Butragueño, la nueva estrella del fútbol europeo
La imagen de Emilio Butragueño no se corresponde con la del ídolo habitual. Tiene 21 años y repite primer curso de Ciencias Empresariales porque sólo aprobó dos de las seis asignaturas el año pasado. Anoche se doctoró en el Bernabéu. Le emocionó el abrazo de su padre, que le sigue siempre, incluso a simples entrenamientos de la selección. Hace unas fechas, Becerril de la Sierra y en vísperas del último partido en Escocia, Butragueño llegó en el autocar de la selección, se bajó con el resto de internacionales, se dirigió a una banda del campo y besó a su padre mientras su madre le preguntaba: "¿Has dormido bien, hijo?".Alguien le dijo anoche que a partir de ahora "toda Europa va a estar pendiente de Butragueño". Encogió los hombros, se pasó la mano por la frente y se limitó a señalar: "Me muevo por inspiración. Cuando me salen las cosas como esta vez, todo va fenomenal. Pero, si no, soy el peor del equipo". Algunos le achacan excesivo, individualismo, querer convertirse en el dueño del balón. Los genios balompédicos suelen actuar así, a impulsos. Los equipos de fútbol y la mayoría de jugadores hace tiempo que se convirtieron en una máquina a veces bien engrasada, pero en la que las piezas realizan siempre la misma función. No sobran jugadores capaces de inventar algo nuevo.
Emilio tuvo también palabras emocionadas anoche para el periodista que le bautizó como El Buitre y para una afición que sabe ver cuándo un jugador de la fibra de calidad del chaval se merece el apoyo general. "¡Buitre; Buitre Buitre!" volvió a gritar anoche esa afición identificada con su nuevo ídolo. Un ídolo que, como todos, deberá volar con tacto, incluso en su propio vestuario, para no crearse una fama de distante que no busca, pero que a veces puede aparentar para algunos compañeros.
Anoche fue "el tercer gran momento de mi trayectoria deportiva, tras los debús con el Madrid y con la selección". También sintió deseos de brindar por sus compañeros: "Todos han estado sensacionales. Nos han llegado balones con una claridad tremenda". Antes del partido, la estrella confirmada dudaba de si iba a jugar. "Es que con Amancio siempre hay que esperar a última hora".
