Lucha cerrada en el Estadio Nacional
Un grupo de 50 personas observó el escrutinio de la mesa 2 de varones en el Estadio Nacional, el mayor lugar de votación en Santiago. Una pareja de soldados estaba a más de 50 metros de distancia. Partidarios del sí y del no rodearon esta mesa y llevaban una cuenta voto a voto de los 322 sufragios.El primer voto que abrió el presidente de la mesa favoreció al sí. "La cagó", dijo un partidario del no. "Por favor, no empecemos con manifestaciones ante cada voto", pidió el presidente. Pero la tendencia favorable al sí se mantuvo mientras seguía el recuento en voz alta.
Una mujer que dijo "¡bravo!" en voz baja, ante un voto sí, recibió una réplica de otro observador: "A tí te gustan las torturas y los desaparecidos". Pronto, las papeletas acumuladas por el sí tuvieron mayor altura que las del no. Pero sólo los opositores hablaban alrededor de la mesa.
El resultado final fue de 162 síes y 154 noes, más seis nulos y blancos. Sólo entonces, los partidarios del sí irrumpieron en vivas y aplausos. Los opositores silbaron y uno de ellos exclamó: "¡Increible, todavía hay gente que quiere dictadura!". Otro explicó: "Es que aquí votó mucha gente de Investigaciones [policía civil]".
Un periodista chileno sostuvo que en las primeras mesas los inscritos eran en su mayoría adictos al régimen. Sin embargo, unos metros más allá, en el mismo estadio que fue campo de concentración después del golpe militar, otra mesa dio un resultado favorable al no.
La tendencia fue cambiando paulatinamente. En el Estadio Nacional votaron sectores de clases medias, de la comuna de Ñuñoa. A medida que aumentaba el número de mesas favorables al no, los opositores eran más audaces.
Ya en la noche, las mesas estaban rodeadas por personas que gritaban "Chi-chi-chi-le-le-le, viva Chile, que se vaya Pinochet" cada vez que el resultado arrojaba mayoría al no.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.