JUAN ARIAS | Roma
En una furgoneta, maniatado y con doce impactos de bala
El asesinato de Aldo Moro, consumado ayer por las Brigadas Rojas tras haber sometido al dirigente democristiano italiano a 55 días de cautiverio, presiones y manipulaciones de toda índole, ha paralizado la vida política de Europa. El estupor, la indignación y la voluntad de encarar con más firmeza y cohesión la lucha contra el terrorismo han sido puestos de manifiesto por gran parte de las capitales europeas, sobre todo las del Mercado Común. Algunas han respaldado también la decisión de la Democracia Cristiana y del Gobierno italiano de no negociar con los terroristas la vida de su líder. Al cabo de casi dos meses de angustias y vacilaciones, los partidos y Los sindicatos italianos preparan para hoy una serie de concentraciones en apoyo de la República y de la democracia.
La profesión de fe socialdemócrata realizada el lunes por Felipe González en Barcelona, a los ocho días de la fusión del PSP y el PSOE, comenzó a causar reacciones encontradas en el seno del Partido Socialista Obrero Español, al mismo tiempo que portavoces oficiosos de Unión de Centro Democrático valoraban la declaración del secretario general del PSOE como una meditada estrategia para captar la clientela electoral de las clases medias españolas. Mientras tanto, Adolfo Suárez parece adoptar la solución de postergar cualquier decisión política trascendental en el seno de su partido, arbitrando una fórmula de compromiso -nombrar a Rafael Arias Salgado como coordinador y ampliar la composición del comité ejecutivo de UCD con la presencia de los presidentes de los grupos parlamentarios y varios ministros- como fórmula de tránsito hasta la aprobación de la Constitución, Por su parte, Felipe González manifestó que sus declaraciones fueron hechas a título personal, Alfonso Guerra intentó quitar importancia al tema y Luis Gómez Llorente y Enrique Tierno declinaron hacer comentarios.
El próximo Consejo de Ministros aprobará un proyecto de ley de municipalización del Metro de Madrid, que será remitido a las Cortes; un programa de inversiones urgentes por valor de mil millones de pesetas para la mejora y conservación de la red, e igualmente parece probable que el Estado se haga cargo de la puesta en funcionamiento de los nuevos catorce kilómetros, cuya infraestructura está concluida, pero que no han entrado en servicio por la descapítalización que aqueja a la compañía privada propietaria del Metro madrileño. Estos, en síntesis, son los acuerdos más importantes que la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos tomó ayer como respuesta de los poderes públicos ante el accidente sufrido el lunes por dos trenes entre las estaciones de Tirso de Molina y Sol, y que arrojaron ur balance definitivo de 128 víctimas.