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La titular del Juzgado de Instrucción número 33 de Barcelona, Elisabet Castelló, acordó ayer la admisión a trámite de la querella presentada por dos comerciantes afectados por el derrumbamiento ocurrido el 27 de enero en el barrio del Carmel de esta ciudad.
Testigos colocados en una grieta
Un edificio situado en la calle de Rosselló entre el paseo de Gràcia y Pau Claris tiene también grietas a causa de las vibraciones provocadas por el paso del metro de la línea 5. El hecho es bien conocido por Transportes Metropolitanos de Barcelona, que encargó en su día un informe a la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).
El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, reconoció ayer en Girona que "algunos cargos" relacionados con las obras del metro en el barrio del Carmel han mostrado su disponibilidad a dimitir o ser destituidos si se demuestra que tuvieron alguna responsabilidad en el hundimiento.
Las grietas que en los últimos 10 meses han aparecido en el Poblenou y que los vecinos atribuyen a las vibraciones del metro afectan a viviendas habitadas por 2.000 personas, según la asociación de vecinos.
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