Dos ministros chilenos discuten con Baker salidas a la 'crisis de la uva'
Los ministros chilenos de Exteriores, Hernán Errázuriz, y de Agricultura, Jaime de la Sotta, se reunieron ayer en Washington con el secretario de Estado norteamericano, James Baker, para discutir un plan que permita terminar con el embargo estadounidense a la fruta de Chile, calificado ayer por el presidente Augusto Pinochet de "exagerado y catastrófico como un terremoto" .[Un comunicado emitido más tarde aseguró que ambos Gobiernos trabajarán "en conjunto" para alcanzar una solución "urgente". Baker afirmó a los representantes chilenos que el embargo no tuvo motivaciones políticas contra el régimen militar, informa Reuter.]
En los cuatro días que lleva la crisis de la uva, provocada por el hallazgo en Filadelfia de dos granos de uva con trazas no letales de cianuro, EE UU ha demostrado la vulnerabilidad de la economía local. El embargo a la fruta chilena, una medida que también adoptó Canadá, amenaza las finanzas como un boicoteo internacional. Las pérdidas podrían llegar a los 800 millones de dólares y provocar el despido de decenas de miles de trabajadores agrícolas en un año electoral clave para el futuro democrático del país.
Jóvenes derechistas arrojaron granos de uva contra la Embajada de EE UU mientras que un conocido empresario proestadounidense, Ricardo Claro, renunció a la presidencia del Instituto Chileno-Norteamericano de Cultura en rechazo al embargo.
Los agricultores chilenos, por su parte, regalaron el miércoles, en las calles, miles de racimos de uva de exportación, para demostrar al mundo que es de buena calidad, permitiendo a los santiaguinos conocer un producto que casi nunca se encuentra en los mercados. Una atractiva rubia repartía uva vestida con una camiseta en la que podía leerse: "No estoy envenenada".
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