Guerra a muerte por el patrimonio comunista lituano
PILAR BONET ENVIADA ESPECIAL, Los comunistas promoscovitas, vistos como la quinta columna de una potencia extranjera hostil en los medios independentistas que ejercen el poder formal en Lituania, se resisten a perder los bienes que hasta hace poco fueron patrimonio común de todos los comunistas, que ahora andan a la greña. Un ejemplo de esta resistencia es la ocupación de la escuela superior del partido en Vilna, vigilada desde el domingo por soldados del Ejército con rifles automáticos, y la de la sede del comité municipal. En Moscú, Mijail Gorbachov indicó que si hay derramamiento de sangre se utilizará la fuerza.
Desde diciembre, cuando los comunistas locales se escindieron en el Partido Comunista de Lituania (PCL, independiente), dirigido por Algirdas Brazauskas, y otro partido alineado con el PCUS, la propiedad común es la manzana de la discordia entre los primeros, que dicen tener 85.000 afiliados, y los segundos, que dicen contar con 35.000. Una comisión llegada de Moscú para dirimir el conflicto abandonó Vilna sin que las partes divorciadas se entendieran.Gorbachov garantizó ayer el senador norteamericano Edward Kennedy, que se encuentra de visita en Moscú, que no tiene intención de utilizar la fuerza en Lituania a menos que peligre la vida de ciudadanos soviéticos. Kennedy añadió que Gorbachov es partidario de "encontrar una solución negociada" dentro del marco de la actual Constitución de la URSS.
Los promoscovitas de Lituania tienen su cuartel general en el edificio gris que es la sede del partido en el barrio de Octubre de Vi1na, que gobiernan sus líderes. "Un verdadero golpe de Estado, eso es lo que ha sucedido", contestaba nerviosamente un hombre mayor que el sábado atendía el teléfono y las visitas, entre ellas las de varios oficiales del Ejército.
"Todo esto ha sido construido con dinero del PCUS. Y el Partido Comunista Lituano debe más de 96 millones de rublos al PCUS", decía VIadimir Gridanov, un profesor de la Escuela Superior del Partido que, como otros de sus colegas, funcionarios del aparato, se quedará en paro próximamente.
La Escuela Superior del Partido había sido destinada a Instituto Pedagógico por el PCL, que quiere alquilar algunos de los locales ahora sobrantes. "Todo lo que tenemos está hecho a base de las cuotas, que son un 3% de los salarios", decía Brazauskas. Los promoscovitas acusan a los lituanos de disponer alegremente de las propiedades, firmando contratos con cooperativas, "revistas clandestinas" y distribuyendo locales a otras formaciones políticas.
En la sede comunista del barrio de Octubre reinaba una sensación de acoso. Quienes hasta hace poco dictaban las condiciones del juego político se quejan hoy de ser censurados en Prensa y televisión, de haberse quedado sin coches oficiales y, lo que es peor, sin trabajo. Así marginados, estos sectores resultan inquietantes, ya que son ellos los que conservan el hilo directo con el Ejército y el KGB. Desde su diario, el comunista A. Zaleski pedía que el territorio de Lituania se repartiera entre los que quieren quedarse en la URSS y los que quieren abandonarla.
El Comité Central del PCL celebraba ayer un pleno para preparar el próximo congreso de la organización. Algunos dirigentes del PCL han dejado el partido recientemente para ocupar cargos en un Gobierno que acusa la presión de los conservadores. Hoy, lleno de confianza en el futuro, este contingente reclama carteras ministeriales como la de Exteriores, adjudicada a Algirdas Saurdargas. La elección de este político de orientación democristiana ha puesto fuera de sí a medios liberales de Vilna, ya que Saurdargas, dicen, no tiene experiencia internacional ni habla idiomas extranjeros.
El diario República, que nació como un diario del movimiento independentista Sajudis, publicó una caricatura titulada La lambada lituana, donde los miembros del Parlamento bailaban alrededor de Landsbergis. La caricatura no gustó a la directiva de la organización vencedora en las elecciones de Lituania. Quienes critican la elección de Saurdargas suelen opinar que Iustas Paletskis hubiera sido mejor ministro de Exteriores. Paletskis, de 47 años, es un diplomático con experiencia en el Ministerio de Exteriores en Moscú y varias embajadas soviéticas en Europa. Paletskis es también el secretario de ideología del PCL.
En otros sectores, en los que está el filósofo Arvidas Jouzaitis, director de la revista cultural Atenas del Norte se cree advertir en los líderes de Sajudis una "intolerancia" hacia los comunistas y una "falta de profesionales".
Por otra parte, las elecciones municipales lituanas del sábado arrojaban una participación del 65% de la población (inferior a las legislativas, donde participó el 72%) y una victoria menos holgada de Sajudis en el campo, según los primeros resultados.
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