_
_
_
_
El asesinato del presidente de la Democracia Cristiana italiana

Brigadas Rojas: del sabotaje industrial al asesinato político

El núcleo originario de las Brigadas Rojas surge a finales de 1969, al constituirse en Milán el «colectivo político metropolitano», en el que figuran Renato Curcio, Alberto Franceschini (procedentes del grupo Izquierda Proletaria), Maurizio Ferrari y Roberto Ognibene (los cuatro figurarán en la lista de los trece detenidos que las Brigadas Rojas propusieron canjear por Aldo Moro). Implantados en la periferia indus trial de las grandes ciudades -Milán, Turín Génova-, sus actividades se centran en un primer momento en el sabotaje industrial. En 1972, el secuestro de Idalgo Maechiarini, dirigente de la Siti-Siemens de Milán, inicia un cambio de táctica. Este cambio culmina en 1974 con el secuestro deljuez de Génova Mario Sossi. Tras ser condenado por un «tribunal popular», las Brigadas Rojas propusieron canjearlo por ocho terroristas del «grupo 22 de Octubre». El tribunal de Génova aceptó, autorizando la puesta de éstos en libertad condicional. Aunque Sossi fue liberado, el fiscal general impugnó la sentencia apelando al Tribunal Supremo, que anuló la decisión del tribunal genovés.El 8 de septiembre de ese mismo año, Renato Curcio, jefe de las Brigadas Rojas, y Alberto Franceschini son detenidos, denunciados por Silvano Girotto, franciscano, guerrillero en Bolivia, «hermano Metralleta», a sueldo de la policía y que había conseguido infiltrarse en la organización. El 18 de septiembre, un comando de las Brigadas Rojas asalta la cárcel de Casale Monferrato, liberando a Renato Curcio. Detenido de nuevo, el 18 de enero de 1976, en Milán, fue condenado,a ocho años de reclusión.

Más información
Aldo Moro fue muerto de varios disparos en el corazón
55 días de pesadilla

Con la detención de sus principales dirigentes parece estar próximo el momento de la desarticulación definitiva de las Brigadas Rojas. Sin embargo, una primera tentativa de proceso de sus dirigentes en junio de 1976 es respondida inmediatamente con el asesinato del fiscal general de Génova, Francesco Coco. Tras otra tentativa fallida en mayo de 1977, el proceso vuelve a abrirse el 9 de marzo pasado. Renato Curcio y 48 brigadistas son acusados de «constitución, organización y participación en bandas arinadas con la finalidad de suprimir o subvertir violentamente las estructuras económicas, sociales y políticas del Estado italiano». Al día siguiente, Rosario Berardi, oficial de. policía de la sección antiterrorista, es asesinado en Turín. Seis días más tarde, Aldo Moro es secuestrado en elcentro de Roma, muriendo en el tiroteo los cinco miembros de su escolta. El 11 de abril, Lorenzo Cutugno, funcionario de la prisión de Turín, donde se encuentran encarcelados los principales dirigentes de las Brigadas, es muerto a tiros.

Por otra parte, un folleto dirigido a principios de abril a varios periódicos italianos y redactado por la «dirección estratégica» de la organización se atribuye «más de 2.000 acciones en 1977», que van desde la lucha armada clandestina hasta la violencia callejera. Sus ataques, afirman, van dirigidos especialmente a tres tipos de personas: los miembros de la Democracia Cristiana, los « agentes del imperialismo » en un sentido amplio, que engloba desde la industria a los medios de comunicación de masas, y a los representantes locales de organizaciones internacionales como «la Trilateral, el Mercado Común y la OTAN».

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_