Su hijo pierde el tiempo en las clases de baile
Al menos, desde el punto de vista deportivo. Ellas solo se mueven con brío durante 20 minutos en una lección de ballet o flamenco
Los pequeños están verdaderamente graciosos. Con sus medias y tutús, pantalones bombachos o mallas. Un crío bailando es todo un espectáculo. ¿Físico? En absoluto. Una nueva investigación publicada en Pediatrics refleja lo que ya sospechábamos: los menores de 13 apenas se mueven en sus lecciones de danza. "De forma moderada o vigorosa, solo lo hacen durante el 36% del tiempo", precisa. Es decir, si la lección es de una hora, el ejercicio físico relevante apenas se reduce a 20 minutos.
La medición se ha llevado a cabo en San Diego, California (EE UU), colocando en el cuerpo de 246 chicas de 17 academias privadas un acelerómetro que monitorizaba su oscilación en 66 clases diferentes. Aunque en los adolescentes los resultados son mejores, en los niños el esfuerzo es muy liviano, sobre todo en danza y flamenco. El hip-hop requiere un mayor ardor, según el estudio.
James F. Sallis, profesor de medicina familiar y salud pública de la Universidad de California, añade que incluso los profesores de baile infantil colocan el ejercicio físico en la parte baja de sus prioridades. "La actividad tiene más que ver con construir habilidades artísticas y culturales", ha declarado a The New York Times. El problema viene cuando los padres dan por hecho que la asistencia a estas aulas cuenta como tiempo de ejercicio para sus vástagos, una asunción incorrecta. "El baile no proviene de la tradición de salud pública: es una forma de arte", insiste Sallis.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) recuerda que la OMS estipula, como mínimo, una hora al día (incluye fines de semana) de actividad física moderada o vigorosa en los niños de entre 5 y 14 años (cuando empieza la adolescencia). Y no es una cuestión trivial: el 43% de los escolares en España presenta exceso de peso según datos del Estudio Aladino 2013. Y solo el 15-20% de los escolares nacionales alcanzan la recomendación de la OMS. "La realización de, al menos, una hora de ejercicio físico moderado o intenso en el niño se asocia a una mejora en la condición cardiorrespiratoria y muscular, disminuye el riesgo de obesidad y sobrepeso, aumenta la densidad mineral ósea y favorece la salud funcional y cognitiva", resume el doctor Gerardo Rodríguez, pediatra y coordinador del Comité de Actividad Física de la AEP.
¿Y cuál es el deporte recomendado? "Cualquier actividad aeróbica que anime a la carrera, con la que se sude y, preferiblemente, se practique al aire libre, como fútbol o baloncesto, que además fomenta los valores de equipo", responde el pediatra, quien propone seguir siempre las pautas de seguridad (equipación) y fomentar el disfrute de esta actividad deportiva en las horas extraescolares. "Del mismo modo que si el niño va mal en inglés, lo apuntamos a clases de refuerzo, debemos preguntarnos: '¿Qué hago para que crezca más sano?", insiste Rodríguez. La proactividad de los padres, subraya el experto, es necesaria, así como practicar deporte en familia y animar al movimiento frente a la mecanización (bicicleta en lugar de coche o escaleras en vez de ascensor). Así que ya sabe: si ha llevado a sus pequeños a clases de danza clásica, asegúrese de que después juegue, por ejemplo, un arduo partido voleibol. Sus necesidades físicas y artísticas quedarán ampliamente cubiertas. "Y será mucho más probable que en la edad adulta siga haciendo ejercicio, viviendo más y mejor, como prueba la abundante evidencia científica", concluye el doctor.
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