José Joaquín Ripoll, expresidente de la Diputación de Alicante y actual presidente provincial del PP, se apuntó ayer a la lista del paro. La iniciativa de Ripoll, descabalgado de cúpula de la Corporación provincial por el otrora sector campista, se produce después de ocho años en el cargo público con un sueldo cercano a los 100.000 euros.
Mientras el consejero de Justicia y Bienestar Social, Jorge Cabré, se jactaba en el interior del edificio Prop de Alicante de una inversión de 2,6 millones de euros del Gobierno valenciano en proyectos destinados a mejorar las condiciones del pueblo saharaui, unas 30 personas de la Plataforma en Defensa de la Ley de la Dependencia se manifestaban en el exterior.
El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, inició ayer una ronda de contactos con los miembros del Gobierno que ha heredado de su antecesor, Francisco Camps, para "imprimir pulso, normalidad y trabajo a máximo rendimiento en el Consell", según aseguró la vicepresidenta Paula Sánchez de León.
"Si se pretende mutilar nuestro derecho foral civil, no vamos a permitirlo", sentenció ayer el consejero de Gobernación, Serafín Castellano ante la prensa tras anunciar que el Consell recurrirá la suspensión de la ley valenciana de custodia compartida ante el Constitucional.
"Empezamos francamente mal". Esa es la opinión del portavoz socialista en las Cortes, Jorge Alarte, sobre la primera medida aprobada bajo la presidencia de Alberto Fabra, un plan de ajuste ante la crisis que implica reducir 680 millones de euros en gasto de plantillas de la Generalitat, universidades y farmacia que se unen al conjunto de recortes puestos en marcha.
El deterioro veraniego de los servicios de limpieza y recogida de basuras se hace cada día más evidente en la ciudad de Valencia. Los contenedores se desbordan rebosantes de bolsas sin recoger, las calles no se baldean y las calles no se barren, protestan los vecinos.
Los contenedores de basuras repletos de bolsas sin recoger, como este, en el barrio de El Cabanyal, se reparten por los barrios de la periferia de Valencia desde que comenzó el verano a consecuencia de la bajada del servicio de recogida de basuras. Los vecinos reclaman al Ayuntamiento el mismo trato que los barrios turísticos o del centro que, afirman, "muestran una limpieza diaria impecable".