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Madrid utiliza la IA para entrevistar a mayores de 75 años y averiguar si se sienten solos: 646 pidieron ayuda

El programa ideado por Telefónica para el Ayuntamiento de la capital se realizó entre noviembre y diciembre. Se efectuaron más de 16.000 llamadas con la idea de luchar contra la soledad no deseada

Salvador Albarrán, usuario del Centro Municipal de Mayores Antonio Mingote (Madrid), el 2 de febrero de 2024.
Salvador Albarrán, usuario del Centro Municipal de Mayores Antonio Mingote (Madrid), el 2 de febrero de 2024.Juan José Martínez
Juan José Martínez

“Buenas, llamo del Ayuntamiento de Madrid, del distrito de Chamartín. Soy Paloma, la asistente virtual, ¿puedo hablar con Teresa?”, pregunta una voz robotizada a través del teléfono. Al otro lado de la bocina, Teresa, mayor de 75 años que vive sola, contesta con un “Sí, soy yo”. Durante los siguientes dos minutos, la máquina plantea cinco preguntas para determinar el grado de soledad de Teresa. ¿Considera que cuenta con familiares y amigos cuando algo le preocupa? ¿Sale a la calle al menos una vez a la semana? ¿Recibe visitas? La mujer se confiesa ante la máquina, que registra cada respuesta con un “gracias por decírmelo”, o un “lo comunico”. A la pregunta de si se siente sola, Teresa responde que “muchas veces sí” y posteriormente acepta la ayuda que le ofrece el software para que un técnico de la Administración evalúe su situación. Esta conversación se ha replicado con más de dos mil madrileños en el marco de un programa piloto del Ayuntamiento que usa la inteligencia artificial para detectar la soledad no deseada. La iniciativa ha revelado que uno de cada tres mayores que viven en un hogar unipersonal ha confesado sentirse solo.

Paloma es la asistente virtual del Ayuntamiento creada por Telefónica. Entre el 28 de noviembre y el 8 de diciembre de 2023, realizó más de 16.000 llamadas a mayores de 75 años que residen solos en la capital, de las cuales en 2.071 casos logró completar el cuestionario. Unas 646 personas que accedieron a hablar con Paloma aceptaron una intervención del Ayuntamiento para aliviar la sensación de soledad. Los distritos que más llamadas contestaron fueron Moncloa-Aravaca, Villaverde y Villa de Vallecas, según ha informado este viernes José Fernández, delegado de Políticas Sociales, Familia e Igualdad del Ayuntamiento, encargado de presentar el balance del programa. Fernández ha resaltado la paridad en los datos de los hombres y las mujeres para concluir que “no hay brecha de género” cuando se habla de soledad.

Silvia Saavedra, directora general de Mayores y Prevención de la Soledad No Deseada del Ayuntamiento, ha mencionado este viernes que la desconfianza es el principal reto para Paloma, por eso estudian cómo brindar garantías a quienes toman la llamada para que no piense que se trata de una estafa. Una de las medidas en este sentido es que la IA confirma el distrito del interlocutor, “para generar mayor confianza”, datos que toma del padrón municipal.

Daniel Bernabéu, presidente del sindicato médico Amyts señala que “en un entorno actual de fraudes y estafas a mayores, muchas por vía telefónica, pretender que una persona mayor confíe en un sistema IA municipal es dar pie a que puedan simular la misma voz y solicitar información confidencial para una estafa”. En consecuencia, el sanitario considera que “habría que añadir algún sistema de seguridad”. Teresa Moreno, de la Sociedad Española de Neurología, respalda las iniciativas que usan la inteligencia artificial para combatir la soledad no deseada. Sobre el proyecto de Madrid, la neurogeriatra destaca que “las preguntas están bien hechas” y ve en el programa “una herramienta muy útil, porque llega a mucha gente de manera muy rápida para detectar quién necesita asistencia y quién no”.

Los resultados del trabajo de Paloma han sido presentados en el salón de actos del Centro Municipal de Mayores Antonio Mingote, en Chamberí, uno de los 91 del Ayuntamiento que sirve como refugio a los mayores que no quieren quedarse en casa. A la cafetería de este centro, que ofrece precios inferiores a los del mercado, acuden mayores solos y acompañados para tomarse el café matutino, leer el periódico o jugar al dominó. El grupo de Carmen García, Yolanda Muñoz y Pilar Arias, cuyas edades oscilan entre los 78 y 83 años, se citan en este lugar. García, que vive sola y se declara “independiente”, lamenta que los avances tecnológicos no hayan mejorado calidad de vida de los mayores: “El mundo de la medicina nos ha dado más años, pero con un gran vacío, sin contenido”.

Desde la izquierda: Carmen García, Pilar Arias y Yolanda Muñoz, en la cafetería del Centro de Mayores Antonio Mingote (Madrid).
Desde la izquierda: Carmen García, Pilar Arias y Yolanda Muñoz, en la cafetería del Centro de Mayores Antonio Mingote (Madrid).Juan José Martínez

Las tres amigas se declaran afortunadas de tenerse mutuamente, aunque son conscientes de que “hay gente que necesita compañía”, como dice Muñoz, que alienta a la Administración a intervenir en los casos de los mayores que no tienen con quien compartir el desayuno. “Que los animen a relacionarse”, reclama.

El Consistorio asegura que por ahí van los tiros, al precisar que los 646 mayores que admitieron sentirse solos han entrado en “un proceso de intervención social y de seguimiento”. “Se ha logrado contactar con 378, un 63%, y continúan los intentos para comunicarse con el resto. Un total de 236 ya han aceptado valoración a través de visita domiciliaria, de las cuales 143 ya se han ejecutado”, precisa el Ayuntamiento en un comunicado.

Con familia, pero solos

Los resultados del programa piloto del Ayuntamiento arrojan que el 85% de los adultos mayores que confesaron sentirse solos, disponen de familia o amistades a las que acudir cuando algo les preocupa. Aún más, dentro de los 1.872 que afirmaron contar con alguien en caso de necesidad, el 78% experimenta soledad no deseada. El informe toma estos datos para concluir que “no se produce una relación directa” entre el hecho de tener una red de apoyo y la ausencia de soledad.

Antonino Redondo lee la prensa cada mañana en el Centro Municipal de Mayores Antonio Mingote.
Antonino Redondo lee la prensa cada mañana en el Centro Municipal de Mayores Antonio Mingote.Juan José Martínez

Fernández ha enfatizado en una de las respuestas que brindó Teresa a la inteligencia artificial, cuando esta le preguntó por sus allegados. La mujer respondió que sí que tenía familia, pero que “no quería molestar”, un argumento similar al de Salvador Albarrán, viudo de 82 años, y Antonino Redondo González, de 87, consultados por EL PAÍS. El primero afirma: “No quiero molestar a mis hijas”, así que se apaña con el centro de adultos mayores a donde acude a leer el periódico para “recolectar vocablos” en su libreta, un pasatiempo que guarda de sus tiempos como profesor de letras.

En la misma línea, Redondo precisa: “Tengo mi familia, pero ellos tienen su vida y yo tengo la mía”, así que prefiere quedar con sus amigos en el Antonio Mingote para jugar al tute. “Vivo solo en casa, por la mañana me doy un paseo de una hora y me vengo aquí. A la una me voy a casa, como, reposo un poquito hasta las 16.30 y vuelvo otra vez al centro, donde me sigo entreteniendo con mis compañeros hasta las 20.30″, narra este jubilado que también frecuenta el centro de la calle de Sagasta o el de Alonso Cano.

El 61% de personas que afirmaron no salir de casa ni ser visitados han manifestado sentirse solas, una cifra que desciende al 46% para quienes sí reciben invitados en el hogar o hasta el 36% para los que salen a caminar.

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