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Las remontadas del Real Madrid y el espíritu de ‘Karate Kid’

El equipo blanco, el que mejor porcentaje tiene de eliminatorias superadas tras perder en la ida por tres o más goles, construye su gran relato ante estas situaciones límite

Real Madrid
Lorenzo Calonge

Vicente Calderón, el presidente del Atlético en 1984, acudió al Bernabéu para seguir la vuelta de los octavos de la UEFA contra el Anderlecht, que le había endosado un 3-0 al Madrid en Bruselas, en un encuentro que nadie vio en ese momento en España porque la federación vetó la retransmisión de TVE. Cuando el dirigente asistió al 6-1 de los blancos en los primeros 49 minutos, no le quedó otra que decir: “Con partidos así se hace patria”. Por ahí andaba también el político catalán Miquel Roca, que pertenecía al Partido Reformista Democrático junto a Florentino Pérez, y que aseguró que había acudido “para animar al Madrid”.

Noches de fuego como aquella siguen explicando cuatro décadas después la identidad de un club que chapotea como ninguno en la ilusión de una remontada europea tan grande como la que busca este miércoles frente al Arsenal (21.00, Movistar). Jude Bellingham, uno de los jugadores del vestuario más interesados en el pasado -apuntan en Valdebebas-, no se ha perdido estos días en Tik Tok un relato de Emilio Butragueño, autor de un triplete en ese choque de 1984, sobre cómo Camacho cocinó ese vuelco sobre el césped. El vídeo ha circulado estos días en las redes como un intento de guía espiritual para el equipo de Carlo Ancelotti.

“Perdimos 3-0 y Camacho entró como un ciclón. ‘No pasa nada, les vamos a meter cuatro’. Yo me quedé mirándole: ‘¿este loco qué dice?”, cuenta El Buitre en esta grabación de hace unos años. “Al día siguiente, puso en una pizarra: 4-0. Quedaban dos semanas. Y así todos los días. Cuatro antes, jugábamos en el Calderón y en el desayuno iba mesa por mesa. ‘¿Muchachos, cómo estamos?’ Parecía el presidente. ‘Bien, Jose, tranquilo’, le respondíamos. ‘Tranquilo, nada. El miércoles hay que meterles cuatro’. Ganamos 0-1 al Atlético, el lunes nos concentramos y por la tarde fuimos a ver Karate Kid. Al salir, otra vez: ‘¿Habéis visto, muchachos? Se puede, se puede’. Y llegó un momento que nadie dudaba”.

Han pasado los años, el equipo ha duplicado el número de Champions, el juego se ha sofisticado, los Juanitos se han diluido, el club se ha convertido en el referente del fútbol como industria y el césped del Bernabéu se guarda en una bodega; pero pocas cosas siguen ilustrando mejor las pulsiones del Madrid como el tono tribal de aquellos días de diciembre de 1984.

Nadie en Europa tiene un porcentaje mejor (50%) de eliminatorias superadas después de perder en la ida por tres o más goles. El Barcelona ha salvado más veces esta desventaja (cuatro de 11) -aunque con peor media (36%)- y tres de ellas las consiguió en los setenta y ochenta, cuando el Madrid construyó su leyenda alrededor de este tipo de desafíos; pero el mito pertenece a los blancos. También porque acumula más remontadas de todos los tamaños (de dos tantos de desventaja al Rijeka, al Inter en dos ocasiones, Estrella Roja y Celtic solo en esa época), y porque se siente más conectado a este tipo de episodios que al ansia de un juego preciosista.

En el capítulo de tres tantos o más en contra, una temporada después del Anderlecht le levantó en los octavos de la UEFA al Mönchengladbach un 5-1 (“la crisis ha explotado con este resultado vergonzoso”, reaccionó Valdano) con un 4-0 en Chamartín; y en los octavos de la Copa de Europa de 1975 abrió la veda con un 5-1 al Derby County que anuló el 4-1 de Inglaterra. Al entrenador de esos días, Miljan Miljanic, se le atribuye la frase: “Limítense a hacer lo que saben hacer, con eso bastará”.

Desde la noche de 1985 con el Mönchengladbach que dirigía Jupp Heynckes y que admitió que algunos jugadores se habían “dejado impresionar por el estadio”, el Madrid ha afrontado dos citas más en Europa con tres goles de desventaja (sendos 4-1 del Bayern en 1987 y Dortmund en 2013). Y en ambas cayó (en 1965, no pudo con un 5-1 del Benfica). El mito, sin embargo, no sufrió grietas y no faltó quien, incluso, lo alimentara. “Cuando le metimos el 2-0 al Dortmund y quedaban solo cinco minutos”, contó unos años más tarde Xabi Alonso en El Mundo, “veías a los alemanes y se les estaba yendo la vida allí mismo”, proclamó con gran pompa el vasco, pese a que esa remontada inacabada supuso el final en el Madrid de Higuaín y Özil.

Esta semana, el club no ha necesitado mover prácticamente ningún resorte para que desde la masa brote la convicción de que el vuelco es probable, más allá de la inferioridad manifiesta de Londres y el fútbol tan poco cautivador de todo el curso. La historia ha funcionado sola, más si cabe después de los últimos años. “Todos han oído o visto imágenes de aquello. Todos saben de aquellas remontadas. Todos”, apuntan desde la ciudad deportiva.

Siempre que le salió bien al Madrid, metió el 1-0 antes del minuto cinco.

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Sobre la firma

Lorenzo Calonge
Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Desde 2018, en la sección de Deportes de EL PAÍS y desde 2020, en la información del Real Madrid. También cubro balonmano.
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