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Mirian Galán, una de las mejores maestras del mundo en 2022: “Los profesores de Educación Infantil no somos solo los que hacemos collares de macarrones”

La reconocida educadora social y experta en pedagogías activas se estrena como escritora con ‘Felices en la escuela’, un libro en el que comparte su experiencia y anécdotas personales y pautas de crianza y de orientación escolar para las familias y educadores

Mirian Galán
La maestra Mirian Galán entiende la vida como un aprendizaje continuo.

“No hay nada más bonito que un futuro lleno de gente feliz”. Esta frase ha sido el impulso que Mirian Galán Marqués (Madrid, 41 años), maestra de Educación Infantil desde hace más de 20 años, ha usado como motor para publicar su primer libro, Felices en la escuela (RBA, enero, 2024). En él, Galán comparte, con la ayuda de otros expertos en educación, su experiencia, anécdotas personales y pautas de crianza para las familias, como saber cuándo retirar el pañal, cómo afrontar las rabietas o cómo superar con éxito el primer día de colegio.

Galán, fundadora también de blog SuperEducalandia y galardonada en 2022 en la V edición del Global Teacher Award como una de las mejores profesoras del mundo, afirma que para ella es muy importante que a los maestros de Educación Infantil se les valore y se les respete como a los de otras etapas educativas: “No somos solo los que hacemos collares de macarrones, aunque también te digo que ojalá más docentes se los pusieran”.

La también logopeda, experta en pedagogías activas, ha ganado la medalla al mérito profesional 2023 y el premio Inspiración Educativa 2023 de la mano de Inspiring Girls, una organización focalizada en aumentar la ambición profesional de las niñas, así como sus expectativas laborales, sobre todo en sectores menos feminizados como los STEM (las disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Y es que Galán entiende la vida como un aprendizaje continuo: “No hay una receta para ser buen maestro. Cada docente se crea a sí mismo a base de experiencias y estudio”.

PREGUNTA. Sostiene que la investigación es el mayor aprendizaje, ¿cree que los padres algunas veces limitan el afán de descubrir de sus hijos?

RESPUESTA. Posiblemente, y muchas veces sin darse cuenta. Los niños deben investigar, tocar, observar y jugar. Los padres han de ser los guías de su aprendizaje, sus acompañantes. Seguro que hemos escuchado mil veces la típica frase “de los errores se aprende”, entonces, los niños deben poder equivocarse para aprender.

P. Asegura que es importante entender que cada menor es diferente, ¿padres y maestros pueden perjudicarles si no tienen esto en cuenta?

R. Todos hemos escuchado a padres en el parque: “Mi hijo ya hace pis y tiene un año”; “El mío ya anda con seis meses”; “Mi niño empezó a comer sólido ya en el útero materno” (exageración irónica). Nosotros somos diferentes siendo adultos y los niños también lo son. Hemos de procurar adaptarnos a las necesidades, gustos o nivel madurativo de los menores y esto despertará sus ganas por aprender y disfrutar en clase y en casa.

P. Muchos padres lo pasan muy mal cuando sus hijos comienzan la escuela infantil, ¿qué consejos les daría para que el proceso de adaptación resulte positivo?

R. Los primeros meses como padres se traducen en mocos, pañales, leche… y las conversaciones giran en torno al bebé, algo que, aunque es muy bonito, hace que los progenitores dejen de cuidarse. El que los niños vayan a la escuela infantil no solo es beneficioso para ellos, por el aprendizaje y por compartir tiempo con otros niños; también los adultos podrán recuperar su espacio personal. El padre y la madre volverán a ser ellos mismos… regresarán a su trabajo, comerán con sus compañeros, irán a la peluquería o leerán un libro tranquilamente.

Los niños deben investigar, tocar, observar y jugar.
Los niños deben investigar, tocar, observar y jugar.FatCamera (Getty Images)

P. ¿Qué es el lenguaje positivo y por qué es necesario usarlo con los niños?

R. “Alegre”, “orgulloso” o “ilusionado” son, por ejemplo, palabras con carga positiva. “Sonreír” o “asombrarse” expresan también emociones positivas. Decirlas beneficiará a su desarrollo de la atención, a su autoestima o a su memoria. Además, hacerlo con frecuencia mejora la creatividad, previene la ansiedad y la frustración y ayuda al pequeño a sobrellevar las normas con facilidad.

P. ¿De qué modo se podría dar autonomía a los niños en los quehaceres del hogar sin que lo sientan como una obligación?

R. Sobre todo hay que hacerlo desde muy pequeños, desde que comienzan a andar y con cosas tan fáciles como tirar el pañal a la basura. Con dos o tres años se les puede instar a llevar su ropa a su habitación o a la lavadora. Aparte de esto, la idea esencial es convertirlo en algo divertido, ¿qué adulto no se pone música para limpiar la casa? Los pequeños también pueden unirse y bailar con la escoba.

P. ¿Qué hay de los recurridos chantajes o imposiciones en la comida o a la hora de ordenar la habitación?

R. En ocasiones, el cansancio del adulto se refleja en conductas como el chantaje, que sabemos que no sirve de nada, por lo que deberíamos evitarlo. Pese a creer que los niños son todavía muy pequeños, hay que optar por el diálogo con un tono suave y contundente. Resulta eficaz.

P. Si un niño le cuenta a sus padres que un compañero le molesta a diario en la escuela, ¿cómo es adecuado proceder?

R. Hablar con su tutor de aula, tener una reunión y hacerle llegar sus inquietudes y las de su hijo. Siempre resolverán tus dudas sobre lo acontecido y posibilitará llevar un plan conjunto.

P. Frente a cambios en las rutinas, como una separación/divorcio, un fallecimiento o la llegada de un hermano, ¿cuál sería su sugerencia para favorecer que los menores lo afronten de la mejor manera?

R. Los padres han de contar los sucesos de forma natural y dependiendo de la edad, así pueden hacer al niño partícipe de alguna situación para entenderla mejor. Si va a tener un hermano, por ejemplo, resulta imprescindible darle responsabilidades antes del nacimiento, como que opine sobre el futuro nombre o, tras su llegada al hogar, que el pequeño se implique con los cambios de pañal, los baños… O en el caso de que sus padres se hayan separado, el menor puede conocer la nueva casa de papá o de mamá y comprar juntos muebles para su nueva habitación. O cuando fallece un ser querido, hay que tener claro que los menores son conscientes de que algo distinto ha sucedido y es favorable hablar con ellos, no mentirles.

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