Día del maestro: el periodismo se cuela en las aulas
Cerca de de 4.500 redactores menores de edad forman ya parte del proyecto Red Escolar Digital con sus propias revistas escolares, pensado para acercar a los alumnos al mundo que les rodea y adiestrarles contra contra las noticias falsas
A causa de un brote de coronavirus, una de las aulas de Secundaria del colegio Sant Miquel des Sants, en la localidad barcelonesa de Vic, tuvo que confinarse el pasado mes de octubre. La noticia no la ha dado ningún gran medio de comunicación, sino que la firmaron hace una semana Ivet Parareda, Júlia Rovira y Martina Orozco para STM Junior Report, la revista digital del centro. La información, redactada en catalán, respeta los cánones del periodismo y sitúa lo más importante en primer lugar: “La clase de 2º de ESO A del Sant Miquel de Sants estuvo confinada a causa de un caso positivo de coronavirus el lunes 12 de octubre y fue desconfinada el lunes 19 de octubre. El confinamiento total de la clase se llevó a cabo con las medidas implementadas por la Generalidad”, reza la primera frase.
A continuación, los redactores incluyen en estilo indirecto las declaraciones de Oscar Casassas, tutor del curso, que explica que el origen estuvo en el positivo del padre de un alumno que finalmente terminó contagiando al hijo (su identidad nunca se revela), de modo que fue finalmente la madre quien se puso en contacto con el centro para advertir de la situación. Esta finalmente se saldó con el confinamiento de todos los compañeros, pruebas PCR para todos ellos y la puesta en marcha por parte del centro de un protocolo que, en la medida de lo posible, buscó evitar que los alumnos perdieran la semana lectiva. La información de STM Junior Report no puede ser más precisa.
Estos días, sin embargo, los 25 periodistas de unos 16 años que componen la redacción de STM Junior Report tienen la mirada puesta ya en otra parte. Tras haber publicado un especial que actualmente abre su web sobre cómo el coronavirus está afectando a la vida de los deportistas que viven y entrenan en la región, su interés se centra ahora en ver cómo se van a organizar para cubrir la semana que el centro va a dedicar próximamente a la ciencia: qué redactores se van a ocupar de qué eventos; cómo van a hacer la cobertura gráfica, qué posibilidades van a tener de ir publicando todo. A Jan Gómez, alumno de 1º de Bachillerato y director, junto con Jana Molera, de la publicación, el reto no le intimida demasiado: “Al conocernos todos, es mucho más fácil. Nos organizamos casi siempre en grupos de tres, aunque al final siempre es uno el que termina de redactar el artículo. Solemos aprovechar las dos horas semanales que tenemos de la asignatura para trabajar los artículos en clase y no llevarnos mucha faena a casa”, explica por teléfono en la escasa media hora que tiene de recreo.
Cuentan para ello con el apoyo de sus profesores, que son quienes proponen los géneros periodísticos que van a trabajar cada semana (crónicas, entrevistas, reportajes...) y dan ideas sobre los temas, y con la edición de Ada Sanuy, periodista de La Vanguardia que es la encargada de dar el último visto bueno a todo lo que sale a la web. “El saber que al final lo lee una periodista hace que nos lo tomemos más en serio. También nos anima. Por ejemplo, en La Vanguardia nos han dicho que si alguna vez queremos entrevistar a algún actor o escritor famoso, ellos nos pueden ayudar a contactarlos. Nuestra idea es intentarlo”, explica Gómez.
Tejer redes, hacer comunidad y acercar a los jóvenes al mundo que les rodea son precisamente algunas de las premisas del proyecto Revista Escolar Digital (RED), que hoy involucra a cerca de 4.500 redactores menores de edad que provienen de más de 60 centros de todo tipo de titularidad repartidos por toda España. Todas ellas forman parte a su vez de Junior Report, una publicación pensada para que los jóvenes se acerquen a la actualidad. Su director, el periodista Francesc Castanyer, se dio en cuenta hace años de la inmensa distancia que hay entre los medios de comunicación y los menores, que quedan desprotegidos ante el ir y venir de noticias publicadas cada vez con menos filtros, menos calidad y sujetas tan solo a la idea de que deben atraer muchos lectores: lo que se conoce como clickbait. Alarmado, creó hace tres años Junior Report, un periódico digital escrito por profesionales pero orientado a informar de forma amena y rigurosa a los lectores más jóvenes. Para ello, aporta en cada una de sus notas el contexto necesario para que los nacidos, bien entrado ya el siglo XXI, puedan entender cada información.
Pero la idea inicial fue creciendo. Lo hizo primero a través de pequeños seminarios de tres horas que los propios profesionales de Junior Report impartían en colegios e institutos. Con el tiempo, estos talleres fueron el germen de las primeras redacciones escolares: ocho el primer año, 35 el segundo año y, en este, más de 60. Y suma y sigue. Hoy, Junior Report mantiene su portal de noticias para jóvenes, pero ha añadido a su catálogo unidades lectivas descargables sobre periodismo, talleres y el proyecto RED, donde se recogen también noticias redactadas por los alumnos de centros que por el momento no pueden permitirse pagar los 2.600 euros anuales que cuesta a cada centro contar con las herramientas indispensables para tener una redacción propia. Estas incluyen, entre otras cosas, el imprescindible Wordpress (con explicaciones sobre cómo utilizarlo), la apertura de un portal propio de internet y la asesoría de periodistas en activo durante todo el año.
“Tenemos un plan semanal para cada centro en el que nuestra idea es dinamizar y dar ideas a los alumnos, pero yendo poco a poco, de los géneros más simples a los más complejos, de lo local a lo internacional. Aun así, constantemente nos llegan cosas que nos desbordan”, reconoce Castanyer. Es el caso de Lucía Pena, alumna de 3º de ESO del instituto Les Cinc Sénies de Mataró y redactora de Les Cinc Sénies Report que el pasado octubre se descolgó con una entrevista a una mascarilla sanitaria. Esta, indignada, se queja del mal uso que hacen de ellas las personas, alaba la fiabilidad de las FPP2 y las FPP3 y se muestra recelosa ante las de tela: “Son unas creídas, se creen mejores que nosotras solo porque son más bonitas y se pueden lavar, pero no es así; la mayoría no sirven para nada”.
También los propios alumnos se sorprenden. “Para los profesores, la relación con ellos es distinta porque se trata de un trabajo voluntario. Nosotros nos inscribimos ya el año pasado, y la mayoría de los que participaron han repetido en este”, explica Alaitz Ruiz de Galarreta, profesora y coordinadora de la redacción del IPI Samaniego Report, la revista del colegio homónimo ubicado Vitoria, País Vasco. Incluso, explica la docente, la experiencia está sirviendo para despertar algunas vocaciones: “Aunque no siempre lo reconocen, el otro día un chico me dijo que esto de ser periodista le estaba empezando a gustar”.
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