_
_
_
_
Un hombre en el cuarto de baño de su casa.
Columna

Clandestinidad

Comprendí, de súbito, que no era un ser humano, sino un robot de una perfección extraordinaria, pues poseía identidad y memoria y sentimientos, todo ello, supuse, como parte de un programa informático que alguien había logrado implantarme. ¿Pero quién?