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Santiago da 15 días a los Franco para que devuelvan dos estatuas del Pórtico

El gobierno local franquista las entregó al dictador en torno a los años 60 contraviniendo el contrato con el anterior dueño en el que se prohibía que las piezas saliesen de la ciudad

Imágenes de Abraham e Isaac reclamadas a los Franco.
Imágenes de Abraham e Isaac reclamadas a los Franco.

Abraham e Isaac, labrados sobre columnas a finales del siglo XII o comienzos del XIII en el taller del Maestro Mateo, nacieron con vocación de ser inamovibles, con la idea de permanecer bajo la cubierta del atrio por los siglos de los siglos, sosteniendo la fachada románica que protegía el Pórtico de la Gloria. Pero la paz no les duró demasiado. Con el tiempo, las estatuas en piedra han vivido incontables avatares, sobre todo desde el día en que Franco, durante una visita triunfal a Compostela, se encaprichó con las figuras de padre e hijo del Antiguo Testamento, que entonces ya decoraban la escalinata del consistorio. En aquel momento, en torno al año 1960, el gobierno local del régimen entregó al dictador las imágenes, y hoy siguen engrosando el patrimonio de su familia. Ahora, el Ayuntamiento de Santiago, gobernado por Compostela Aberta, reclama las piezas. Da a los herederos de Franco un plazo de 15 días para que las devuelva antes de emprender "acciones legales".

Según el gobierno local, "no consta" que exista ningún documento de cesión o donación a Franco. En el siglo XVI, estas y otras imágenes (como la que fue descubierta entre escombros de la catedral a finales de 2016) fueron retiradas para reformar el Obradoiro. Quedaron arrumbadas y estas dos fueron reencontradas en 1933 por el historiador Fermín Bouza Brey en uno de los pazos de los condes de Ximonde, que las habían adquirido. El estudioso concluyó que llevaban allí, en el municipio coruñés de Vedra, en la mansión junto al río Ulla, desde el siglo XVIII.

Durante la dictadura franquista, el entonces conde de Ximonde vendió estas imágenes que se han identificado con Abraham e Isaac al Ayuntamiento de Santiago por 60.000 pesetas. Y ponía como condición para cerrar el trato que las estatuas no abandonasen la ciudad para la que fueron labradas en la propia explanada del Obradoiro. De lo contrario, en caso de enajenación, donación o cesión, el concejo tendría que indemnizarlo con 400.000 pesetas. Un dinero que nunca cobró.

Dispuesto a recuperarlas ahora que está más viva que nunca en Galicia la polémica por el Pazo de Meirás, el Ayuntamiento de Santiago ha enviado este jueves un requerimiento firmado por el alcalde, Martiño Noriega, a la familia que encabeza Carmen Franco Polo. Las esculturas, que los Franco usaron para decorar Meirás (Sada) y después el Palacio de Cornide (A Coruña), han sido expuestas ya varias veces en diferentes muestras sobre el románico. Pero desde el año 1961, cuando se sabe que ya estaban en manos del dictador, se han exhibido con un cartel que indicaba que eran propiedad de "su excelencia el Jefe de Estado" y, después, de la familia Franco o, discretamente, "colección privada" . Así ocurre en la exposición organizada por el Museo del Prado sobre el Maestro Mateo, que se estrenó en Madrid y ahora recala en Santiago.

No es la primera vez que alguna entidad o asociación reclama a los Franco la devolución de estas esculturas, pero sí la primera en la que se les plantea para ello la vía judicial. Con motivo del regreso de Abraham e Isaac a la capital gallega, el Ayuntamiento hizo buscar en el archivo de la universidad el expediente de adquisición que muestra su titularidad sobre las dos esculturas románicas. En la escritura notarial, de 1948, se especifica la obligación de "evitar que desaparezcan del Ayuntamiento" y de preservar su propiedad "pública, de los vecinos de Santiago".

Las noticias sobre el patrimonio gallego de los Franco se suceden en los últimos meses. La oposición presionó a la Xunta para que abriese un expediente y multase a la familia por el reincidente cierre de Meirás a las visitas del público, a las que está obligada por tratarse de un BIC. La hija del dictador decidió después confiarle la gestión de los itinerarios a la Fundación Franco, que anunció a primeros de agosto que aprovecharía la "oportunidad" para "mostrar la grandeza" del hombre que dominó España durante cuatro décadas. Desde entonces, todos los partidos políticos (incluido el PP en Galicia) han pedido que el pazo regrese al patrimonio público. Algunos han defendido la expropiación forzosa y otros, la donación. Según el Gobierno gallego esta última sería la forma de la que disponen los herederos para "reconciliarse" con el pueblo.

Ayer, el Bloque Nacionalista Galego llegó hasta la ONU con la polémica. Presentó en Ginebra una denuncia para que el organismo internacional intervenga ante las autoridades españolas para llevar a cabo cambios legales que obliguen a la devolución de los bienes "expoliados". El documento también pedía la ilegalización de la Fundación Francisco Franco. Un día antes, el Ayuntamiento de Pontevedra, gobernado por el BNG, también se mostró partidario de investigar las circunstancias en las que la corporación municipal de 1938 realizó otro regalo: un cruceiro de piedra que ahora engalana los jardines junto a una de las fachadas de Meirás y que se le antojó a la esposa de Franco. La pieza es en realidad una réplica de otro original, hecha para Carmen Polo por "obreros de Pontevedra". La iniciativa para recuperar este elemento que según papeles de la época "agradaba sobremanera a la egregia esposa del Jefe de Estado" parte de Marea Pontevedra.

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