Reacción entusiasta y ofertas de ayuda en Europa y EE UU
Agencias|Madrid|
El último bastión
El miedo sigue siendo el motor de los acontecimientos en Rumanía
Alexis, estudiante griego, fue el primer testigo del horror
La policía dispara contra los manifestantes en Bucarest
China estima que Ceaucescu trata "de forma apropiada" sus problemas interiores
Agencias|Pekín / Budapest|
El régimen rumano vuelve a disparar contra los manifestantes
La CE estudiará hoy sanciones contra Bucarest
Revelaciones
Huelga general en Timisoara, cercada por los soldados
Debate en el Congreso español
Temor por la suerte del párroco Tökes
Agencias|Budapest / Roma|
Ceaucescu amenaza con aumentar la represión
Creación de un Foro Democrático en Rumanía, según una fuente occidental
Ceaucescu
Londres,|
Las balas de Ceaucescu
Baño de sange en Timisoara
Los soldados de Ceaucescu disparan contra los niños, mientras el país ignora lo que está ocurriendo
Un silencio muy atento
Laszlo Tokes
El pastor rumano, bajo una amenaza constante
Nuevas cargas del Ejército en una Rumanía aislada y bajo la ley marcial
Nueva carga del Ejército rumano contra los manifestantes
Condena de la CE y de Shevardnadze
Ceacescu reprime a sangre y fuego la protesta popular
Ceaucescu responde con balas a la protesta popular
Razones para un crimen
Violencia en Rumanía
AFP|
Dinastía
El Tribunal de La Haya reconoce estatuto diplomático al rumano Mazilu
El escritor rumano
AFP|
Nadia Comaneci: "Estoy muy decepcionada"
La ex gimnasta rumana vive una pesadilla desde que llegó a EE UU
Nadia Comaneci afirma en Florida que huyó de Rumanía por amor
Unos aliados singulares
Ceaucescu reconoce que el partido comunista rumano cometió errores
Nadia Comaneci llegó a Estados Unidos para trabajar como profesora de gimnasio
La campeona olimpica Comaneci se refugía en un lugar secreto
Agencias|Berna|
Nadia Comaneci
La gimnasta del 10 huye de Rumanía
Ceaucescu, reelegido por sexta vez consecutiva
Agencias|Bucarest|
Gorbachoy y Mazowiecki se desean éxito en sus reformas
El muro de Bucarest
Chabolas y pobreza, a pocos kilómetros del Palacio del Congreso comunista rumano