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CONSUMO

El CSIC desarrolla una prueba de ADN contra el fraude en los pescados

El análisis permitirá verificar la especie tanto en productos congelados como envasados

El fraude en los pescados, desde los frescos a los enlatados, tiene los días contados. Un grupo de investigadores españoles tiene ultimado un método que permitirá saber si la merluza congelada que nos venden es tal o si el atún blanco de la lata no es realmente una especie de segunda categoría. Para atajar este posible fraude en los envasados, en las próximas semanas habrá cambios en la reglamentación actual.Doce años les ha llevado a los investigadores del Instituto de Investigaciones Marinas, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con sede en Vigo, descubrir un método que permita saber "a ciencia cierta" de qué especie es realmente un pescado. Han sido cuatro proyectos distintos financiados por la Unión Europea que permiten ahora descubrir otras nuevas alternativas a las actuales, "mucho más fiables y mucho más asequibles económicamente", asegura Ricardo Pérez, investigador y director del citado instituto. Hace no muchos años, el precio de cualquier análisis era "impensable"; ahora puede costar entre 15.000 y 20.000 pesetas.

El método es similar al que se usa para las pruebas de paternidad. Se extrae del ADN de los productos y pescados toda la información genética y, con ello "hemos conseguido una base de datos sobre cada una de las especies, lo que nos permite saber a cuál de ellas corresponde cualquier producto analizado", asegura Ricardo Pérez.

El método está perfeccionado para los atunes, y se está ultimando para otras especies, como es el caso de melva, merluza, bacalao, lenguado, rodaballo y otros, también con la financiación y ayuda de otros científicos de la UE.

Se ha comenzado por el atún porque, además de ser líder en el consumo de envasados (136.400 toneladas al año frente a 25.823 toneladas de sardinas), algún industrial de este sector alertó hace tiempo sobre un supuesto fraude en la utilización de especies de atún para las conservas. El presunto fraude tiene su lógica. El más preciado de los atunes es el blanco (Thunnus alalunga) o bonito del Norte, bastante más caro que otras especies, como el claro (yellowfin), muy apreciado para envasar, o el atún listado, que, precisamente por su bajo precio, se utiliza sobre todo para conservas.

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