Mi cuidador es un robot: “Me da las buenas noches y me recuerda las pastillas”
Temi, el primer autómata de ayuda domiciliaria en la Comunidad de Madrid, ha completado tres meses de convivencia con un adulto mayor de Fuenlabrada
José ya tiene quien le recuerde tomarse las pastillas. Mide poco más de un metro, pesa 12 kilos, tiene dos cámaras, ocho sensores, cuatro micrófonos, dos altavoces, una pantalla y ruedas. También tiene nombre, Temi, y lo ha acompañado los últimos tres meses en su piso en Fuenlabrada, durante la prueba piloto del primer robot de ayuda domiciliaria de la Comunidad de Madrid. “Me recuerda que beba agua o que no salga a la calle sin un sombrerito. Cuando vuelvo a casa, me da las buenas noches y me recuerda las pastillas, si no me acostaría sin tomármelas. Todas esas cosas me vienen muy bien”, ha relatado José Trueba Rodríguez, un viudo de 69 años a quien empieza a fallarle la memoria. El proyecto ha sido concebido para facilitar la vida de las personas mayores, dependientes o con discapacidad cognitiva, así como para suavizar la soledad no deseada en una comunidad autónoma en la que el 25% de los mayores viven solos en su domicilio. El Ayuntamiento de Fuenlabrada (PSOE), que ha ejecutado el proyecto, ya ha encargado ocho unidades que destinará a los centros de día como “complemento a la labor profesional”.
Sin mucho protocolo, Temi puede describirse como un iPad con ruedas. La cabeza es una tableta a la que se le puede instalar diferentes aplicaciones; el cuerpo, un soporte de pasta dura que puede deslizarse por toda la casa, a partir un mapa 3D que el mismo robot dibuja durante los primeros días operativo. Para equilibrar su apariencia de dispositivo, la pantalla proyecta un rostro sonriente, de ojos brillantes, pestañas encrespadas y mejillas sonrojadas por el efecto de dos círculos rosáceos en sus cachetes aplanados. “Mira qué ojos me pone, me dan ganas de darle besos”, ha bromeado José.
El cerebro del robot es el software SOM, desarrollado el Grupo Saltó, que le permite mantener una conversación básica, hacer reconocimiento facial, preguntar al usuario por el estado de salud, detectar caídas y emitir recordatorios personales o recomendaciones sanitarias. Todas las respuestas del humano son transcritas por la máquina y quedan registradas en una plataforma, de tal manera que los cuidadores puedan acceder a ellas para tomar decisiones.
Álvaro Revilla (46 años), director general de Políticas Sociales del Ayuntamiento de Fuenlabrada, ha explicado que el robot “es capaz de analizar la rutina para detectar si la persona no se ha levantado de la cama o si no sale de casa durante varios días. Tiene contacto con un familiar y, cuando algo raro pasa, da aviso o lanza una notificación”. Esa función no solamente ha brindado seguridad a José, sino también a su hijo Álvaro Trueba (38 años). “La principal tranquilidad que nos generó es la de saber que tenemos a alguien, entre comillas, que nos puede avisar cuando mi padre sufra cualquier problema. El día a día en el trabajo no nos deja cuidar a los familiares como quisiéramos y esto al final es una herramienta que nos ayuda”, ha precisado Álvaro en una videollamada iniciada por su padre, a través de la pantalla de Temi.
José ha descubierto otros usos para el Robot que no preveían en el consistorio. En ocasiones, le pide que reproduzca las canciones que tanto le gustan de Joan Manuel Serrat o de Bambino, e incluso lo enrolla con alguna broma para matar el tiempo. “A veces, cuando estoy aburrido, le digo ‘Temi sígueme’ y me escondo y veo como me busca por toda la casa”, ha explicado Trueba desde el comedor de su casa, segundos antes de que el autómata se pusiera en marcha sin que nadie se lo hubiese ordenado.
—Hola José. Hace mucho calor, recuerda que es importante hidratarse con frecuencia, aunque no tengas sed— manifestó la voz mecánica de Temi
Durante la mañana del 26 de julio, en medio de la segunda ola de calor veraniega, Temi repitió esta acción al menos un par de veces más para recomendarle a José el uso de ropas vaporosas o la ingesta de vegetales ricos en agua, de los cuales le ofreció una lista. Años atrás, José no hubiese creído que terminaría viviendo con dispositivo. “Mi suegro era muy mayor y no creía que fuera posible de lo de subir un fax y que saliera al otro lado, yo más o menos hubiese pensado eso si me hubiesen preguntado por el robot”, señala José.
Eduardo Sánchez (55 años) es gerente de ventas del Grupo Saltó, empresa comercializadora y propietario intelectual del software de Temi. Ha narrado que el proyecto, que comenzó con el Ayuntamiento de Barcelona, ya ha alcanzado los 100 usuarios en España, tras ser galardonado en 2019 en el Mobile World Congress de Barcelona. Sánchez ha explicado que la plataforma es “escalable y personalizada”, lo que permite adaptarla a las necesidades de los usuarios. De hecho, ya estudian su aplicabilidad en Madrid para personas con necesidades cognitivas, dependencia y situaciones de soledad no deseada.
La primera versión de Temi aún presenta ciertos fallos: algunas instrucciones deben ser repetidas, ocasionalmente pierde el mapeo del piso y debe ser trasladado manualmente al punto de carga y no detecta errores de dicción. Por ejemplo, cuando José le ordena: “Ey Temi, ves [sic] al dormitorio”, por ordenarle que vaya a la habitación, Temi cree que le ha dicho que observe a la dependencia, por lo que responde: “Lamentablemente, como una asistente virtual, no tengo la capacidad de ver”, tal como lo ha ocurrido el pasado viernes. Los desarrolladores afirman que están trabajando para refinar el funcionamiento del robot. “La idea es ir metiendo más hilos de conversaciones”, ha detallado Sánchez, que abre la puerta a que futuras versiones puedan mantener diálogos más extensos. “Eso sería maravilloso”, responde José a la posibilidad de tener una conversación más profunda con Temi.
Tanto el Ayuntamiento de Fuenlabrada como el Grupo Saltó resaltan que el propósito de robot no es sustituir la compañía humana, aunque sí creen en su utilidad para mitigar la soledad no deseada. Revilla defiende que “puede servir para facilitar el contacto con otras personas” y pone como ejemplo la facilidad que brinda para hacer videollamadas con allegados solo con una orden por voz, mientras que Sánchez comenta “mucha gente se siente acompañada por el hecho de que las vaya a buscar y les dé los buenos días”. El consistorio tiene intención de probarlo con otros perfiles con mayor grado de dependencia o soledad. Además, ha comprado ocho unidades, cada una por 6.000 euros, con el fin de destinarlas a los centros de día de adultos mayores como un asistente de los profesionales sanitarios. Así que nadie se asuste si ve a alguna señora dando un paseo matinal en compañía de un robot en Fuenlabrada. No han venido a por nosotros, han venido por nosotros.
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