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Columna
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Derechista

Mi propósito 2022 es cuqui, gratis y redundará en mi felicidad: me voy a hacer de derechas

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la Asamblea regional.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la Asamblea regional.Emilio Naranjo (EFE)
Marta Sanz

El pensamiento positivo invita a escribir listas de propósitos para Año Nuevo. Algunos son propósitos muy monos —”Ser más cariñosa”—, otros, consumo: acupuntura, academia y gimnasio para dejar de fumar, aprender inglés, adelgazar. Mi propósito 2022 es cuqui, gratis y redundará en mi felicidad: me voy a hacer de derechas. No quiero que nadie me acuse de tener piso. Necesito beber muchas cañitas y contratar sin mala conciencia un seguro de salud; decir que la culpa no es mía —soy la presidenta—, sino del personal perezoso que trabaja en centros de atención primaria. De derechas, para no morirme de vergüenza y dolor al pasar junto al Arco de Triunfo, y adquirir regalos cristianos en teles ultras. Para que no me llueva en las manifestaciones y mi corrupción se disculpe por coherencia con mi sesgo ideológico —ley del más fuerte, el que no corre vuela, zorrería empresarial—. Desde una oposición, amante de la verdad y caprinamente arrojada, acusaré al presidente de los crímenes de Hannibal Lecter y llamaré fea a una ministra. Nadie me denunciará. Creeré que a quien no amasa un capital le falta un hervor y que, si te falta un aristocrático hervor y tienes capital, eres superespontánea. Conjugaré los verbos prevaricar, especular, explotar, pero no sabré qué significan y desteñiré los vínculos semántico-económicos —¿Mande?— que los unen a plusvalía, temporalidad, precariedad. La autocrítica no me destruirá políticamente. Iremos todos a una como Fuenteovejuna y esgrimiré un intelectualísimo argumento: “Váyase a Venezuela”. De derechas, para no responder ante la judicatura porque no me consta. Para fingir que protejo a quien me voy a zampar. Para ser gente de bien y hacer rastrillos. Para a Dios rogando y con el mazo dando. Para ganar sin reparar en quienes pierden. Para reír los chistes de gangosos y decir que el juego de la seducción se ha acabado porque está prohibido violentar a una mujer.

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Sobre la firma

Marta Sanz
Es escritora. Desde 1995, fecha de publicación de 'El frío', ha escrito narrativa, poesía y ensayo, y obtenido numerosos premios. Actualmente publica con la editorial Anagrama. Sus dos últimos títulos son 'pequeñas mujeres rojas' y 'Parte de mí'. Colabora con EL PAÍS, Hoy por hoy y da clase en la Escuela de escritores de Madrid.

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