Maragall anuncia que destituirá a altos cargos si se demuestra su responsabilidad

El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, reconoció ayer en Girona que "algunos cargos" relacionados con las obras del metro en el barrio del Carmel han mostrado su disponibilidad a dimitir o ser destituidos si se demuestra que tuvieron alguna responsabilidad en el hundimiento. Maragall confirmó que la próxima semana, previsiblemente el jueves y el viernes, se celebrará un pleno monográfico en el Parlament.

Maragall achacó las insistentes demandas de asunción de responsabilidades políticas por parte de CiU a un intento de eludir las propias. "La mejor defensa es un buen ataque", ironizó el presidente, quien recordó que fue la anterior Administración la que "realizó una buena parte de la obra". A juicio de Maragall, "hay muchas responsabilidades", aunque descartó "que las tuviera precisamente Pujol", en una alusión indirecta al papel desempeñado por el antecesor de Joaquim Nadal al frente del Departamento de Política Territorial y Obras Públicas, el convergente Felip Puig.

En la recepción oficial que el consistorio de Girona preparó ayer a Maragall, la alcaldesa, la socialista Anna Pagans, se comprometió a que el paso subterráneo del AVE por Girona se realice "con las máximas garantías".

En un intento de tranquilizar a los vecinos de diversos barrios de Barcelona que temen ver dañadas sus viviendas, el presidente se comprometió a revisar "los efectos colaterales" de otras obras con túneles en la ciudad. Admitió que, ante lo que hoy se conoce sobre el "problemático" terreno del Carmel, se debiera haber exigido "más cuidado y mayores medidas de seguridad" en la ejecución del túnel. Y respecto a las supuestas diferencias entre la empresa constructora y la dirección de obras, reconoció que "no es normal que las empresas no hagan llegar a la Generalitat todos los datos de una obra de tal magnitud".

Sobre la asunción de responsabilidades, Maragall admitió que "algunos de los cargos que están implicados en la línea de mando" han anunciado su disposición a cesar o a ser destituidos, siempre y cuando se demuestre su responsabilidad. El presidente expresó que su Gobierno pretende llegar hasta el final en las investigaciones sobre lo sucedido en el Carmel y reiteró que "si tiene que haber ceses, los habrá". Esto, en lo que se refiere al porqué del siniestro. Respecto a la gestión de la crisis, Maragall fue menos crítico y avaló el trabajo tanto del consejero Nadal como del alcalde de Barcelona, Joan Clos: "Han actuado como debían".

Será el Parlament, sin embargo, el que tenga la oportunidad de juzgar las explicaciones que dé el propio Nadal, ya que Maragall solicitó ayer la celebración de un pleno extraordinario para aclarar "los principales asuntos, de hecho y de derecho", sobre el hundimiento. De esta forma, Maragall sustituye la comparecencia del consejero en la comisión de política territorial y satisface las exigencias del líder del PP catalán, Josep Piqué, que reclamaba una sesión monográfica en la Cámara.

Previsiblemente, el pleno se desarrollará durante dos días de la próxima semana: el jueves (cuando Nadal dará las explicaciones) y el viernes (reservado a las conclusiones), ya que la junta de portavoces podría avanzar al miércoles la sesión ordinaria prevista para el jueves. La junta confirmará este supuesto el lunes.

Contestando a una pregunta sobre la comparación que días atrás realizó entre el caso del Carmel y el del Prestige, Maragall admitió diferencias: "El presidente de entonces no dio la cara, se escondió en un faro, mientras que ahora Zapatero sí la ha dado". Maragall reconoció que José María Aznar "se movió bien" para conseguir ayudas y "una inversión descomunal" para Galicia.

Por su parte, Enric Marín, secretario de Comunicación de la Generalitat, aseguró ayer que tiene el "convencimiento moral" de que no hizo nada en relación con la gestión informativa de la crisis que justifique su dimisión y aseguró que no se plantea "ni remotamente" esa posibilidad.