El Rey entregó el Premio Daoiz al teniente general Marcide, en Segovia

El rey don Juan Carlos presidió ayer en el Alcázar de Segovia el acto de entrega del premio Daoiz, con el que se distingue cada cinco años al oficial de Artillería que se haya destacado más por sus trabajos durante ese período en pro de esta arma, y que este año ha recaído en el teniente general en situación de reserva Manuel Marcide Odriozolo, que el próximo octubre cumplirá 79 años.

Acompañaron a don Juan Carlos -que viajó en helicóptero- el ministro de Defensa, teniente general Gutiérrez Mellado; el capitán general de la región, teniente general Angel Campano; el general Francisco Valencia Remón, al frente de la Jefatura de Artillería del Ejército, autoridades militares y civiles de la provincia de Segovia.Después de pasar revista a las tropas que le rindieron honores -alumnos de la Academia de Artillería-, el Rey y los asistentes se trasladaron a la sala de Reyes, donde tras dar lectura a la orden de concesión del premio tomó la palabra el general Valencia Remón, que evocó la figura histórica de Daoiz, sus glorias militares y patrióticas y la trayectoria del galardonado, del que destacó que se había concedido el premio «por su formación, por su dedicación, por sus conocimientos».

El teniente general Marcide pronunció unas breves palabras de agradecimiento al Rey por su asistencia al acto y a sus compañeros por haberle distinguido con el premio que se materializaba en un artístico sable que le entregó don Juan Carlos.

Cerró el acto el Rey con un parlamento en el que, entre otras cosas, destacó la figura del general Marcide como «destacado impulsor de la artillería lanzacohete, versión moderna, y prometedora del arma de fuego, en la actualidad y campo tecnológico militar en el que España es pionera».

Dijo en otro momento que aunque era consciente de la dificultad de mantenerse a la cabeza de los descubrimientos tecnológicos en el campo militar, por los costes cuantiosos de la investigación, «estoy seguro -dijo- que si los medios son difíciles de obtener, no nos faltará nunca, cómo contrapartida, la chispa del genio, el triunfo de la inteligencia y hasta la ayuda de esa improvisación española que puede hacer milagros en tantas ocasiones».

Concluido el acto el Rey departió durante más de una hora con numerosos oficiales y alumnos de la Academia en un ambiente de especial cordialidad.

Don Juan Carlos aceptó una invitación del alcalde de la ciudad para visitar ésta en fecha próxima en compañía de doña Sofía. Por su parte, el teniente general Gutiérrez Mellado concertó una entrevista para la próxima semana con una representación de la Corporación municipal para tratar de las posibilidades de mantenimiento de la Academia de Artillería de Segovia que, según insistentes rumores, podría ser trasladada a otro lugar del país.