![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GAVCONFSCJJARG7LH7TAPJAOUM.jpg?auth=d163c59eea58ad1d24847caa97a5e12687119a416f9a2e49bbd7611ff76d3d77&width=414)
El desodorante produce cáncer y otros ocho mitos sobre la salud
Distintos expertos y estudios científicos ayudan a desmontar la rumorología pseudocientífica
![<p>La <strong><a href="https://elpais.com/tag/salud/a" target="_blank">salud</a></strong> es —probablemente— uno de los bienes más preciados para el ser humano, aunque cuando la tenemos no la valoramos en su justa medida. Pero, ay, si algo va mal no dudamos en buscar remedios, incluso en lo que se podría calificar como el <em>hampa</em> de la medicina. Internet se ha convertido en un gigantesco consultorio en el que curanderos y demagogos compiten con los más rigurosos galenos, imponiéndose los primeros más a menudo de lo deseable. Y es que las pseudoterapias enganchan y a menudo <a href="http://www.cis.es/cis/opencm/ES/1_encuestas/estudios/ver.jsp?estudio=14383" rel="nofollow" target="_blank">ofrecen la idea de que llegan allí donde no lo hace la medicina</a>, según revela el CIS del pasado mes de febrero.</p> <p>Para frenar el avance de esas prácticas dañinas, los colegios de médicos, las sociedades científicas y otros colectivos se han movilizado, dando pie a iniciativas como <a href="https://saludsinbulos.com/" rel="nofollow" target="_blank">#SaludSinBulos</a>, porque "entre todos tenemos que <strong>desmontar los bulos sobre salud que circulan por las redes</strong> y que alimentan algunos famosos", enfatiza Carlos Mateos, coordinador de la iniciativa. ¿Cómo? "Formando al público general y también a los profesionales sanitarios para que sepan buscar información veraz, reconocer lo que no lo es y denunciarlo", continúa.</p> <p>Desde BuenaVida hablamos con expertos para desmontar algunos de los mitos más extendidos sobre salud.</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/J4XEGE66QFK2XDROKZPJS5QU64.jpg?auth=5d7f49c21bf29c2ad8fa22765f83d9a857038c0d42e975329306a101a572d1b2&width=414)
La salud es —probablemente— uno de los bienes más preciados para el ser humano, aunque cuando la tenemos no la valoramos en su justa medida. Pero, ay, si algo va mal no dudamos en buscar remedios, incluso en lo que se podría calificar como el hampa de la medicina. Internet se ha convertido en un gigantesco consultorio en el que curanderos y demagogos compiten con los más rigurosos galenos, imponiéndose los primeros más a menudo de lo deseable. Y es que las pseudoterapias enganchan y a menudo ofrecen la idea de que llegan allí donde no lo hace la medicina, según revela el CIS del pasado mes de febrero.
Para frenar el avance de esas prácticas dañinas, los colegios de médicos, las sociedades científicas y otros colectivos se han movilizado, dando pie a iniciativas como #SaludSinBulos, porque "entre todos tenemos que desmontar los bulos sobre salud que circulan por las redes y que alimentan algunos famosos", enfatiza Carlos Mateos, coordinador de la iniciativa. ¿Cómo? "Formando al público general y también a los profesionales sanitarios para que sepan buscar información veraz, reconocer lo que no lo es y denunciarlo", continúa.
Desde BuenaVida hablamos con expertos para desmontar algunos de los mitos más extendidos sobre salud.
![<p>Deleitarse por la noche con esta jugosa cucurbitácea es poner a prueba la integridad física, al menos así lo dice el refrán (que ya se sabe que encierra la sabiduría popular): "El melón por la mañana, oro; por la tarde, plata; y, por la noche, mata", una sentencia que, apunta Manuel Moñino, miembro de <a href="http://www.academianutricionydietetica.org/" rel="nofollow" target="_blank">Academia Española de Nutrición Dietética</a> (AEDN) y presidente del Comité Científico de <a href="http://www.5aldia.org/" rel="nofollow" target="_blank">5 al día</a> (Asociación para la Promoción del Consumo de Frutas y Hortalizas), "parece proceder de los tiempos de hambruna y <strong>tendría su sentido en relación con su alto contenido en agua y bajo en otras sustancias importantes, como proteínas</strong>".</p> <p>Pero ese argumento pertenece al pasado y, "en el contexto actual, <strong>este refrán no tiene nada, nada absolutamente de cierto</strong>. Se puede comer melón por la mañana, para comer, por la tarde y por la noche sin que suponga ningún problema para la salud", afirma tajante Moñino. Sin embargo, recomienda mesura después de una comida copiosa debido a que "comer una cantidad alta de melón con el elevado contenido en agua, puede dificultar la digestión".</p> <p>Es una fruta muy rica en agua (más del 90% de su peso), vitamina C —importante por su labor antioxidante— y fibra, que ayuda a la digestión. Algunas variedades, como el melón cantalupo, que tiene la pulpa anaranjada, también aportan vitamina A —que ayuda a cuidar la visión, favorece el crecimiento de los huesos y protege el sistema inmune, entre otras labores— y ácido fólico, que ayuda a la creación de nuevas células en el cuerpo. Aunque sí hay una cara B del melón, revela el académico: "<strong>Algunos de sus componentes pueden provocar reacciones alérgicas locales</strong> como irritaciones, picores en la piel y en la lengua".</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/Y7YP7NGGL5IO7A3YVD2LV6AXJM.jpg?auth=80df1eaabbdfd365755757f1a16858e4ce1a30554f3164bbab8dd8bad8abe968&width=414)
Deleitarse por la noche con esta jugosa cucurbitácea es poner a prueba la integridad física, al menos así lo dice el refrán (que ya se sabe que encierra la sabiduría popular): "El melón por la mañana, oro; por la tarde, plata; y, por la noche, mata", una sentencia que, apunta Manuel Moñino, miembro de Academia Española de Nutrición Dietética (AEDN) y presidente del Comité Científico de 5 al día (Asociación para la Promoción del Consumo de Frutas y Hortalizas), "parece proceder de los tiempos de hambruna y tendría su sentido en relación con su alto contenido en agua y bajo en otras sustancias importantes, como proteínas".
Pero ese argumento pertenece al pasado y, "en el contexto actual, este refrán no tiene nada, nada absolutamente de cierto. Se puede comer melón por la mañana, para comer, por la tarde y por la noche sin que suponga ningún problema para la salud", afirma tajante Moñino. Sin embargo, recomienda mesura después de una comida copiosa debido a que "comer una cantidad alta de melón con el elevado contenido en agua, puede dificultar la digestión".
Es una fruta muy rica en agua (más del 90% de su peso), vitamina C —importante por su labor antioxidante— y fibra, que ayuda a la digestión. Algunas variedades, como el melón cantalupo, que tiene la pulpa anaranjada, también aportan vitamina A —que ayuda a cuidar la visión, favorece el crecimiento de los huesos y protege el sistema inmune, entre otras labores— y ácido fólico, que ayuda a la creación de nuevas células en el cuerpo. Aunque sí hay una cara B del melón, revela el académico: "Algunos de sus componentes pueden provocar reacciones alérgicas locales como irritaciones, picores en la piel y en la lengua".
![<p>Las autoridades sanitarias mundiales asisten estupefactas al avance de la diabetes, una enfermedad que alcanza cotas epidémicas y que <a href="https://elpais.com/elpais/2018/10/13/ciencia/1539445057_581171.html" target="_blank">Nam Han Cho, presidente de la Federación Internacional de Diabetes, califica de "tercera guerra mundial"</a>, dado que cada año provoca un millón y medio de muertos. <a href="https://www.fundaciondiabetes.org/general/articulo/58/situacion-actual-de-la-diabetes-en-espana-estudio-dibetes" target="_blank">En España hay más de 5 millones de diabéticos</a>, según el estudio <a href="mailto:di@bet.es" rel="nofollow" target="_blank">di@bet.es</a>. ¿Tiene que ver que comamos demasiado azúcar?</p> <p>El mito que relaciona el consumo de azúcar con esta enfermedad "<strong>surge de la asociación entre el dulce y la diabetes y, por tanto, se cree que la mejor forma de evitarla es suprimir el azúcar</strong>", indica Alfonso José López Alba, endocrinólogo y director de comunicación de la Sociedad Española de Diabetes (SED). Pero parte de una premisa equivocada, continúa este experto: "El azúcar no es nuestro enemigo, es nuestra mejor y mayor fuente de energía. Es el combustible por excelencia del organismo y de forma casi exclusiva el de nuestro cerebro. Por eso tenemos tantos mecanismos de equilibrio hormonal y metabólico para mantener unos niveles fisiológicos de 80 a 140 mg por dl de glucosa en sangre". Y de ahí la pregunta lógica que ya respondimos en BuenaVida: <a href="https://elpais.com/elpais/2018/05/28/buenavida/1527522543_389263.html" target="_blank">Si el cerebro necesita azúcar para funcionar, ¿por qué tenemos que dejar de comerlo?</a></p> <p>Cuando se comen dulces, el organismo responde produciendo un pico de insulina —la hormona que introduce en las células la glucosa circulante en sangre—, y <strong>una persona sana segrega la suficiente insulina para mantener el equilibrio</strong>. "Pero todo tiene un límite", advierte López Alba, y si el azúcar pasa a ser una parte significativa de nuestra alimentación, se fuerza a las células productoras de insulina y al final claudican. "Un peligro que se puede controlar, más o menos, hasta después de los 50 años, edad en la que se puede entrar en la espiral de ganancia de peso y aumento de insulina, porque el cerebro da órdenes de comer más para neutralizar la insulina y aumenta el apetito. Al final, las células que segregan la insulina se rinden. La diabetes ya está ahí".</p> <p>La buena noticia es que "la diabetes se puede mantener controlada durante muchos, muchos años", enfatiza el endocrinólogo. ¿Cómo? Con un estilo de vida saludable (dieta sana y actividad física), que incluye mucha moderación con el dulce.</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ADJLBDIYAFNBDLCWSOK77EIVF4.jpg?auth=609a2573f3b78f01d73b47458d2cbb9c5343e9b31a52fa6fdebf36f23e49be3c&width=414)
Las autoridades sanitarias mundiales asisten estupefactas al avance de la diabetes, una enfermedad que alcanza cotas epidémicas y que Nam Han Cho, presidente de la Federación Internacional de Diabetes, califica de "tercera guerra mundial", dado que cada año provoca un millón y medio de muertos. En España hay más de 5 millones de diabéticos, según el estudio di@bet.es. ¿Tiene que ver que comamos demasiado azúcar?
El mito que relaciona el consumo de azúcar con esta enfermedad "surge de la asociación entre el dulce y la diabetes y, por tanto, se cree que la mejor forma de evitarla es suprimir el azúcar", indica Alfonso José López Alba, endocrinólogo y director de comunicación de la Sociedad Española de Diabetes (SED). Pero parte de una premisa equivocada, continúa este experto: "El azúcar no es nuestro enemigo, es nuestra mejor y mayor fuente de energía. Es el combustible por excelencia del organismo y de forma casi exclusiva el de nuestro cerebro. Por eso tenemos tantos mecanismos de equilibrio hormonal y metabólico para mantener unos niveles fisiológicos de 80 a 140 mg por dl de glucosa en sangre". Y de ahí la pregunta lógica que ya respondimos en BuenaVida: Si el cerebro necesita azúcar para funcionar, ¿por qué tenemos que dejar de comerlo?
Cuando se comen dulces, el organismo responde produciendo un pico de insulina —la hormona que introduce en las células la glucosa circulante en sangre—, y una persona sana segrega la suficiente insulina para mantener el equilibrio. "Pero todo tiene un límite", advierte López Alba, y si el azúcar pasa a ser una parte significativa de nuestra alimentación, se fuerza a las células productoras de insulina y al final claudican. "Un peligro que se puede controlar, más o menos, hasta después de los 50 años, edad en la que se puede entrar en la espiral de ganancia de peso y aumento de insulina, porque el cerebro da órdenes de comer más para neutralizar la insulina y aumenta el apetito. Al final, las células que segregan la insulina se rinden. La diabetes ya está ahí".
La buena noticia es que "la diabetes se puede mantener controlada durante muchos, muchos años", enfatiza el endocrinólogo. ¿Cómo? Con un estilo de vida saludable (dieta sana y actividad física), que incluye mucha moderación con el dulce.
![<p>Alguna vez habrá oído que cuando alguien tiene muchas verrugas, no se librará totalmente de ellas hasta que no acabe con la 'verruga madre'. Paloma Borregón, integrante de la <a href="https://aedv.es/" rel="nofollow" target="_blank">Academia Española de Dermatología y Venereología</a> (AEDV) y responsable del departamento de Dermatología en la Clínica Beteré-Marcos en Madrid aclara que "se trata de un mito". "Cuando sale una verruga y luego aparecen más la causa es el virus del papiloma, que se multiplica", explica y añade que "<strong>hay que quitarlas todas a la vez y no pueden quedar restos porque volverán a multiplicarse</strong>".</p> <p>"Las verrugas <strong>se contagian por contacto directo (piel con piel) o indirecto (a través de objetos)</strong> y las zonas de mayor riesgo de contagio son áreas o superficies húmedas", indica la dermatóloga, que aclara que una piel sana no tendría por qué contagiarse: "El contagio se suele dar cuando hay heridas o problemas, como dermatitis atópica porque las alteraciones de la piel son una puerta de entrada para el virus". Y no todo lo que parece una verruga lo es: "Aquellas que no están producidas por el virus son fibromas o acrocordones, que suelen aparecer en cuello y axilas debido al roce de ropa u objetos", aclara la experta.</p> <p><strong>Para acabar con esas desagradables protuberancias olvídese de los trucos caseros</strong>, la AEDV lo desaconseja encarecidamente por el riesgo de infección: "Tanto las verrugas como los fibromas se pueden quitar con crioterapia y, en el caso de los fibromas, también se pueden cortar (por parte de un profesional) y coagular, para evitar infecciones". Y hay que borrar todo rastro de vírico de verrugas para que no vuelvan a aparecer.</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/VBX7PAYGBRLELN67QEYWIWA3SY.jpg?auth=35eb7e71188333fc3950bd2fff076ac08f08b3bd919ebc344bae065f5e872b85&width=414)
Alguna vez habrá oído que cuando alguien tiene muchas verrugas, no se librará totalmente de ellas hasta que no acabe con la 'verruga madre'. Paloma Borregón, integrante de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y responsable del departamento de Dermatología en la Clínica Beteré-Marcos en Madrid aclara que "se trata de un mito". "Cuando sale una verruga y luego aparecen más la causa es el virus del papiloma, que se multiplica", explica y añade que "hay que quitarlas todas a la vez y no pueden quedar restos porque volverán a multiplicarse".
"Las verrugas se contagian por contacto directo (piel con piel) o indirecto (a través de objetos) y las zonas de mayor riesgo de contagio son áreas o superficies húmedas", indica la dermatóloga, que aclara que una piel sana no tendría por qué contagiarse: "El contagio se suele dar cuando hay heridas o problemas, como dermatitis atópica porque las alteraciones de la piel son una puerta de entrada para el virus". Y no todo lo que parece una verruga lo es: "Aquellas que no están producidas por el virus son fibromas o acrocordones, que suelen aparecer en cuello y axilas debido al roce de ropa u objetos", aclara la experta.
Para acabar con esas desagradables protuberancias olvídese de los trucos caseros, la AEDV lo desaconseja encarecidamente por el riesgo de infección: "Tanto las verrugas como los fibromas se pueden quitar con crioterapia y, en el caso de los fibromas, también se pueden cortar (por parte de un profesional) y coagular, para evitar infecciones". Y hay que borrar todo rastro de vírico de verrugas para que no vuelvan a aparecer.
![<p>Entre los falsos rumores sobre la salud está el de que el uso de desodorante puede provocar cáncer. Quienes los divulgan aseguran que <strong>son los componentes, como las sales de aluminio, los que al aplicarse en las axilas y al ser absorbidos por la piel pueden generar cambios hormonales que provocan el desarrollo de células malignas</strong>. Sin embargo, los distintos estudios científicos realizados hasta la fecha concluyen que <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25233067" rel="nofollow" target="_blank">no hay pruebas claras que demuestren la relación entre los componentes de aluminio del desodorante y el cáncer</a>. </p> <p>El aluminio no es el único ingrediente de este producto cosmético que está bajo el punto de mira de la rumorología: los parabenos, unos conservantes que imitan la actividad de los estrógenos (hormonas femeninas), tampoco se libran. Una vez más, <a href="http://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/109158180802704s01" rel="nofollow" target="_blank">los estudios desmontan esa hipótesis</a>. A pesar de eso, la ciencia es cauta y los expertos insisten en la necesidad de seguir investigando.</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/S52IUS7GHBNHVMQRR23DYJWETI.jpg?auth=c8ae22e1dc38a7d4f147f76c689059d4f0fd9885f110882c05de6263ac0126bd&width=414)
Entre los falsos rumores sobre la salud está el de que el uso de desodorante puede provocar cáncer. Quienes los divulgan aseguran que son los componentes, como las sales de aluminio, los que al aplicarse en las axilas y al ser absorbidos por la piel pueden generar cambios hormonales que provocan el desarrollo de células malignas. Sin embargo, los distintos estudios científicos realizados hasta la fecha concluyen que no hay pruebas claras que demuestren la relación entre los componentes de aluminio del desodorante y el cáncer.
El aluminio no es el único ingrediente de este producto cosmético que está bajo el punto de mira de la rumorología: los parabenos, unos conservantes que imitan la actividad de los estrógenos (hormonas femeninas), tampoco se libran. Una vez más, los estudios desmontan esa hipótesis. A pesar de eso, la ciencia es cauta y los expertos insisten en la necesidad de seguir investigando.
![<p>Si se está planteando tener descendencia, puede que haya consultado con el Dr. Google sobre qué tipo de alimentación tiene que seguir para elegir el sexo del bebé, o para poner en forma a los espermatozoides. "<strong>Asegurar que la dieta influye en el sexo del niño es un perfecto bulo</strong> y seguir una dieta saludable, a base de alimentos frescos, verduras, carne y pescado, ayudada con ejercicio moderado mejora la calidad del semen, pero no sirve de nada si, además, no se evitan otros factores medioambientales (pesticidas, plásticos, etcétera) o hábitos tóxicos (consumo de alcohol y drogas)", subraya José Manuel González Casbas, ginecólogo experto en fertilidad del <a href="https://www.iefertilidad.com/" rel="nofollow" target="_blank">Instituto Europeo de Fertilidad</a>.</p> <p>La mitología no se queda ahí. Para facilitar la concepción, la sabiduría popular recomienda recurrir a trucos como que la mujer permanezca tumbada bocarriba, con las piernas arriba o flexionadas o cruzadas y con una almohada debajo de los riñones. González <a href="https://elpais.com/elpais/2015/06/23/buenavida/1435050779_795351.html" target="_blank"> desmiente la necesidad de tales malabarismos</a>: "<strong>En condiciones normales estas maniobras no son en absoluto necesarias</strong>, ya que en los días previos a la ovulación, el cuello uterino produce un moco cervical fluido y filante que impregna la vagina, los espermatozoides del eyaculado al entrar en contacto con este moco cervical rápidamente se activan adquiriendo gran velocidad y orientando su dirección para ascender a través de este y llegar al canal endocervical, útero y trompas".</p> <p>Esos consejos vienen de hace mucho, incluso algunos médicos los alentaron no hace tanto tiempo. Este especialista en fertilidad confirma que "estas creencias se describen en tratados de fertilidad de tiempos no tan remotos como <em>Fertilidad y Esterilidad en el Matrimonio</em>, escrito en 1932 por el ginecólogo Th. H. Van De Velde".</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/J7V6VPGNSFK7TCW77SMMMKURHY.jpg?auth=ac3732cc6f91e268ada49b7318851641bf5d6f33867df6e46e121a643c8ee734&width=414)
Si se está planteando tener descendencia, puede que haya consultado con el Dr. Google sobre qué tipo de alimentación tiene que seguir para elegir el sexo del bebé, o para poner en forma a los espermatozoides. "Asegurar que la dieta influye en el sexo del niño es un perfecto bulo y seguir una dieta saludable, a base de alimentos frescos, verduras, carne y pescado, ayudada con ejercicio moderado mejora la calidad del semen, pero no sirve de nada si, además, no se evitan otros factores medioambientales (pesticidas, plásticos, etcétera) o hábitos tóxicos (consumo de alcohol y drogas)", subraya José Manuel González Casbas, ginecólogo experto en fertilidad del Instituto Europeo de Fertilidad.
La mitología no se queda ahí. Para facilitar la concepción, la sabiduría popular recomienda recurrir a trucos como que la mujer permanezca tumbada bocarriba, con las piernas arriba o flexionadas o cruzadas y con una almohada debajo de los riñones. González desmiente la necesidad de tales malabarismos: "En condiciones normales estas maniobras no son en absoluto necesarias, ya que en los días previos a la ovulación, el cuello uterino produce un moco cervical fluido y filante que impregna la vagina, los espermatozoides del eyaculado al entrar en contacto con este moco cervical rápidamente se activan adquiriendo gran velocidad y orientando su dirección para ascender a través de este y llegar al canal endocervical, útero y trompas".
Esos consejos vienen de hace mucho, incluso algunos médicos los alentaron no hace tanto tiempo. Este especialista en fertilidad confirma que "estas creencias se describen en tratados de fertilidad de tiempos no tan remotos como Fertilidad y Esterilidad en el Matrimonio, escrito en 1932 por el ginecólogo Th. H. Van De Velde".
![<p>No hace muchos años <strong>era muy habitual encontrar personas con la muñeca vendada porque tenían la "muñeca abierta"</strong>. El interlocutor que no hubiese sufrido ese extraño fenómeno en primera persona miraba atónito el vendaje, como si tuviese rayos X en los ojos capaces de atravesar el tejido para ver si, efectivamente, los huesos de la muñeca estaban al aire libre.</p> <p>La reumatóloga Montserrat Romera, portavoz de la <a href="https://www.ser.es/" rel="nofollow" target="_blank">Sociedad Española de Reumatología</a> explica que lo de muñeca abierta es un término coloquial que se utiliza cuando existe un dolor en la muñeca, de intensidad variable y que aparece con los movimientos laterales y en ocasiones dificulta la movilidad. "Normalmente, se debe a un esguince de la muñeca por estiramiento de los ligamentos. Puede ocurrir después de una caída o después de un estiramiento excesivo. <strong>No es aconsejable vendársela sino acudir al médico para que valore el grado de esguince y el tratamiento que debe realizar</strong>", aconseja.</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HDQR3BX3M5MD3D5SR6FP4S37MY.jpg?auth=6bdfc899f76d08da7c829fe3a9bbf8bada18f8e8424895686e0505d70cd208f1&width=414)
No hace muchos años era muy habitual encontrar personas con la muñeca vendada porque tenían la "muñeca abierta". El interlocutor que no hubiese sufrido ese extraño fenómeno en primera persona miraba atónito el vendaje, como si tuviese rayos X en los ojos capaces de atravesar el tejido para ver si, efectivamente, los huesos de la muñeca estaban al aire libre.
La reumatóloga Montserrat Romera, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología explica que lo de muñeca abierta es un término coloquial que se utiliza cuando existe un dolor en la muñeca, de intensidad variable y que aparece con los movimientos laterales y en ocasiones dificulta la movilidad. "Normalmente, se debe a un esguince de la muñeca por estiramiento de los ligamentos. Puede ocurrir después de una caída o después de un estiramiento excesivo. No es aconsejable vendársela sino acudir al médico para que valore el grado de esguince y el tratamiento que debe realizar", aconseja.
![<p>Llega el frío y las botellas de agua desaparecen de muchas neveras. Y los hielos se acumulan en los congeladores. Son muchas las personas que evitan a toda costa el frío en la garganta por miedo a las afonías, anginas y otro tipo de molestias. Ahora bien, "<strong>no existe una correlación automática ni universal que justifique que consumir agua fría favorezca la aparición de resfriados</strong>, aunque en algunas personas predispuestas o si el agua presenta mayor grado de contaminación, podría aumentar la incidencia de afecciones gripales", explica Carlos Cenjor, jefe del Servicio de Otorrinolaringología de la Fundación Jiménez Díaz <a href="https://www.quironsalud.es/en" rel="nofollow" target="_blank">Quirón Salud de Madrid</a>.</p> <p>Sí es cierto que la proliferación de virus gripales aumenta en ambientes fríos y húmedos, a los que son más sensibles algunas personas. Precisamente, estas a menudo recurren al escudo del colocarse un pañuelo en el cuello, un hecho que, según Cenjor, se justifica con los mismos argumentos que el agua fría: "Tampoco tiene fundamento científico".</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GDLZ6MXEYNNTFNU7RMRFO3NZKM.jpg?auth=3ce811beaf0351cdb2ae4209c05644ceb35cdcb4c75ef4faa49751bbb860dd24&width=414)
Llega el frío y las botellas de agua desaparecen de muchas neveras. Y los hielos se acumulan en los congeladores. Son muchas las personas que evitan a toda costa el frío en la garganta por miedo a las afonías, anginas y otro tipo de molestias. Ahora bien, "no existe una correlación automática ni universal que justifique que consumir agua fría favorezca la aparición de resfriados, aunque en algunas personas predispuestas o si el agua presenta mayor grado de contaminación, podría aumentar la incidencia de afecciones gripales", explica Carlos Cenjor, jefe del Servicio de Otorrinolaringología de la Fundación Jiménez Díaz Quirón Salud de Madrid.
Sí es cierto que la proliferación de virus gripales aumenta en ambientes fríos y húmedos, a los que son más sensibles algunas personas. Precisamente, estas a menudo recurren al escudo del colocarse un pañuelo en el cuello, un hecho que, según Cenjor, se justifica con los mismos argumentos que el agua fría: "Tampoco tiene fundamento científico".
![<p>El otorrino Carlos Cenjor advierte del error en que solemos caer al atribuir un origen cervical a un cuadro de vértigo, <strong>una confusión que puede llevar a un abordaje erróneo por parte del médico</strong>: "La realidad es que mucha gente confunde el desequilibrio (que puede tener una relación con las articulaciones y en general con el aparato locomotor), la inestabilidad (que suele ser inespecífica y multifactorial) y el vértigo (que indica un cuadro con sensación de giro del paciente o del entorno)". Los más frecuentes tienen que ver con el sistema vestibular (el oído interno), como por ejemplo vértigo posicional (el que más se atribuye a las cervicales).</p> <p>Según el especialista, "el origen del mito se encuentra en el siglo XX, cuando el médico francés Jean Alexandre Barré describió un síndrome según el cual, tras una contusión o latigazo cervical, por activación del sistema simpático pueden aparecer cervicalgias, vértigo (a veces con acúfenos) y migrañas, además de posible congestión nasal y algo de ronquera".</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/XHHW7PNHLBM7BN73XGVNQHDGR4.jpg?auth=cdafaa27370263bf3c8ffd600cb29deecfbba02b97f46cbea6ee14240314ca13&width=414)
El otorrino Carlos Cenjor advierte del error en que solemos caer al atribuir un origen cervical a un cuadro de vértigo, una confusión que puede llevar a un abordaje erróneo por parte del médico: "La realidad es que mucha gente confunde el desequilibrio (que puede tener una relación con las articulaciones y en general con el aparato locomotor), la inestabilidad (que suele ser inespecífica y multifactorial) y el vértigo (que indica un cuadro con sensación de giro del paciente o del entorno)". Los más frecuentes tienen que ver con el sistema vestibular (el oído interno), como por ejemplo vértigo posicional (el que más se atribuye a las cervicales).
Según el especialista, "el origen del mito se encuentra en el siglo XX, cuando el médico francés Jean Alexandre Barré describió un síndrome según el cual, tras una contusión o latigazo cervical, por activación del sistema simpático pueden aparecer cervicalgias, vértigo (a veces con acúfenos) y migrañas, además de posible congestión nasal y algo de ronquera".
![<p>Ha pasado una mala racha de sueño, y una vez superadas las causas que le impedían dormir, se dispone a hacerlo como si no hubiera un mañana para recuperar el sueño atrasado. Aunque pueda parecer lógico, explica la neuróloga Celia García Mayo, del <a href="https://www.iis.es/" rel="nofollow" target="_blank">Instituto de Investigación del Sueño</a>, "este concepto es equivocado". La experta indica que "<strong>cuando sufrimos privación de sueño nuestro sistema nervioso sufre cambios</strong> hormonales, autonómicos, de estado mental (concentración, atención o memoria) e incluso de carácter y emocionales. Cuando tenemos la oportunidad de volver a dormir, el patrón de sueño es diferente, cambiando el porcentaje de sueño que pasamos en cada fase. Este sueño podría denominarse 'sueño de alto rendimiento".</p> <p>La cosa no para ahí: "El tiempo de sueño 'recuperado' siempre es inferior —en horas y minutos— al tiempo perdido. Probablemente esto se deba a ese patrón de 'sueño de alto rendimiento', mediante el cual <strong>el cerebro trata de aprovechar al máximo esas horas de sueño</strong>", prosigue García.</p> <p>No hay reglas fijas aptas para todas las personas, unas necesitan dormir más que otras en caso de privación de sueño y en condiciones normales, pero lo que sí es común a todos es que "la privación crónica de sueño incrementa la tasa de mortalidad debido a enfermedades cardiovasculares, endocrinológicas o neuropsiquiátricas, además de aumentar el riesgo de sufrir accidentes. Por ello, <strong>se debe mantener una adecuada higiene del sueño</strong> y tratar de asegurarnos un mínimo de horas que nos permita mantenernos en buen estado en el tiempo de actividad".</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/H33VO74NDRLP3E7IM2ZCW7IEBY.jpg?auth=dc6980ca188a83a63e7ddc94e112db6b742eb2544743ca30f4c67055dd908756&width=414)
Ha pasado una mala racha de sueño, y una vez superadas las causas que le impedían dormir, se dispone a hacerlo como si no hubiera un mañana para recuperar el sueño atrasado. Aunque pueda parecer lógico, explica la neuróloga Celia García Mayo, del Instituto de Investigación del Sueño, "este concepto es equivocado". La experta indica que "cuando sufrimos privación de sueño nuestro sistema nervioso sufre cambios hormonales, autonómicos, de estado mental (concentración, atención o memoria) e incluso de carácter y emocionales. Cuando tenemos la oportunidad de volver a dormir, el patrón de sueño es diferente, cambiando el porcentaje de sueño que pasamos en cada fase. Este sueño podría denominarse 'sueño de alto rendimiento".
La cosa no para ahí: "El tiempo de sueño 'recuperado' siempre es inferior —en horas y minutos— al tiempo perdido. Probablemente esto se deba a ese patrón de 'sueño de alto rendimiento', mediante el cual el cerebro trata de aprovechar al máximo esas horas de sueño", prosigue García.
No hay reglas fijas aptas para todas las personas, unas necesitan dormir más que otras en caso de privación de sueño y en condiciones normales, pero lo que sí es común a todos es que "la privación crónica de sueño incrementa la tasa de mortalidad debido a enfermedades cardiovasculares, endocrinológicas o neuropsiquiátricas, además de aumentar el riesgo de sufrir accidentes. Por ello, se debe mantener una adecuada higiene del sueño y tratar de asegurarnos un mínimo de horas que nos permita mantenernos en buen estado en el tiempo de actividad".