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Maradona marca con la mano ante Peter Shilton.
EL PAÍS MUNDIAL | MÉXICO 1986

La huella de Maradona

Renunció Colombia en 1983 porque no podía hacer frente a la organización del torneo y fue México la que recogió el testigo para ser el único país en organizar su segundo Mundial. Un evento que, sobre todo, será recordado por el fútbol de Diego Armando Maradona, campeón con Argentina. Con la mascota Pique y el balón Adidas Azteca, además del descubrimiento por parte de la afición denominado La ola, 24 selecciones se dieron cita en México para disputarse el cetro mundial. Estaba el actual campeón, Italia, que perdió el gol en los momentos claves, desaparecido Rossi; comparecía Inglaterra con jugadores de alto copete y el pichichi Lineker (hizo 6 dianas), todos fundidos por una pillería y una genialidad sin igual de Maradona; y amenazaba una Dinamarca que practicaba fútbol de salón, noqueada por la puntería de España. Pero la huella la dejaron Francia, que contaba con un centro del campo para la memoria (Platini, Giresse, Tigana y Fernández) y que derrotó a la Brasil de Zico, Sócrates y Careca en el denominado partido del siglo; Bélgica, que tiró de su portero Pfaff para, entre otras cosas, eliminar a España en los cuartos de final e instaurar una maldición que solo Del Bosque logró rebatir, ya en 2006; Alemania, con Brehme, Mattäus y Rummenigge, que alcanzaron de nuevo una final gracias a una defensa sensacional; y Argentina, con Maradona como bandera y todo lo demás –escogido el mejor del torneo-, capaz de capitalizar el juego, desmontar a Inglaterra con la 'Mano de dios' y con un gol que se ha considerado como el mejor de todos los tiempos de los Mundiales. También apareció en la semifinal y ayudó a su equipo en el último duelo, con goles de Brown, Valdano y Burruchaga. España, por su parte, ofreció una buena imagen en México, toda vez que cayó ante Brasil (0-1, con gol de Sócrates) con una segunda parte notable, además de lograr dos triunfos frente a Irlanda del Norte y Argelia, con Butragueño como santo y seña para llegar al gol, acompañado de Salinas. Fue el propio Buitre el que hizo, en un duelo que se guarda en los anales goleadores, cuatro redes frente a Dinamarca. Pero en cuartos, Bélgica estuvo más acertada en la ruleta de los penaltis. Una derrota inesperada, quizá injusto si se atiende al fútbol propuesto.

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