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Los efectos de la reconquista de las Malvinas

La derrota de las Malvinas ha tenido el efecto de un misil Exocet en la Iínea de flotación de la dictadura militar

El Proceso de Reorganización Nacional, como se autodenomina la dictadura militar argentina, inició ayer una nueva etapa con la destitución del general Leopoldo Galtieri como miembro de la Junta y con la próxima designación de otro presidente de la República. Una etapa de trayectoria incierta, pero que la mayoría de los analistas consideran que desembocará en la restauración, a no muy largo plazo, del poder civil en Argentina.

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El deterioro de este régimen militar, que ya venía haciendo agua, ha alcanzado sus cotas máximas con la trágica aventura de las islas Malvinas. La estrepitosa derrota ha tenido el efbcto de un misil Exocet en la línea"de flotación de la dictadura. "El régimen está ya es corado y el hundimiento es sólo cuestión de tiempo", augura un periodista argentino.Seis años después del golpe de Estado que derrocó al peronismo de Isabelita", los militares argentinos, que aniquilaron la guerrilla al alevado costo de millares de muertos y desaparecidos durante la represión, se disponen ahora a "institucionalizar" un país que sufre una crisis económica mucho más grave que la de 1976 y a devolver el poder a los civiles, retirándose a sus cuarteles. No sin antes haber perdido una guerra.

La caída del general Galtieri ha provocado un alud de declaraciones de todo tipo de figuras políticas, que coinciden en hacer llamamientos para la inmediata democratización del país. El líder del Partido Federal, Francisco Manrique, ha pedido que Galtieri compareza ante un consejo de guerra y ante un tribunal de honor para que juzguen su conducta en la crisis de las Malvinas.

Las cinco agrupaciones políticas que forman la "multipartidaria" rechazaron ayer, por segunda vez en menos de veinticuatro horas, una invitación del Gobierno para mantener contactos informativos. Los políticos están a la expectativa y no quieren mezclarse con determinados miembros del "proceso" hasta ver cómo evolucionan los acontecimientos.

El traspaso de poderes en la comandancia del Ejército de Tierra se realizó ayer por la mañana, en una breve ceremonia celebrada en un acuartelamiento de Buenos Aires, a causa de la intensa lluvia que caía sobre la capital. Cristino Nicolaides, ascendido a teniente general, juró el cargo que le da acceso a la Junta Militar gobernante en presencia de Galtieri y no pronunció ningún tipo de discurso.

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La nueva Junta quedará establecida en otra breve ceremonia, que se celebrará en el Congreso y tenía previsto reunirse a medianoche de ayer, hora de Madrid, para tratar, entre otros temas, de la designación de un nuevo presidente de la República y de la actitud a tomar frente al Reino Unido.

El ministro del Interior, general Alfredo Saint Jean, sorprendió ayer a EL PAIS al declarar que él no era el presidente interino de la República, ya que Galtieri no ha dimitido de la presidencia, sino de la comandancia del Ejército. Así, pues, Galtieri es formalemente todavía el jefe del poder ejecutivo, hasta que la Junta Militar designe a su sucesor o hasta que presente su dimisión. En este último caso, el estatuto del "proceso", una especie de régimen de reglamento interno de la dictadura, dispone que sea el ministro del Interior quien asuma la presidencia en funciones. Parece, en cualquier caso, que se trata de una mera formalidad y que Galtieri dimitirá ante la nueva Junta Militar apenas esté constituida.

La designación del nuevo presidente no se realizará antes del próximo lunes, según la opinión generalizada, y hay quien piensa que podría demorarse más, hasta una semana o dos. Las hipótesis que se barajaban ayer en los agitados cenáculos políticos de Buenos Aires eran de lo más dispar.

Posible demora

Existe, en primer lugar, la posibilidad de que el general Saint Jean, previa renuncia al servicio activo en el Ejército, sea confirmado como presidente tras un breve período de interinidad. Sin embargo, el ministro del Interior hizo ayer unas declaraciones en las que aseguraba que no quiere desempeñar la jefatura del Gobierno.

El brigadier Basilio Lami Dozo, jefe de la Fuerza Aérea, viene sonando insistentemente, y más aún después de las severas críticas que hizo ayer su Ejército al sistema económico imperante en el país. Lami tiene en su contra el pertenecer a la aviación, minoritaria dentro de las fuerzas armadas, y tradicionalmente alejada de la presidencia. La brava actuación de los pilotos, únicos que han causado daños serios, a la flota del Reino Unido, supone un importante punto a su favor si quiere la presidenciá.

Una variante de esta hipótesis apunta hacia una presidencia rotatoria entre los tres miembros de la Junta, que iniciaría Lami Dozo como gesto de reconocimiento a la labor desarrollada por la fuerza aérea en la guerra del Atlántico sur.

La posibilidad de una presidencia civil también está presente en los rumores que corren por la capital federal argentina. Se habla del ministro de Relaciones Exteriores, Nicanor Costa Méndez, y del de Defensa, Amadeo Frugoli, como los candidatos más probables, junto con el demócrata-progresista Rafael Martínez Raymonda.

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