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Encuentran en Rumanía una Biblia convertida en rollos de papel higiénico

Isabel Ferrer

ISABEL FERRER El Museo de la Biblia de Amsterdam ha incorporado a su vasta colección de ejemplares de libros religiosos un hallazgo insólito. Se trata de dos rollos de papel higiénico comprados en Rumanía, antes de la caída del presidente Nicolae Ceaucescu, y elaborados con papel reciclado, en el que aparecen perfectamente legibles numerosos fragmentos de las sagradas escrituras.

Los nombres de Jehová, Moisés, Jesús, María, Espíritu Santo e Israel, entre muchos otros, llenan varios metros de un papel basto y oscuro, traído a Holanda hace dos años por el sacerdote protestante G. H. van de Graaf, que ha esperado a que se produzca el cambio de régimen político en Rumanía para mostrar públicamente este hallazgo.

Según el sacerdote, un amigo suyo rumano compró el papel hace tres años en una tienda de su país y se lo dio porque temía que la Securitate -la policía secreta de Nicolae Ceaucescu- lo descubriera. Tanto la Iglesia de Rumanía como el anterior Gobierno negaron siempre la destrucción de libros religiosos o su reconversión en útiles domésticos como éste.

Libros clandestinos

Van de Graaf, que estudió Teología en Rumania con su esposa, asegura, sin embargo, que las biblias cruzaban hasta ahora la frontera de forma clandestina remitidas, entre otras, por la Iglesia protestante húngara (un 19% de los húngaros de Rumanía pertenecen a la misma).

"También hace dos años un estudiante protestante recibió en un comercio rumano un paquete envuelto en una hoja de himnos religiosos", aseguró el sacerdote durante la donación de los rollos higiénicos.

Ambos rollos permanecerán a partir de ahora en la exposición permanente del museo bíblico "como una muestra de lo que ha sucedido con las creencias en algunos países europeos desde la II Guerra Mundial", según sus responsables.

El Museo de la Biblia de Amsterdam, único en su género, es un centro independiente dedicado desde hace 130 años a presentar la historia y contenidos de la sagrada escritura de forma sencilla a la vez que científica. Desde el año 1975 ocupa una casa en un hermoso canal de la capital holandesa que incluye un centro de documentación especializado en textos educativos de caracter religioso.

"Para lograr que la Biblia no se olvide", según reza el prólogo de su guía, el museo ofrece una panorámica de la vida en tiempos bíblicos y las distintas versiones del libro desde el hebreo y arameo hasta el griego, el latín y más tarde el holandés. La vida en Egipto y el éxodo del pueblo de Israel están también representados en la exposición permanente a través de piezas arqueológicas y maquetas de templos.

Un capítulo importante de la misma lo conforman las traducciones de la Biblia aparecidas en holandés. La fechada en 1637 contribuyó de forma decisiva al desarrolllo del idioma en los Países Bajos.

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