Jordi Soler imbrica las tradiciones grecolatina y prehispánica en una novela cargada de simbolismo donde se enfrentan dos formas de poder: la belleza y el terror
No está claro es si el secretario general de Junts sabe que los inmigrantes también proceden de territorios con una lengua y unas costumbres propias, tan dignas y orgullosas como las catalanas