaciones laborales cuaja en obras esperanzadoramente críticas, pero también en obras que, obviando la buena voluntad, lavan blanco la conciencia
Anoche me visitó un funcionario de la Junta Electoral Central para comunicarme, como el ángel del Señor que anunció a María, una buena nueva: en las elecciones votaremos a nuestros partidos preferidos sin esa empatía total que haría del voto salto de fe
Porque escribir no es conformarse y no conformarse a veces excede el límite de la escritura: esa actitud subraya el significado del civismo y la humanidad
La escritora piensa que si no acepta el premio y lo dice se convertirá en una soberbia que insulta al podio precedente. Si no lo acepta y calla, nadie agradecerá tanta rectitud porque ni siquiera sabrán que existe
Una policía democrática no debería dejarse capitalizar por intereses de ultraderechistas pseudo-obrerizados y procuraría cumplir con las recomendaciones del Consejo de Europa
Sin conocimientos ni memoria ―sin sintaxis― las posibilidades de comunicación se retrotraen a estados prehumanos. Se pierden sentido crítico y sentido del humor
Esta batería de preguntas gira en torno a tres cuestiones: ¿Tiene usted conciencia de clase?, ¿es usted interclasista?, ¿las dos preguntas anteriores son incompatibles?
En morfología hablamos del valor del diminutivo y su aplicación, ideológicamente delatora, hacia mujeres que se atreven a pensar: marisabidilla, listita
Pertenecer a la iglesia algorítmica nos ayudará, con sus tutoriales, a construir la casa cuando surquemos el océano para fundar un nuevo mundo tecnológicamente confesional
La casa ha adquirido una dimensión extraordinaria durante el confinamiento: es extensión de nuestro cuerpo que, a la intemperie, no duraría ni un segundo
Hemos llegado a cumplir unos años y nos aferramos al sistema público de salud como clavo ardiendo para mantener la salud propiamente dicha, pero también la dignidad
Me realizo mientras me desintegro. Me dejo la piel. Soy una bomba de relojería programada con el chip del desarrollismo franquista y el liberalismo global
La escritora Marta Sanz reflexiona sobre la percepción social de la práctica de la interrupción del embarazo en la historia y cómo esta ha sido contada en los libros desde diferentes puntos de vista