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EL PAÍS
Un hombre llora por las víctimas del tiroteo en un supermercado de Búfalo (Nueva York).
columna

Desgracias

El prestigio audiovisual ha dejado de tener que ver con la calidad y el rigor y ha pasado a convertirse en la mera contabilidad de audiencias. Por ese camino, el periodismo se ha dejado desgarrado un jirón del traje de su credibilidad

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